Blog Marian

Tiempo de lectura: 3 minutos

Cajero dinero

2015-07-13, Marian López


 

Casi sin darnos cuenta estamos ya a mediados de julio. Algunos ya estaréis agotando vuestros últimos días de vacaciones, pero una inmensa mayoría de españoles aún estamos planeando las nuestras.

Uno de los alicientes que tiene el verano es que precisamente durante esta estación se tienen más días libres, circunstancia que aprovechamos para marcharnos de viaje y desconectar al cien por cien.

Más allá de los preparativos de maletas y logística de transporte, nos preguntamos qué es más cómodo para afrontar nuestros gastos: llevar dinero en efectivo, utilizar sólo tarjeta de crédito o llevar tarjeta con la que poder sacar dinero allí dónde vayamos.

Siempre es recomendable llevar algo de efectivo «por lo que pueda pasar«. Recuerdo un viaje a Nueva York en el que mi tarjeta no podía ser leída por ningún datáfono… Imaginaos la situación.

Si os decidís a viajar fuera de España, no tendréis problema alguno en toda la zona Euro (una ventaja de pertenecer a la Comunidad Económica Europea), ya que no será necesario cambiar de moneda.

Sin embargo, debéis tener en cuenta que existen países europeos muy próximos a nosotros como Reino Unido, Dinamarca o Suecia, que han decidido mantener su moneda por lo que si nos desplazamos allí, no tendremos más remedio que cambiar euros por libras o coronas.

¿Dónde podemos cambiar moneda?. Siempre será más barato hacerlo en España y desde nuestro banco de confianza, ya que las casas de cambio nos suelen vender la divisa más cara.

Una opción muy empleada es el pago con tarjeta, pero ¡atención!. Los bancos han visto un filón en el cobro de comisiones a clientes y cada vez son más los que aplican una tasa o comisión por «cambio de divisa« en cada pago que hagamos con moneda distinta al euro.

Aunque la comisión no suele ser elevada, hay que tener en cuenta que se aplica en cada pago que efectuemos con un importe mínimo. Fuera de la zona euro hay entidades que aplican hasta un 3%.

Recomendación: emplear dinero en efectivo para los pagos pequeños y utilizar la tarjeta sólo para los más importantes.

En cuanto al uso de cajeros, pese a que estén «abiertos por vacaciones«, es importante saber si allá donde vamos habrá cajeros para sacar dinero gratis.

Si nos quedamos en España, existen bancos que no cobran comisión por retirada de efectivo en los cajeros:

  • Bankia con su programa «Sin comisiones«, permite sacar dinero a débito dos veces en julio y dos más en agosto sin coste en cajeros Servired de otras entidades.
  • ING Direct tampoco cobra comisión cuando sus clientes retiran dinero con tarjeta de débito desde una terminal de la red 4B. Tampoco cobrará si sacáis más de 60 euros en redes Euro 6000 y Servi Red (excepto si lo hacéis desde un cajero de CaixaBank).
  • ABANCA aplica esta misma ventaja a sus clientes de Visa Electrón en cajeros de red Euro 6000.
  • Banco Sabadell pone a disposición de sus clientes toda su red de cajeros sin coste alguno.

¿Y si decidimos irnos al extranjero?. También existen bancos que no cobran comisión cuando sacamos dinero fuera de nuestro país.

  • Banco Mediolanum permite a sus clientes disponer de efectivo gratis en cualquier cajero del mundo, siempre que se haga con tarjeta de débito.
  • ABANCA oferta a los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años, una tarjeta de débito con comisión cero al sacar dinero de cualquier cajero fuera de España.
  • EVO Banco también ofrece a sus clientes con cuenta joven, la posibilidad de sacar dinero de cajeros en el extranjero hasta cuatro veces al mes sin comisiones.

Un último consejo: no olvidéis la seguridad. Si perder una tarjeta o que nos la roben en España ya es una situación problemática, imaginad en el extranjero. ¡Puede ser un verdadero caos!.

Para ser prácticos lo mejor es llevar dos tarjetas: la que vayáis a usar controlada en todo momento, y otra de reserva en la caja fuerte del hotel sólo para usar en caso de emergencia.

A todos aquellos que habéis terminado vuestras vacaciones, espero que este post os sirva de guía para las próximas. Respecto a los que aún esperáis con ansia vuestros días de descanso, tomad nota y disfrutad, porque «vida sólo hay una«.

¡Hasta la semana que viene!.

 

 

Tiempo de lectura: 4 minutos

Invertir en Bolsa

2015-07-06, Marian López


Seguimos con el «culebrón» de Grecia: sus ciudadanos han votado en un referéndum sin precedentes que no están dispuestos a aceptar nuevas medidas de austeridad a cambio de ayuda financiera.

¿Y ahora qué?, se preguntan muchos. En mi post de la semana pasada, ya comenté que España no es Grecia. Nuestra situación es completamente diferente a la suya.

Pero a pesar de ello, sería inútil pensar que los hechos acontecidos en las últimas semanas y rematados con ese «no» griego, no nos van a afectar.

Evidentemente la circunstancia producida tras el referéndum, salpicará al resto de países de la Unión Europea. Nosotros no seremos una excepción, pero hay que tener en cuenta que el peso de la economía griega en Europa es muy pequeño- menos del 2%-, por lo que el daño sería más reputacional ante un proyecto (la Unión Europea) fracasado.

Ante este panorama, los analistas de bolsa se encuentran divididos. Un número elevado de expertos, en concreto un 74%, ven una oportunidad de compra en los niveles actuales del Ibex 35.

Es cierto que el peor escenario en Grecia aún no está descontado, y que podrían producirse caídas en bolsa que oscilarían entre el 5% y el 10% si el país heleno saliese del euro («Grexit«). Pero también es cierto que los mercados pueden darnos sorpresas poco agradables estos días.

¡Ojo!. No os creáis que invertir en Bolsa es «la gallina de los huevos de oro». Requiere mucha dedicación y una serie de conocimientos. Aún así, hay mucha gente que se cree «experta» en el tema y decide empezar a invertir por su propia cuenta sin seguir recomendaciones de ningún profesional.

El Ibex 35, que es nuestro índice de referencia en España, experimentará bajadas que seguro serán aprovechadas por los inversores más arriesgados que decidan entrar a comprar.

Como os he repetido en varias ocasiones, no todo el mundo tiene el mismo perfil de inversión. Incluso dentro de los que deciden apostar por la renta variable-entre la que se encuentra la bolsa- hay quien es más o menos prudente.

Los más prudentes, ya habrán vendido y esperarán agazapados en otros productos «refugio» (menos agresivos) a que se calme la tormenta para empezar poco a poco a volver a bolsa.

Pero para los «amantes del riesgo«, ahora se dan las circunstancias óptimas para aprovechar esa bajada de los mercados e invertir en el Ibex 35.

Yo como siempre os recomiendo hacer lo que hagáis siempre con criterio y bajo la supervisión de un profesional.

Millones de inversores están actualmente posicionados en bolsa, bien directamente, bien a través de fondos de inversión. Ésta última es una opción muy recomendable para quien no entiende demasiado sobre mercados.

Invirtiendo en bolsa a través de un fondo de inversión, estás minimizando tu riesgo al tener tu dinero mucho más diversificado.

