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En 1987 el grupo R.E.M. publicó su álbum «Document». Contenía una canción que muchos de nosotros/as hemos bailado cuyo largo título me ha inspirado para el contenido de este nuevo post. Se llamaba «The End of the World as We Know (And I Feel Fine)».

Y es que si algo nos ha traído toda esta movida del Covid-19 es el fin del mundo tal como lo conocíamos hasta ahora. En pocos meses nuestras vidas han dado un giro de 360 grados en todos los sentidos: familiar, laboral, económico, social, espiritual, etc.

La incertidumbre se ha instalado entre nosotros, y lo ha hecho para quedarse. Ante esta situación podemos actúar de dos maneras: viviendo constantemente angustiados o afrontando la situación y buscando soluciones que nos hagan sentir bien.

Nuestro cerebro no lo lleva nada bien. Como ya sabéis (seguro que lo habéis oído miles de veces), estamos programados para sobrevivir y todo lo que nos cree inseguridad, el cerebro lo interpreta como amenaza y tiende automáticamente a rechazarlo.

Pero hace ya muchos años que descendimos de los árboles, y pese a convivir con un cerebro primitivo, somos capaces de crear toda una serie de herramientas que nos ayuden a gestionar esa incertidumbre.

Decía el filosofo Voltaire allá por el siglo XVIII que «La incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza es una posición absurda». Y es que pese a que nos cueste gestionar la incertidumbre, es absurdo pensar que podemos controlar y conocerlo todo. Y si no, basta con retrotraernos a marzo de este mismo año.

Hemos pasado por muchas fases: euforia (nos hacía cierta «gracia» vivir esa experiencia de estar metidos en casa), aburrimiento, ansiedad, estrés, miedo, apatía, tristeza… Permitidme que os diga algo: ¡Tenemos derecho a sentirnos mal! No soporto a esa gente que nos incita a vivir en un estado de felicidad perpetua.

El duelo hay que pasarlo, ahora toca aceptar la situación y adaptarnos a ella de la mejor manera posible. Habrá cosas que tendremos que posponer y otras que empezamos a hacer de forma diferente, como el teletrabajo o la formación online.

Vamos a aceptar cada día como nos venga y no pensar en lo que sucederá mañana, sino valorar lo que tenemos hoy. Así permitiremos a nuestro cerebro que se relaje: apaguemos ese ruido constante que no nos conduce a nada y aprendamos a sacarle jugo a la vida para vivir más tranquilos/as.

No pasa nada si un día estamos bloqueados/as, si no nos llega la inspiración o somos menos productivos. En momentos como esos lo mejor es desconectar y volver al «on» con la mente despejada.

¿Qué podemos hacer para gestionar esa incertidumbre?

Aquí os dejo algunos consejos para hacerle frente:

1.- Toma conciencia de la situación. ¿Dónde estoy? ¿Cómo y en qué me ha afectado esta crisis?

2.- Traza tu propio mapa. Márcate unas metas y objetivos. Planifica cómo vas a llegar a ellos, qué herramientas necesitas. En situaciones como la actual me gusta mucho hablar del mapa financiero-vital porque no hay nada que nos agobie más que el dinero. Cada uno/a tenemos nuestras circunstancias personales y financieras. Ese mapa nos ayudará a orientarnos y replanificarnos las veces que sea necesario.

3.- Pasa a la acción. La mejor manera para enfrentarse a un sentimiento o una emoción es ponerle un nombre y enfrentarte a ella. Traza un plan de contingencia en el que recojas lo peor que te puede pasar y cómo te vas e enfrentar a ello. Verás como tus miedos se disipan poco a poco.

4.- Aprende a aceptar los riesgos. El riesgo es algo inherente a la incertidumbre: intenta minimizarlo y acepta aquellos riesgos que no puedas eliminar.

5.- Muéstrate abierto/a al cambio. Stephen Hawking decía que «La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio». Las cosas suceden por algo. Bofetadas como esta, nos abren los ojos y nos permiten replantearnos muchas cosas.

Que nuestra actitud sea la de la canción de REM: «Es el fin del mundo tal como lo conocemos, y me siento bien». Pues eso, empieza una nueva era llena de posibilidades: tomemos nota y aprovechémosla.

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2017-06-05, Marian López


Empezar a ahorrar desde ya, puede ser para muchos la tabla de salvación para su futuro.

Cada día leemos noticias en los periódicos que tienen que ver con el futuro de nuestras pensiones. Y la verdad es que dicho futuro planea sobre nosotros como algo tremendamente oscuro.

