I Remember You

I Remember You

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Hace unos días, leí un artículo en prensa que “me llegó a la patata”. Versaba sobre la historia de un emprendedor valenciano que había decidido darle una segunda vida a “Don Algodón”, una de las llamadas “marcas zombie” (aquellas que vivieron su momento de gloria  y ahora son rescatadas).

Yo era “clienta top” de esa marca de ropa en los 90 y al leer esas líneas no pude evitar que me invadiera la nostalgia. De pronto, se empezaron a agolpar en mi mente las fotos de su creador Pepe Barroso (un pijo guaperas de la época) y de esas modelos “niñas de papá” que paseaban la marca en revistas y pasarelas: la preciosa Blanca Suelves, la explosiva Miriam Reyes…

Recordé los sábados por la mañana cuando visitaba la tienda con mi madre y mi hermana para comprar la ropa de temporada. En esa época veía “Sensación de vivir Beverly Hills, 90210”, estudiaba en la universidad y esperaba con ansia los viernes noche para salir de marcha con mis amig@s.

Para mí, la vuelta de “Don Algodón” no es la recuperación de una marca sin más: significa un flashback maravilloso al pasado.

Según la neurociencia, la comunicación de una marca que estimule las regiones del cerebro dedicadas a las emociones, será mucho más efectiva y aumenta las posibilidades de ser elegida con posterioridad.

Lo que me falta en este regreso de la marca al mercado es algún anuncio en el que por ejemplo una madre evoque esos recuerdos junto a su hija adolescente -ambas con sudadera Don Algodón-, escuchando a “Hombres G” frente a una taza de café con leche un domingo por la mañana.

En las madres que como yo hemos vivido intensamente esa época, se despertaría el ansia de comprar esa sudadera. No sólo para compartir con nuestros hijos/as esos momentos que nos hicieron tan felices, sino para volver a vernos como cuando teníamos 19 o 20 años.

Si queremos que nuestro producto o servicio llegue a nuestro cliente ideal, una de las estrategias que podemos utilizar es la de “tocarle la fibra” mediante estímulos (visuales, olfativos, auditivos, etc…) Las emociones asociadas a un determinado estímulo favorecerán el proceso de la memoria haciendo que nuestro producto resulte mucho más atractivo.

Usemos las emociones para conectar con nuestros clientes, dejémonos llevar por nuestros recuerdos volviendo a ese momento especial, mágico.

Está muy bien rescatar marcas del olvido para sacarlas de nuevo a la luz y que vuelvan a brillar como antes para que no nos olvidemos de ellas, para que volvamos a saborearlas como cuando empezábamos a descubrir eso que llaman juventud.

Como decían los Skid Row allá por los 90 en su hit “I Remember You”:

“Remember yesterday, walking hand in hand

Love letters in the sand, I remember you(…)” («Recuerdo el ayer, caminando de la mano/ Cartas de amor en la arena. Me acuerdo de ti (…)»