Lo único que pretendo esta semana es proporcionaros herramientas para que entendáis un poco mejor el vocabulario referente a Bolsa. Para ello no se me ha ocurrido nada mejor que recoger en un pequeño diccionario, algunos términos básicos que debéis conocer si decidís invertir.

1.- AUTOCARTERA. Son las acciones propias que la empresa compra en el mercado y tiene en su cartera. Pueden servir tanto para aportar liquidez como para retribuir al accionista.

2.- ETF (FONDO COTIZADO). Son fondos de inversión que lo que hacen es replicar un índice. Por ejemplo hacer lo mismo que haga el Ibex 35. También pueden replicar una cesta de valores (varias acciones). La particularidad de estos fondos frente a los tradicionales, es que el inversor puede adquirir ETF’s a través de la Bolsa como si se tratase de una acción.

3.- FREE-FLOAT (capital flotante). Es el porcentaje de acciones de una sociedad que está en manos de pequeños inversores y cotizan libremente en el mercado sin pertenecer a un gran accionista.

4.- OPS(Oferta Pública de Suscripción)/ OPV (Oferta Pública de Venta). En el caso de la OPS, se emiten acciones nuevas para venderlas en el mercado y captar financiación. En cuanto a las OPV se ponen a la venta acciones ya existentes.

5.- PAY-OUT. Es el porcentaje de los beneficios obtenidos por una empresa que se destina a remunerar a los accionistas mediante el pago de dividendos.

6.- PER. Sus siglas recogen el número de veces que los beneficios están recogidos en el precio de la acción. Cuanto mayor es el PER de una empresa, más caros están sus títulos. En teoría es mejor entrar a comprar acciones de una empresa con un PER bajo porque pueden estar infravaloradas, aunque esto no siempre es así.

7.- PRECIO OBJETIVO. Es el valor que los analistas de una compañía dan a la acción. El precio que valdrían los títulos de la empresa.

8.- SPLIT. Es el desdoblamiento del valor nominal de las acciones de una sociedad. Consiste en disminuir el valor de cada acción y aumentar su número, respetando la proporción monetaria de los inversores. Por ejemplo: las acciones de una empresa valen 100 euros. Se hace un split y su valor pasa a 10 euros. Tras el ajuste, cada accionista que tuviese una acción de 100 euros, tendría ahora 10 acciones de 10 euros cada una.

9.- POSICIÓN CORTA. Las «posiciones cortas» permiten a un inversor apostar a que un determinado valor bajará su precio y ganar dinero con esa operación.

10.- SOBREPONDERAR. Se aconseja al inversor aumentar el peso que una determinada compañía tiene en su cartera. Suele darse cuando se espera un buen comportamiento de las acciones. El consejo contrario es INFRAPONDERAR, que consiste en recomendar reducir el peso en cartera porque las perspectivas son bajistas.

Si consigo que os vayan «sonando» algunos de estos términos, habré cumplido mi objetivo. No obstante, si sois de los que pensáis que podría ser un buen momento para entrar en Bolsa, no dudéis en contactar con nosotros a través de nuestra página www.garciaslopezasesores.es. Estaremos encantados de asesoraros en el proceso.

Me despido con una frase de Warren Buffett considerado una de los mayores inversionistas del mundo: «A menos que puedas ver tus acciones caer un 50% sin que te acuse un ataque de pánico, no deberías invertir en el mercado bursátil«.

Que tengáis una feliz semana.

 

 

 

 

Tiempo de lectura: 4 minutos

partenon-grecia-europa--575x323

2015-06-29, Marian López


Este fin de semana, la tensión sobre un acuerdo o no de Grecia con el Eurogrupo ha sido palpable. El lunes todos los periódicos reflejarán en sus portadas la «papeleta» a la que tendrá que enfrentarse el país vecino.

Se habla del «corralito» griego y su efecto en la economía. Es cierto que la situación no deja de ser complicada pero por favor, señores, «que no cunda el pánico» aquí en España. Ante todo, calma y prudencia.

Para entender toda esta historia, voy a tratar de hacer un breve recorrido por la misma y analizar sus posibles efectos.

En primer lugar ¿sabemos lo que es un «corralito»?.

Esta expresión nos empezó a resultar familiar allá por el 2001 con la crisis económica de Argentina.

Originariamente en Argentina se conoce como «corralito» a una especie de pequeña jaula acolchada, cerrada con una red y cuya estructura suele ser de madera. En su interior se coloca al bebé para que duerma o juegue de manera segura, ya que no puede salir de ese diminuto recinto sin ayuda.

El periodista argentino Antonio Laje, empleó este término para tratar de hacer una analogía con la situación que vivía su país.

El gobierno argentino, decidió en diciembre de 2001 restringir la libre disposición de dinero en efectivo tanto en plazos fijos como en cuentas corrientes (la situación se prolongó durante casi un año).

Esto se hizo con el objetivo de evitar la salida de dinero de los bancos, y con ello una ola de pánico bancario que llevaría al colapso del sistema.

¿Os suena esta situación?. Seguro que sí, porque es exactamente lo que está ocurriendo en Grecia. Durante la semana pasada, los griegos retiraron 400 millones de euros de los bancos. Que las entidades financieras de un país se queden sin dinero, supone un grave peligro para el mismo.

Esta semana viviremos una «tragedia griega» en todo su esplendor. Y es que los griegos tras el rechazo de sus socios europeos a prorrogar su rescate, pasarán una de sus etapas más complicadas.

Datos clave a seguir con atención durante estos días:

  • Grecia tiene una deuda acumulada con sus acreedores de 342.200 millones de euros.
  • 30 de junio. Finaliza la prórroga que el eurogrupo había concedido a Grecia para el pago de su deuda. Ese día, Grecia tendría que pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI), 1.600 millones de euros.
  • 05 de julio: referendum. Se celebrará una consulta ciudadana para decidir si aceptan firmar un acuerdo con sus acreedores para el pago de la deuda, o si por el contrario la rechazan. Para que el resultado sea válido, deberán votar un 40% de los griegos.
  • 20 de julio. Grecia debe afrontar un pago de 3.500 millones al BCE (Banco Central Europeo). Si no paga la banca griega perderá su acceso al BCE y se verá abocada a la bancarrota.
  • Agosto. Grecia deberá pagar otros 4,38 mil millones de euros a sus acreedores.

Mientras no llegue la fecha del referendum (05 de julio), el país vecino no recibirá ninguna financiación por parte de sus socios.

Ante esta situación y dado que el dinero es muy «miedoso», los griegos entraron en una espiral de pánico que les ha llevado a retirar esos 400 millones de euros de los bancos en una semana.

Resulta necesario un control del capital para evitar que el dinero siga saliendo del país. A tal efecto, el gobierno ha decretado para este lunes el cierre de los bancos.

¿Cómo puede afectar la situación Griega a los mercados españoles?

El primer efecto será sin lugar a dudas, una bajada de la Bolsa. La semana pasada vimos como el Ibex 35 -índice que recoge a las 35 compañías más representativas de nuestro país- subía casi un 4% en un día. Pero esta inestabilidad nos pasará factura.

Por tanto, si tenéis dinero invertido en acciones, notaréis directamente la bajada. Aquellos que tengáis fondos de Bolsa Española, mi recomendación antes de marcharos de vacaciones, es que reduzcáis vuestras posiciones en los mismos a la mitad.