Sin embargo, una de las soluciones a ese «dolor de cabeza«, puede resultar más sencilla de lo que imaginamos: ahorrar.

Comenzar a ahorrar pronto y no esperar a hacerlo cuando tengamos cincuenta años, puede proporcionarnos alguna que otra alegría.

Uno de cada cuatro euros que entra en nuestros hogares, procede de las pensiones. El Gobierno ha tenido que afrontar durante el 2016 un déficit del Sistema de la Seguridad Social del 1,7%, y la cosa «pinta mal» para este 2017.

Al incremento del paro, se suma que nuestra esperanza de vida es cada vez mayor. El pago de las pensiones se convierte en «la patata caliente» del Gobierno de turno en nuestro país.

Como asesora de finanzas personales, siempre recomiendo a mis clientes que empiecen a ahorrar cuanto antes, y que pongan «deberes» a su familia para que todos lo hagan.

Pero ¿cómo ahorrar?.

Un amigo mío músico tiene una canción cuya letra decía «Hablar por hablar no es fácil«. Yo lo aplico al ahorro, y es que «ahorrar por ahorrar no es fácil«.

La mejor manera de ahorrar es hacerlo de forma eficiente. No se trata de coger dinero y esconderlo debajo del colchón, sino ahorrar eficientemente y desde jóvenes. Ahora lo veréis con un ejemplo.

Antes de nada hay que tener en cuenta el tema de la inflación porque eso afecta directamente al «valor del dinero«.

La inflación es el aumento generalizado y sostenido del precio de los bienes y servicios. No «valen» lo mismo 6 euros actuales que 1.000 pesetas de las de hace unos años.

Hoy en día podemos comprar menos cosas con 6 euros que antes con 1.000 pesetas.

 Por eso es muy importante que lo que ahorremos no quede «debajo de un colchón», sino que lo pongamos a rentabilizar lo antes posible para que no pierda valor.

¿Qué podemos hacer para ahorrar de forma eficiente?.

 En primer lugar, aceptar que empezar a ahorrar a los 30 es mejor que hacerlo a los 50 porque el recorrido que tendremos para alcanzar nuestro objetivo, será mayor.

En segundo lugar, marcarnos un objetivo a largo plazo. ¿Qué dinero quiero tener de aquí a 10 años?. Y a partir de ahí, calcular cuánto debemos ahorrar para conseguirlo.

En tercer lugar, elegir el producto con el que queremos ahorrar. Para ello es sumamente importante que conozcamos cuánto riesgo estamos dispuestos a asumir para obtener una mayor rentabilidad.

Una vez que conozcamos nuestro perfil de inversión (para ello necesitaremos la ayuda de un asesor financiero), podremos ver la «carta de productos» que existe en el mercado.

Actualmente, los tipos de interés están muy bajos, por lo que un perfil conservador que decida no arriesgar o hacerlo lo mínimo, se moverá en productos de inversión tipo depósitos, bonos, fondos de inversión garantizados, etc con rentabilidades inferiores al 1% en muchos casos.

Sin embargo, si eres joven, puedes probar con algo más de riesgo al principio y conforme te acerques a la edad de jubilación, cambiar tus inversiones a algo más conservador para preservar tu dinero.

Respecto a cómo ahorrar de manera eficiente. Mi consejo es que contratéis un producto que os permita reinvertir los intereses que vayáis generando. Es lo que se conoce en términos financieros como «interés compuesto«.

Con el interés compuesto vas reinvirtiendo tus ganancias para que éstas generen más intereses.

Por ejemplo, invertimos 1.200 euros al año (100 euros al mes) en un producto que nos ofrece una rentabilidad del 2% anual. En un año, obtendríamos 1.224 euros. Estos 1.224 euros (lo invertido + los intereses generados) los volvemos a reinvertir al 2%, con lo que generaríamos un total de 1.248,48 euros al segundo año, y así sucesivamente.

A los 10 años, esos 1.200 euros se habrían transformado en 1.463 euros. Se trata de cantidades muy pequeñas y de tipos de interés bajos, pero es para que con este ejemplo veáis que reinvirtiendo los intereses, vuestro dinero sigue generando «valor».

Espero que al menos este ejemplo pueda concienciaros de que ahorrar (pese a que sea complicado) pasa por ser la solución para nuestro más que incierto futuro.

No obstante, si queréis hacerme alguna consulta, no dudéis en contactar conmigo a través de la página web www.garciaslopezasesores.es. Estaré encantada de poder ayudaros.

Esta semana me despediré con una frase del teólogo británico John Wesley: «Gana todo lo que puedas; ahorra todo lo que puedas; da todo lo que puedas«.