Dirigid vuestras inversiones hacia fondos que apuesten por compañías con elevada rentabilidad vía dividendo. Dentro de la renta fija, serían recomendables los fondos flexibles globales y siempre con la divisa cubierta.

Seguro que habrá inversores decididos a llevarse su dinero a otros países en los que prácticamente no existe riesgo de que abandonen la zona euro, como Alemania, Luxemburgo, Países Bajos o Finlandia.

Pero mi consejo es de nuevo que no cunda el pánico. La zona euro dispone de mecanismos suficientes para lograr la estabilidad y evitar que se rompa el euro.

Los tenedores de deuda (a quien debe dinero Grecia) no son bancos, sino organismos supranacionales como el BCE (Banco Central Europeo) o el FMI (Fondo Monetario Internacional). La exposición de los bancos es mínima, por tanto apenas tendría repercusión para nuestros bancos que Grecia entrara en bancarrota.

Podéis estar tranquilos que vuestros ahorros no correrían peligro. Son los griegos quienes lo pasarían mal si salieran del euro y volvieran al dracma. ¿Por qué?. Pues porque una vuelta a su antigua moneda significaría pérdida de poder adquisitivo tanto para las empresas como para los ciudadanos.

No podrían mantener sus deudas en euros, ya que la diferencia al cambio de moneda sería muy alta (efecto de la devaluación).

¿Qué ocurriría con nuestro dinero en caso de un hipotético corralito en España?

  • No todo el dinero que depositamos en el banco depende de que éste vaya bien o mal.
  • Por un lado tenemos las deudas que contraemos con nuestro banco, como los préstamos y las hipotecas. Estas deudas, en caso de quiebra del banco, seguiríamos manteniéndolas.
  • Los fondos de inversión. El banco sólo es el vehículo a través del que se hace la contratación, pero dichos fondos dependen de su gestora. Por lo que ni siquiera la quiebra del banco les afectaría: siempre que se trate de fondos de gestoras externas a la entidad.
  • Depósitos y plazos fijos serían los que se verían más afectados pues en caso de corralito, se pueden bloquear.

Pero repito: en España no habrá ningún corralito. La decisión de romper con el euro, ha sido meramente política. Mientras nuestro país continúe en la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) seguirá cubriendo necesidades puntuales de liquidez.

Como os digo siempre, si necesitáis ampliar información al respecto o despejar alguna duda, podéis contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Gracias y feliz semana.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Plan de Ahorro 5

2015-06-22, Marian López


Con los tipos de interés de los depósitos “por los suelos”, ha surgido una nueva figura en el panorama financiero para aquellos que quieran rentabilizar sus ahorros sin asumir riesgos. Se trata del Plan de Ahorro 5.

El Gobierno en su reforma fiscal de enero, presentó el Plan de Ahorro 5 como instrumento para incentivar el ahorro a largo plazo entre los pequeños y medianos ahorradores.

Nada más “nacer” el producto, tanto bancos como aseguradoras se pusieron “manos a la obra” utilizándolo como “gancho” para captar clientes. De hecho, en estos momentos, muchas entidades ofrecen el Plan Ahorro 5 como una alternativa a los depósitos para sus clientes.

La pregunta es ¿me conviene cambiar mi depósito por un Plan de Ahorro 5?. Pues depende de tus necesidades. Antes de responder a esta pregunta, vamos a tratar de entender en qué consisten cada uno de los productos mencionados.

1.- DEPÓSITO A PLAZO. Es un producto de inversión en el que un cliente entrega al banco una cantidad de dinero durante un tiempo determinado, a cambio de una remuneración por parte del banco en forma de tipo de interés aplicado sobre el capital.

El cliente puede recibir esos intereses mensual, trimestral, semestralmente o a vencimiento del plazo (por ejemplo un año), depende de lo estipulado en el contrato. A vencimiento, finaliza el producto y el banco te ingresará en tu cuenta corriente el importe que pusiste al inicio más los intereses que te correspondan (si es que no te los han pagado fraccionados).

Si necesitas dinero y te ves “obligado” a cancelar el depósito antes de tiempo, el banco te aplicará una penalización (suele ser un porcentaje que se descuenta a los intereses).

Existe un Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que en caso de quiebra del banco, garantiza hasta 100.000 euros por titular.

¿Cómo tributan los depósitos?. Tributan como rendimientos de capital. El banco cuando te abona los intereses, ya te retiene el 20% (con la nueva fiscalidad) deducible de la cuota del IRPF en tu declaración de la renta.

2.- SIALP (Seguros Individuales de Ahorro a Largo Plazo). El SIALP sólo puede contratarse en aseguradoras, ya que se trata de un seguro. Está pensado para que mantengas el dinero invertido durante cinco años.

Los rendimientos generados durante esos cinco años, están exentos de tributación. Se abonarán a vencimiento del producto. ¡Ojo! si decides disponer de tu dinero antes del vencimiento, sólo se te garantiza un 85% del capital invertido y además tendrás que tributar por los rendimientos.

La aportación máxima que se puede hacer es de 5.000 euros anuales. Eso sí, el SIALP (a diferencia del CIALP), te permite a vencimiento poder contratar otro seguro igual por cinco años más sin que compute el límite de los 5.000 euros.

En este caso la garantía del producto la ofrece la misma aseguradora (no hay un Fondo de Garantía como en los depósitos).

3.- CIALP (Cuentas Individuales de Ahorro a Largo Plazo). Sólo contratables en bancos, ya que se trata de una cuenta de ahorro. Sus características son las mismas que en los SIALP: inversión a cinco años con una aportación máxima de 5.000 euros anuales.

Los rendimientos generados también están exentos de tributación y se ingresan en la misma cuenta del producto: no es necesario abrir otra cuenta más en el banco para ingresar el beneficio.

A diferencia de los SIALP, en los CIALP no es posible abrir otra cuenta transcurridos los cinco años.

Las CIALP están cubiertas por el Fondo de Garantía de Depósitos.

Una vez explicados los tres productos, vamos a formularnos de nuevo la pregunta del inicio:

¿Me conviene cambiar mi depósito por un Plan de Ahorro 5?.

Si bien es verdad que en su inicio los planes de ahorro ofrecen mayor rentabilidad que los depósitos, esta circunstancia es sólo coyuntural. De hecho dos de las entidades más importantes de nuestro país ya comienzan a comercializar depósitos con un tipo de interés máximo del 3% según te vincules más o menos con el banco (domiciliando nóminas, recibos, etc).

Otra de las desventajas de los planes de ahorro frente a los depósitos es la falta de flexibilidad del producto. Hay depósitos que bajo penalización, te permiten disponer de tu dinero antes de su vencimiento: a veces de la totalidad, y otras veces puedes cancelar sólo una parte.

En los planes de ahorro, si contratamos un SIALP, tienes que rescatar sí o sí la totalidad del importe perdiendo con ello todas las ventajas fiscales del producto, ya que tendrás que tributar por los rendimientos generados durante ese período.

Lo ideal en los planes de ahorro es aprovechar el beneficio fiscal, es decir aportar siempre lo máximo (5.000 euros al año) y durante los cinco años de vigencia del producto. Si lo hacemos por menos cantidad o creemos que vamos a necesitar el dinero antes, se pierde el atractivo.

Resumiendo, el Plan de Ahorro 5 (donde se incluyen tanto SIALP como CIALP) nos conviene si queremos conseguir un capital que nos ayude a superar imprevistos importantes o asumir gastos o inversiones sin necesidad de pedir un préstamo.

Lo idóneo es poder aprovechar las ventajas fiscales de un Plan de Ahorro 5 (mantener el dinero 5 años y aportar lo máximo para no tributar por los rendimientos), pero teniendo dinero disponible en otros productos de ahorro como cuentas remuneradas o depósitos para cubrir otras necesidades puntuales. Es decir, combinar ambos productos.

Dejar todos tus ahorros en un Plan de Ahorro 5 no es lo más conveniente.

Esta semana, mi frase elegida para finalizar pertenece al ensayista Samuel Johnson: «El hombre que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta con ambas cosas».

Hay que saber planificar muy bien nuestro ahorro para poder disfrutarlo de la mejor manera posible.

Ya sabéis que para cualquier duda o aclaración, podéis contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

 

Tiempo de lectura: 3 minutos

Cerdito playa

2015-06-15, Marian López


¡Por fin llegan las vacaciones!. En mi querida Mallorca (donde tengo el lujo de vivir desde hace más de 30 años) ya llevamos unas semanas intentando esquivar turistas para llegar a nuestro trabajo, oliendo esa extraña mezcla de Hawain Tropic y perfume floral.

Casi sin darnos cuenta estamos a mitad de junio, con un calor asfixiante y unas ganas enormes de olvidarnos de tacones y corbata para lanzarnos a la «dolce far niente«.

Si eres de los que ya tienes planeado qué hacer durante esos días, enhorabuena. Si por el contrario perteneces al grupo de los rezagados, quizás este año sea el momento perfecto para empezar a planificar y presupuestar tus vacaciones del año que viene.

Así podrás repartir de mejor manera la cantidad que debes ahorrar cada mes para preparar las vacaciones del próximo año, y… ¡sin estrés!.

Debes saber que hay mucha gente que no viaja en vacaciones por considerarlo un lujo que no se pueden permitir. A veces lo que menos importa es el lugar de destino, ya que existen un montón de maneras de reducir los costes de nuestras vacaciones de verano de manera significativa.

En mi post de esta semana os daré algunos consejos para ahorrar y disfrutar durante vuestras vacaciones.

1.- Fechas. Si puedes elegir las fechas de tus vacaciones estás de suerte, ya que siempre es más barato viajar cuando los demás no lo hacen.

2.- Tu destino. Investiga acerca de cuál será. Elige un destino de verano en invierno y viceversa. Haz una lista acerca de los destinos a los que te gustaría ir, eso también te ayudará a planificar el dinero que debes ahorrar: no necesitas el mismo dinero para irte a Benidorm que a visitar los fiordos noruegos.

3.- Internet. Busca información en internet sobre las atracciones que quieres visitar (por ejemplo museos) y los lugares donde vas a comer. Existen muchas aplicaciones web que te ayudarán con este tema. Un consejo práctico al respecto es que intentes comer donde lo hace la gente local, evitando los sitios típicos de turistas.

Una vez en el destino, utiliza la red móvil local. Encontrar conexión a internet no siempre es tarea fácil, sobre todo si eliges un destino lejano. Por eso debes aprovechar tu estancia en el hotel donde la conexión wifi suele ser gratuita, para utilizar tu ordenador.

4.- Presupuesto. No debes coger el presupuesto de tu vida diaria y seguir aplicándolo mientras estés de vacaciones. Lo que debes hacer es elaborar un presupuesto específico para tus días de descanso.

No olvides incluir todos los gastos: comisiones de los billetes de avión, wi-fi del hotel (si no es gratuito), parking, etc. Son gastos en los que muchas veces ni siquiera reparamos.

5.- Invierte en una buena guía de viajes. En ellas se recoge mucha información sobre dónde comer y dormir por poco precio, los mejores días para visitar museos y cuáles son gratuítos, etc.

6.- Prepara maletas inteligentes. Piensa bien en todo lo que te vayas a llevar. Mete artículos que puedan cumplir más de una función. Deja espacio en ellas para que te quepan los regalos que traigas a la vuelta.

7.- Usa formas de viajar alternativas y económicas. Si no tienes hijos, una opción podría ser el «Workaway«. ¿En qué consiste?. Se trata de un intercambio entre una familia de cualquier parte del mundo y tú. Ellos te ofrecen alojamiento y comida a cambio de que tu les ayudes a hacer tareas domésticas. Otra opción es el intercambio de casas (puede suponer un ahorro de hasta el 50% de tu viaje).

8.- Alojamiento barato. Alójate en un «hostel«, son los nuevos hostales. Aquí tienes la opción de compartir habitación y baño (es lo más económico), o por un poco más, tener tu propia habitación con baño privado. Muchas veces se sitúan en lugares céntricos y los hay con un diseño muy moderno.

9.- Usa el transporte público. Los taxis son bastante caros. La mejor opción es sacarte algún tipo de bono para los días que vayáis a estar y viajar en metro, autobús o incluso tren.

10.- Conoce bien el cambio de divisas. Si viajas a algún país fuera de la zona euro, debes tener en cuenta la divisa local. Consulta en un conversor de divisas on line el cambio oficial de tu moneda con la del país de destino. Saber el cambio exacto te evitará disgusto con gente que cambia moneda en el mercado negro, o locales de cambio con comisiones altísimas. Siempre es mejor cambiar tu dinero antes de viajar (en tu banco de confianza) y llegar al país en cuestión con su moneda local.

Espero que estos diez consejos os resulten útiles. Ya sabéis que podéis encontrarnos en nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Os dejo con una gran frase de Sócrates: «Los ratos de ocio son la mejor de todas las adquisiciones».

Feliz semana.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Sin dinero

2015-06-08, Marian López


Cuando vamos al banco a pedir un préstamo personal, lo hacemos con la intención de pagar la cuota que nos corresponda cada mes hasta liquidar la deuda. Sin embargo a veces aparecen situaciones en nuestra vida que impiden cumplir ese compromiso.

Constantemente escuchamos en los informativos noticias sobre familias con todos sus miembros en paro, o personas que de manera repentina sufren una discapacidad y se ven obligados a vivir con una mísera pensión.

¿Qué hacer si se nos presenta alguno de estos contratiempos?. Desde luego, lo que no podemos hacer es vivir constantemente sobresaltados, evitando coger el teléfono y escondiendo la cabeza como un avestruz.

Estas actitudes en ningún caso nos ayudarán a solventar el problema, sino más bien todo lo contrario.

Os voy a proporcionar algunas pautas a seguir en caso de que tengáis dificultades para pagar vuestra deuda.

Qué implica ser titular de un préstamo.

Un consejo: no tenéis que agobiaros porque existen soluciones en el caso de que no pueda pagarse una deuda.

Antes de contratar un préstamo personal, es básico conocer qué implica ser titular del mismo.

Los préstamos personales se llaman así precisamente porque tienen garantía personal. Cuando contratamos un préstamo personal, la garantía que ofrecemos a cambio del dinero que nos presta el banco serán nuestros bienes presentes y futuros.

Ante una situación de impago prolongado, un juez, bajo petición de la entidad financiera o de crédito, puede dictar sentencia que ordene el embargo de nuestros bienes.

Los bienes más comunes que suelen embargarse son la cuenta bancaria y la parte de la nómina o pensión que corresponda al salario mínimo interprofesional, pero si el importe de la deuda es elevado, también podrán embargarnos el coche, nuestra casa y todos aquellos bienes que se consideren necesarios para liquidar la deuda pendiente.

Otra cosa a tener presente: si alguien os ha avalado en el préstamo (un avalista) también responderá de la deuda.

Cuando un avalista firma como tal en el contrato del préstamo, acepta la deuda de forma solidaria junto a quien solicita dicho préstamo.

Llegado el momento en que nosotros no podamos pagar la cuota, y si no tenemos bienes que se puedan embargar (o son insuficientes), dicho avalista tiene la obligación de pagar la deuda y si es necesario, el juez podrá dictaminar que se embarguen sus bienes.

Qué hacer si ya soy moroso.

¡Ojo!. A partir del cuarto mes de impago de una deuda, se nos puede dar de alta en un fichero de morosos. Estos ficheros son muy consultados por los bancos a la hora de dar financiación. Mientras permanezcamos en ellos, es prácticamente imposible acceder a cualquier préstamo.

¿Cuáles son estos ficheros?. Pues por ejemplo, los bancos antes de conceder un préstamo miran el RAI (Registro de Aceptaciones Impagadas) y el ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito). Son registros en los que aparecen los incumplimientos en pagos tanto de personas como de empresas o sociedades.

¿Se puede salir de estos listados?. La respuesta es que . Para dejar de aparecer en los listados de morosos debemos hacer tres cosas:

1.- Cancelar la deuda.

2.- Pedirle a la entidad un certificado conforme hemos pagado.

3.- Enviar ese certificado que indique que estamos «al día» en los pagos, al fichero de morosos para que nos borren.

Otro dato importante que debemos conocer es que a partir de la primera cuota que dejemos de pagar, la entidad nos cobrará los llamados «intereses de demora» (por retrasarnos en el pago).

Los intereses de demora suelen ser bastante superiores a los de los intereses ordinarios (los que te correspondan según las condiciones de tu préstamo).

Además, el banco también te puede cobrar una comisión por reclamación de pagos o cuotas impagadas. Ambos intereses se acumularán a la deuda principal, lo que hará que a largo plazo se tenga que pagar más dinero.

Planificación de gastos.

Llegados a este punto, es muy importante que hagamos una planificación de gastos mensuales donde el pago de las deudas sea prioritario a otros gastos.

Si nos encontramos con un problema económico (como por ejemplo quedarnos en el paro), dejar de pagar nuestras deudas no es la solución, ya que si lo hacemos lo único que nos acarreará serán más quebraderos de cabeza.

Y si por cualquier motivo no podemos pagar las cuotas del préstamo, antes de que venza la cuota, debéis sacudiros el miedo y la vergüenza para contárselo a tu persona de confianza en el banco.

Normalmente, los bancos si ven buenas intenciones por nuestra parte, tratarán de ofrecernos alguna solución como:

1.- Alargar el plazo de amortización para que las cuotas mensuales sean más bajas.

2.- Refinanciar la deuda (cancelar la deuda actual y volver a contratar otro préstamo que mejore las condiciones del anterior).

3.- Ofrecernos un período de carencia de capital, durante el cual sólo paguemos intereses.

Aunque todas estas opciones harán que la deuda sea superior a lo largo de los años, son prácticamente las únicas que existen a corto plazo. Los bancos siempre van a preferir cobrar las deudas- aunque sea con retraso-, que entrar en un proceso judicial.

La última alternativa: declararse insolvente.

En el peor de los casos, la única otra alternativa posible para hacer frente al impago de una deuda, sería declararnos insolventes.

Se tiene que llevar a cabo un concurso de acreedores, mediante el que se paralizan las demandas que nos hayan interpuesto por falta de pago y la posibilidad de embargo queda congelada hasta que no termine el proceso.

Será entonces cuando procedan a embargarnos bienes para que nuestros acreedores (por ejemplo el banco), puedan cobrar su deuda.

Como siempre os digo, si tenéis alguna duda al respecto o necesitáis hacer cualquier consulta, podéis contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Hasta la semana que viene. Por favor, sed felices.

 

Tiempo de lectura: 5 minutos

Ahorro_cerdoS

2015-06-01, Marian López


La semana pasada vivimos un 24 de mayo trepidante. No os preocupéis, no es mi propósito hablar de política. Sólo quería puntualizar algo que tiene relación con mi post.

Ese 24-M era el día de las elecciones municipales y autonómicas. La gente dejó constancia en las urnas de que quería un cambio. ¿Os habéis fijado en las caras del cambio?.

Se trata de personas jóvenes, con nuevas ideas, con una manera diferente de hacer política. Esas personas sustituirán (por decisión popular) a otras de mayor edad que se encontraban en el poder hasta ahora. Personas más mayores con otra forma de entender la política, quizás más conservadora.

Estamos en un momento de relevo generacional en muchos terrenos, no sólo en la política, sino también en las empresas, en la ciencia, en el deporte, etcétera.

De pronto vemos cómo en un mismo escenario conviven generaciones distintas. Un escenario muy cambiante, por el cual la Generación X y la Generación Y caminan juntas.

Pues bien, este panorama también se extrapola a las finanzas: dos generaciones, con dos maneras distintas de ahorrar y de gastar. Tanto si perteneces a una como a otra, posiblemente te sentirás identificado/a con estas características que vamos a analizar a continuación.

Una de las variables que más influye en la manera de entender y gestionar nuestra economía doméstica es precisamente la edad. No tiene por qué existir un abismo entre generaciones, esa diferencia de mentalidad se da en generaciones próximas entre sí.

Son las denominadas Generación X (comprende a quienes están entre los 35 y los 54 años), y la Generación Y (jóvenes entre 21 y 34 años). ¿Cuáles son sus hábitos financieros?.

Ahorro a medio y largo plazo.

Los años hacen que nos vayamos volviendo cada vez más conservadores. Es complicado hacer entender a un chaval que no llega a la treintena, que tal como están las cosas, va a necesitar un «colchón» financiero en unos años si desea vivir «con dignidad».

Generación X. Pese a  que muchos no se hayan decidido aún a contratar un plan de jubilación, es cierto que ya se han informado al respecto. Y es que dado el envejecimiento de la población y los escasos recursos públicos, en un futuro muy cercano será necesario contar con ese plan de jubilación que complemente la pensión pública (si es que cuando nos llegue el momento queda dinero para ello).

En países como Estados Unidos, sus ciudadanos no cuentan con sistemas públicos de previsión. El estado solamente cubre supuestos de necesidad, derivando el resto al ahorro privado. Por tanto, si quieres tener una jubilación, debes ahorrar.

Lo ideal es tener en marcha un plan de jubilación antes de cumplir los 45. La cantidad media que necesita ahorrar un español para poder mantener su nivel de vida al jubilarse, es de unos 100.000 euros. Por tanto, cuanto antes empecemos a ahorrar, antes podremos alcanzar esa cifra.

Existe un catálogo de productos de ahorro como complemento a las pensiones públicas: los planes de pensiones, planes de jubilación, PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), etc.

Dentro de esta generación, el producto estrella sigue siendo el depósito pese a su escasa rentabilidad. Se trata de un producto conservador en el que se minimiza el riesgo al garantizar el capital.

Generación Y. Los llamados «millenials» se ven muy jóvenes para pensar en su jubilación, y ese es quizás el mayor escollo al que se enfrentan bancos y aseguradoras a la hora de ofrecerles este tipo de productos.

Sin embargo cuanto antes se empiece a ahorrar, mejor. Se podría empezar con un porcentaje bajo. Por ejemplo, un 10% de los ingresos. Ese porcentaje debería incrementarse paulatinamente conforme fuéramos haciéndonos más mayores.

Esta Generación Y, apuesta además por otras fórmulas para ahorrar dinero. ¿Cómo?. Pues apostando en Bolsa o invirtiendo algo de su capital en productos con más riesgo que los de sus mayores.

Cómo gestionar el gasto.

Es cierto que con la edad, nuestras deudas son diferentes y se incrementan. Evidentemente, las necesidades que pueda tener un chico soltero de «veintipocos» no son las mismas que las que pueda tener alguien con cuarenta y una familia que mantener.

No obstante, en nuestra economía doméstica debe ser prioritario mantener controlados los gastos y no adquirir deudas muy por encima de nuestras posibilidades.

Generación X. Es la generación de las grandes deudas. ¿Quién no tiene una hipoteca que pagar al banco?. La prioridad de esta generación es liquidar las deudas pendientes. Sobre todo las importantes como la ya mencionada hipoteca.

Eso no conlleva que nos olvidemos del ahorro, pero tenemos que organizar nuestra economía de manera que vayamos liquidando deudas a fin de poder ahorrar.

Generación Y. El objetivo de esta generación será evitar crear grandes deudas y controlar la evolución de las mismas. Una deuda grande adquirida demasiado pronto, nos lleva a reducir a la mínima expresión, nuestra intención de ahorrar.

 Juventud y ser impulsivo, van de la mano. Por eso para esta generación es fundamental desarrollar un pensamiento a largo plazo y reflexionar más las decisiones financieras que vayamos a tomar.

¿Cuál es su relación con los bancos?

Como podéis imaginar, en este aspecto también existen diferencias: la gente más joven evita el tener que desplazarse hasta una sucursal bancaria y hace sus operaciones a través de la banca on line.

Sin embargo, al ahorrador o inversor de mayor edad, le gustan más los canales convencionales. Aún prefieren acudir al banco para realizar sus operaciones. Es como si les «inspirara más confianza» ir a su sucursal.

Generación X. Los cercanos al rango de los 35 años, sí que han incorporado los pagos a través del móvil o la banca on line a su operativa con los bancos. Pero conforme se acercan a los 45-50 años, se vuelven más reticentes a operar a través de un ordenador o un móvil, recurriendo más a la banca tradicional.

Además con la edad, vamos solicitando más tarjetas de débito y crédito, y   abriendo cuentas en distintos bancos (con las consiguientes comisiones) que luego ni recordamos. De manera que llega un momento en que debemos sentarnos a ordenar, o  acudir a profesionales como asesores financieros, que nos ayuden a controlar el tema. De lo contrario podremos tener serios problemas.

Generación Y. Los expertos aseguran que uno de cada tres «millenials» no tiene tarjeta de crédito (es más común la de débito). Prefieren el efectivo y hacen más compras por internet empleando plataformas como PayPal.

Esta generación confía en aplicaciones móviles para gestionar sus ahorros. Son muy «sensibles» al cobro de comisiones por parte de los bancos, y no son nada fieles si la competencia le mejora las condiciones.

Seáis de la generación que seáis, siempre es bueno tener vuestra economía doméstica en orden, vivir conforme a vuestros ingresos y controlar muy bien los gastos.

 En www.garciaslopezasesores.es, disponemos de los conocimientos y herramientas necesarias para conseguir alcanzar vuestros objetivos de ahorro-inversión. No dudéis en contactar con nosotros.

Y para finalizar, una frase de Oscar Wilde: «La sociedad moderna olvida que el mundo no es propiedad de una única generación».

 

 

 

 

Tiempo de lectura: 3 minutos

Obligación de contratar seguro con la hipoteca

2015-05-25, Marian López


Os haré una pregunta muy sencilla: ¿cuántos de vosotros habéis acudido a vuestro banco en busca de financiación y habéis acabado firmando también un seguro para acceder a la misma?.

Son muchas las personas que se encuentran con que, al solicitar un préstamo, su banco les condiciona a contratar un seguro para poder acceder a la financiación que solicitan y optar además a unas condiciones más beneficiosas.

Pero, ¿puede obligarme mi banco a contratar un seguro a cambio de darme un préstamo?.

Pues bien, la respuesta es que no. Un banco no puede «obligar» a nadie a contratar nada.

Si nos decidimos a solicitar un préstamo personal, nos «colocarán» un seguro de vida y/o de accidentes. Y lo harán sin ni siquiera preguntarnos, sino «dándolo por hecho«. Entre los muchos papeles que tenemos que firmar, irán los contratos de seguros.

El empleado de turno nos dirá que es obligatorio para que nos concedan el préstamo, pero ya sabemos que eso no es así en ningún caso.

La contratación de seguros de vida o accidentes, ha de ser voluntaria por parte del cliente. Nos ampara la Ley 26/2006 de mediación de seguros y reaseguros privados. Esta ley, en su artículo quinto titulado «prohibiciones» dice lo siguiente:

Ley 26/2006 artículo 5.2 apartado e: «Los mediadores de seguros y reaseguros privados (un banco es un mediador de seguros) no podrán (…) «Imponer directa o indirectamente la celebración de un contrato de seguro».

Una vez resuelta esta duda, nos quedará por solucionar otro problema. ¿Qué ocurre en el caso de que ya hayáis firmado un préstamo personal con la consiguiente contratación del seguro de vida aparejado al mismo?

Bueno, debéis saber que si ya habéis firmado el préstamo con el seguro, tenéis derecho a desistir. Y ¿qué significa eso del «derecho de desistimiento«? Pues que podéis solicitar la anulación de esa póliza de seguro. Os ampara el artículo 83.a 1 de la Ley 50/1980 del Contrato de Seguro, que dice lo siguiente:

«El tomador del seguro (en este caso, vosotros) en un contrato de seguro individual de duración superior a seis meses que haya estipulado el contrato sobre la vida propia o la de un tercero (contrato de vida) tendrá la facultad unilateral de resolver («romper») el contrato sin indicación de los motivos y sin penalización alguna dentro del plazo de 30 días siguientes a la fecha en la que el asegurador (en nuestro caso, el banco) le entregue la póliza o documento de cobertura provisional».

Es decir, podéis solicitar la anulación del seguro sin necesidad de indicar los motivos y sin que el banco os pueda penalizar por ello. Siempre que lo hagáis en el plazo establecido: los 30 días siguientes a la fecha en la que el banco os entregue la póliza.

Vamos a analizar un segundo supuesto: seguro de hogar ligado a la contratación de un préstamo hipotecario.

¿Qué sucede cuando firmamos una hipoteca y el banco nos «obliga» a firmar un seguro de hogar?.

Sólo es obligatorio firmar un seguro de hogar junto a la hipoteca si ésta es titulizada.

¿En qué consiste la titulación hipotecaria?. Es un procedimiento mediante el cual los bancos convierten activos poco líquidos (como las viviendas), en instrumentos para obtener financiación, eliminando así el riesgo de su balance.

¿Os sigue pareciendo complicado?. Vamos a verlo con un ejemplo: El banco X le da una hipoteca al Sr. Vidal por valor de 200.000 euros que tendrá que devolver en 30 años con unos intereses. Si el Sr. Vidal no tiene dinero para pagar, el banco perderá los 200.000 euros y se quedará con la casa. Pero la entidad tiene la posibilidad de «vender» o «ceder» esa hipoteca a un tercero, por lo que recupera la inversión inicial, elimina el riesgo y obtiene liquidez para nuevas operaciones.

En este caso y sólo en este caso, la ley indica que se necesita que se contrate un seguro de daños para la vivienda objeto de la hipoteca.

Si la hipoteca no es titulizada no existe ninguna obligación legal de contratar ningún seguro de hogar. Podéis consultar si vuestra hipoteca está o no titulizada en las notas simples del registro de la propiedad.

Por tanto, recordad algo muy importante: el banco no nos puede «obligar» a contratar seguros ni de vida ni de hogar cuando firmamos un préstamo. La contratación de un seguro ha de ser una decisión libre y voluntaria, nunca una obligación impuesta unilateralmente.

Y si os decidís a contratar algún seguro, no tenéis por qué hacerlo con vuestro banco. Hay muchas aseguradoras que estarán encantadas de haceros ofertas al respecto.

Si necesitáis ampliar información al respecto, ya sabéis que podéis contactar conmigo a través del mail marian@garciaslopezasesores.es o a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

 

 

 

 

Tiempo de lectura: 4 minutos

financiamiento_14

2015-05-18, Marian López


El paro es uno de nuestros mayores azotes. Han sido muchos los trabajadores que se han visto en la calle en un gran número de casos, con una edad «complicada»: Se trata de todos aquellos ex trabajadores con edades comprendidas entre los cuarenta y los cincuenta y tantos años.

Personas con una dilatada experiencia a sus espaldas, que de la noche a la mañana, se ven «arrojados a la jaula de los leones».

No todos sirven para ello, pero algunos de estos ex empleados por cuenta ajena, han decidido tomar las riendas de su vida laboral y comenzar a trabajar por cuenta propia.

A algunos de nosotros, nos ha picado el gusanillo del «emprendimiento«, pero emprender no es un camino de rosas.

Para comenzar, puedo asegurar que «emprender tiene un precio«: no sólo a nivel laboral (si quieres que tu negocio prospere, tienes que dedicarle muchas horas) , sino también a nivel económico.

Un aspecto clave a la hora de emprender es el de la financiación. Para iniciar un proyecto, es necesario dinero.

Si bien es cierto que algunos negocios pueden comenzar su andadura con una inversión mínima, esta semana nos centraremos en aquellos emprendedores que quieren crear su propia empresa y necesitan mayor financiación.

Veremos diferentes opciones, así como en qué consiste cada una de ellas.

Actualmente, existen más vías para obtener financiación que hace algunos años. Esta es una ventaja. Se puede recurrir a la obtención de financiación por la vía tradicional (mediante préstamos o créditos solicitados al banco), o bien acudir a las consabidas 3F´s: Family, Friends and «Fools». Es decir: familia, amigos y «locos».

Antes de acudir a solicitar financiación hay que tener muy presente la viabilidad del proyecto. Como es lógico, nadie te prestará dinero ni invertirá en tu negocio si éste no es viable. Si no aporta garantías de éxito.

Y ¿qué se necesita para saber si nuestro proyecto es viable?. Pues nada más y nada menos que un buen plan de negocio. Ahora viene la siguiente pregunta: ¿qué es un plan de negocio?. Pues se trata de un documento que recoge el conjunto de objetivos de una idea o iniciativa empresarial. Reúne tanto información verbal como gráfica de lo que el negocio es o tendrá que ser.

Repasemos algunos puntos:

1.-¿ Cuánto dinero necesito para poner en marcha mi negocio?. Pues depende del tipo de negocio que quieras. Como ya he comentado al principio de este post, hay negocios que prácticamente no requieren inversión inicial, pero otros sí: a lo mejor tienes que contratar personal, comprar maquinaria o alquilar un local.

Debemos tener muy claro el dinero que necesitamos: sin pasarnos ni quedarnos cortos para evitar problemas posteriores. Por ejemplo, si nos quedamos cortos deberemos solicitar más financiación a posteriori y eso se puede complicar.

2.- Necesidades de financiación de mi negocio. Lo ideal sería que pudiéramos contar con recursos propios que aportar. En caso de que se solicite financiación a un banco estos recursos propios deberían representar entre un 20% y un 30% de la cantidad que se solicite (más o menos como cuando se pide un préstamo hipotecario).

Habría que poder hacer una estimación lo más precisa posible sobre el importe que necesitamos.

3.- ¿Qué opciones existen en el mercado para financiar mi negocio?. Hay que estudiar la vía de financiación que mejor se adapte a mi modelo de negocio. Son varias las opciones. Aquí contemplaremos unas cuantas:

3.1.- Financiación bancaria. Es la vía tradicional por excelencia. Se trata del préstamo que pueda concederte el banco.

3.2.- Financiación con recursos propios. Los recursos propios lo conforman el capital que está permanentemente invertido en la empresa.

3.3.- Financiación con recursos ajenos. En lugar de aportar todo el capital de nuestro bolsillo, el inversor realizará una pequeña aportación, financiando el resto de la operación con deuda.

3.4.- Financiación a través de «business angels«. ¿Qué es un business angel?. Pues se trata de un particular (puede ser una persona física o una sociedad) que puede aportar dinero, experiencia o contactos a emprendedores con iniciativas empresariales, cuyo objetivo es obtener una ganancia futura.

3.5.- «Crowdfunding». La traducción de esta palabra al español es la de micromecenazgo. Cooperación colectiva, o colaboración entre varias personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos. La plataforma más empleada por el crowdfunding es internet.

3.6.- Financiación a través de préstamos participativos. Son préstamos que no necesitan aval, pero para conseguir financiación a través de esta vía, debes presentar un plan de negocio viable. El banco te va prestando el dinero conforme se va cumpliendo el plan de negocio (por ejemplo, que alcances un número determinado de clientes).

Es un préstamo a largo plazo cuyos intereses van ligados a los resultados que obtenga tu proyecto empresarial. Estos intereses son deducibles en el Impuesto de Sociedades.

3.7.- Financiación a través de créditos ICO. El préstamo ICO es un clásico de la financiación bancaria destinada a pequeñas empresas y emprendedores. El ICO (Instituto de Crédito Oficial), es un banco adscrito al Ministerio de Economía con autonomía propia. Sus deudas están garantizadas por el Estado.

Para conseguir un préstamo ICO, lo primero que debes saber es que no cuenta con oficinas para solicitar financiación. Esta solicitud debes hacerla a través de tu banco.

Éste (el banco) será quien autorice o no la operación. Ellos te dirán toda la documentación que debes aportar para solicitar un préstamo ICO. Y es que al ser el Banco quien asume el riesgo de impago por tu parte, pues miran las operaciones «con lupa».

4.- Otro de los puntos a revisar a la hora de solicitar financiación, es el grado de control que quiero tener sobre mi negocio. Dependiendo del tipo de financiación que escojas, tendrás un control mayor o menor sobre el negocio.

Si optas por la financiación bancaria, serás tú quien tenga el control de tu empresa. En cambio, si pides financiación a través de un inversor (que viene a ganar dinero, no lo olvidemos), pierdes parte del control de tu empresa.

La idea que os tiene que quedar clara con este post es que para pedir financiación, debes presentar un plan de negocio basado en un negocio viable, con números y cálculos reales.

Otra idea que debéis tener presente es que existen diferentes vías para obtener esa financiación. Aquí os he enumerado algunas, pero si queréis más información al respecto, no dudéis en contactar conmigo vía mail a la siguiente dirección: marian@garciaslopezasesores.es

Os dejo con una frase de Les Brown: «Acepta la responsabilidad de hacer de tus sueños una realidad».

Feliz semana.

Tiempo de lectura: 4 minutos

subrogacion-hipoteca-cambio-banco

2015-05-11, Marian López


Esta semana leíamos en la prensa cómo el Banco de España, sigue alentando a las entidades para que continúen los cierres de oficinas bancarias.

Según este organismo, pese a que ya se han cerrado muchas sucursales, aún es necesario realizar más ajustes que nos acerquen al modelo de banca de nuestros vecinos europeos.

El sistema financiero español ocupa los últimos puestos con respecto al resto de Europa.

A pesar de que el proceso de reestructuración bancaria que se está llevando a cabo en nuestro país, está llegando a sus últimas etapas, según el Banco de España para ser eficientes hay que llevar a cabo nuevos recortes. Se estima que aún se podrían cerrar entre 1.000 y 3.000 oficinas.

Todo esto se traduce por un lado, en más paro para aquellos que no tengan cabida en la nueva organización de su empresa, y de otro lado, en incertidumbre para los clientes que se sienten desorientados.

Estos clientes, necesitan depositar toda su confianza en el banco con el que trabajan. Pero llegados a estas alturas, no somos pocos los que nos preguntamos… Mi banco «¿será de fiar?».

La mayoría de los asesores, no nos cansamos de aconsejar a nuestros clientes que diversifiquen. Es decir, que no concentren todo su dinero o sus préstamos en un mismo banco. Pese a ello, siempre tendremos un banco con el que trabajaremos más a gusto.

Es en ese momento, cuando te asaltan las dudas: ¿en qué me beneficia cambiarme de banco?, ¿qué factores debo tener en cuenta?, ¿cómo puedo cambiar de entidad?.

En este post intentaremos abordar esas cuestiones para tratar de facilitaros algunas respuestas.

¿Qué significa cambiar de banco?

Cambiar de banco es una práctica bastante extendida. Significa mover el dinero de un banco a otro.

Parece que en nuestro país se le está «perdiendo el miedo» a eso de irse del «banco de toda la vida». Muchos clientes no se limitan ni a un sólo banco, ni a tener sólo una cuenta abierta. Las causas de este cambio pueden deberse a una creciente competencia y al auge de la banca online.

¿Por qué cambiar?. ¿En qué me beneficia?.

  1. Nos permite aprovecharnos de ofertas que puedan tener otros bancos. Por ejemplo, cuentas remuneradas a mejor tipo, que te paguen un tanto por ciento por cambiar tu plan de pensiones, remuneración si traspasas tu fondos a otra entidad, etc.
  2. Menos comisiones. Otro de los motivos que nos conducen a cambiar de banco son las elevadas comisiones que nos pueden cobrar en la entidad donde depositamos nuestros ahorros. Antes de hacer el cambio habría que analizar cuánto nos cobra nuestro banco y en qué concepto (mantenimiento de cuenta, transferencias, tarjetas).
  3. Beneficios al domiciliar la nómina. Muchos bancos ofrecen ventajas a quienes domicilien su nómina en ellos. Además de la exención de comisiones, también existen ventajas a la hora de solicitar un préstamo (el tipo de interés que te aplican es menor con nómina y recibos domiciliados en el nuevo banco).
  4. Descuento en recibos domiciliados. Hay entidades como por ejemplo Banco Sabadell que te devuelve cada mes el 2% de los recibos que tengas domiciliados en sus oficinas.
  5. Dar el paso a la era digital. Ahora por internet es todo mucho más fácil. Para tu operativa diaria, todo son ventajas: sin apenas comisiones, sin ceñirse a horarios ni esperar largas colas. Puedes operar directamente desde el ordenador de tu casa.

Tipos de cambio de banco:

  1. Cambiar la nómina de banco. Consiste en domiciliar la nómina en otro banco bien para aprovecharnos de alguna promoción puntual, para dejar de pagar comisiones o para conseguir regalos.
  2. Cambiar los ahorros. Podemos tener la hipoteca en un banco y los ahorros en otro. Recordad lo que os he comentado al principio: hay que diversificar «por lo que pueda pasar». Además hoy en día, «ya no se lleva» estar «atado» al mismo banco toda nuestra vida.
  3. Cambiar nuestra pensión a otro banco. Si tenéis plan de pensiones, en cuanto empiece la campaña, veréis como muchas entidades os pagan una «bonificación» si decidís traspasar vuestro plan.
  4. Cambiar la hipoteca de banco. Es lo que se conoce como subrogación de hipoteca. Ojo porque aquí hay que tener en cuenta que si nos subrogamos, los gastos de notario, y de los nuevos seguros asociados al préstamo (vida y hogar), tendríamos que asumirlos nosotros. Aún así, si nuestra hipoteca tiene ya algunos años, ahora que los tipos de interés están tan bajos, veremos que  hay ofertas suculentas en el mercado.

¿En qué debemos fijarnos?

    • Cláusula de permanencia. Hay que revisar todos los productos que tenemos contratados antes de dar el paso, ya que algunos de ellos pueden contener una cláusula de permanencia que te «obligue» a seguir vinculado con tu banco. Si decides irte, probablemente tengas que pagar una penalización.
    • Cambiar las domiciliaciones bancarias. De esto se suele encargar nuestro nuevo banco. Basta que le pases una relación de lo que tienes domiciliado. Aún así, «no está de más» que lo supervises por si acaso.
    • Cancelar las tarjetas. Asegurarse de que estén todas dadas de baja.
    • Dejar la cuenta o cuentas a cero y cancelarlas. Es recomendable solicitar un justificante al banco de dicha cancelación para evitar problemas.

¿Por qué no cambiar de banco?

Hay clientes que se sienten satisfechos con el trato que les da su banco, y no están dispuestos a cambiar. Y es que cuando algo va bien  ¿por qué cambiarlo?.

Sin embargo, siempre es bueno estar informado sobre las ventajas que ofrecen los demás bancos y valorar nuestra satisfacción real analizando lo que hacen las otras entidades.

Nuestro perfil como cliente, y nuestras necesidades pueden irse modificando a lo largo de los años. Estas circunstancias serán las que determinen si permanecemos en nuestro banco «de siempre» o buscamos otras opciones.

Cambiar de entidad es una decisión muy importante en la que debemos tener en cuenta todos los factores enumerados en este post. Además, no todos los bancos son igual de solventes, y ese es otro factor en el que fijarse.

No es necesario «cambiar por cambiar». Hay que fijarse en si realmente dicho cambio nos aporta más ventajas que desventajas. Y es que a veces «Más vale malo conocido que bueno por conocer»

Como siempre, ya sabéis que si queréis hacerme alguna consulta, podéis hacerlo a través de marian@garciaslopezasesores.es