En mi próximo post encontraréis nuevos contenidos. Hasta entonces, no olvidéis ser felices.

 

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chiringuito

2016-07-25, Marian López


El año pasado, el número de alertas publicadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre chiringuitos financieros, creció un 65%.

Estamos en verano, época de vacaciones, playa y chiringuito. Pero no todos los chiringuitos son igual de agradables que esos en los que te presentas con tu bañador y tu chanclas a comerte unos buenos mejillones y una cerveza bien fresquita.

Existen otros chiringuitos en los que te reciben con traje y corbata para ofrecerte productos de inversión con elevadas rentabilidades sin apenas riesgo. ¿Os suena de algo?. Son los llamados chiringuitos financieros.

En este post intentaremos definir qué es un chiringuito financiero, así como las claves para evitar caer en él.

Empezaré contando una experiencia que viví en primera persona con un ex cliente de banca privada. Vamos a llamarlo Sr. Joan (por ponerle un nombre de la tierra).

Pues bien, el Sr. Joan tenía invertidos en la entidad para la que yo trabajaba por aquél entonces, más de un millón de euros ganados con el «sudor de su frente«, como propietario de un negocio de éxito.

El Sr. Joan estaba encantado con su cartera de inversión. Era una cartera bastante diversificada, adaptada a su perfil y con el riesgo controlado.

Pese a estar satisfecho con las rentabilidades obtenidas, de pronto comenzó a deshacer posiciones y a disponer de buena parte de su dinero.

Ante la falta de información al respecto, decidimos preguntar directamente al cliente qué era lo que estaba sucediendo. El Sr. Joan expresó su satisfacción, pero nos comunicó que le habían ofrecido unas rentabilidades muy superiores a las nuestras en un producto de inversión sin riesgo.

¿Elevadas rentabilidades sin riesgo?. Algo «chirriaba» en esta ecuación. Le recomendamos al Sr. Joan que fuera prudente, que se informara muy bien antes de invertir los ahorros de toda una vida.

El Sr. Joan contestó que se trataba de gente seria, con unas oficinas de lujo en un lugar privilegiado y que además, le enviaban información sobre la evolución de sus inversiones cada mes.

Él ya se había encargado de recomendarlo a otras personas (familiares y amigos), puesto que por cada cliente que fuese de su parte, su rentabilidad se incrementaba. Eso sí, el mes de agosto la oficina cerraba, no le pagaban su cupón y en septiembre le pagaban el acumulado de ambos meses.

Estoy segura de que a muchos de vosotros, este guión os parece sacado de una película de ciencia-ficción, pero os puedo asegurar que es real como la vida misma.

Bien, la cosa acabó como el «rosario de la aurora«. Un buen día, la lujosa oficina cerró sus puertas con un escueto cartel de cambio de ubicación que, por supuesto, resultó falso.

No obstante, la policía logró detener a la red de delincuentes acusados de estafa. Pero desgraciadamente, el Sr. Joan no recuperó su dinero. Es más, perdió amigos y se ganó la enemistad de parte de su familia.

¿Cómo alguien que llevaba al frente de su propio negocio tantos años, con un prestigio reconocido, se dejó embaucar de esa manera?. Era la pregunta que aún hoy continúo haciéndome.

Es la triste historia de un empresario que por su avaricia, cayó en las redes de un chiringuito financiero.

Pero ¿qué es exactamente un chiringuito financiero?.

La CNMV define con el término de «chiringuito financiero» a «aquellas entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar autorizadas para hacerlo». No están registradas ni en la CNMV ni en el Banco de España.

Los chiringuitos financieros actúan al margen de la legalidad. No están adheridos al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), por lo que sus inversores no están protegidos en caso de insolvencia de la entidad no autorizada.

¿Cómo actúan los chiringuitos financieros?.

Utilizan diferentes técnicas de contacto y de persuasión.

En cuanto a las técnicas de contacto más habituales:

  • Llamada de teléfono. Al ser una toma de contacto más directa, permite mayor presión psicológica. Son llamadas que no responden a una solicitud previa de información.
  • Correo. Utilizan lujosos folletos en los que presentan inversiones sofisticadas y prometedoras para sus futuros clientes. Solicitan que contactéis con ellos bien rellenando un cupón, bien llamando por teléfono o a través de su página web.
  • Internet. Es uno de los medios más utilizados ya que permite a los anunciantes acceder a una amplia masa a un coste inferior al de otros medios.

Las técnicas de persuasión empleadas por los chiringuitos financieros son:

  • Predicciones acertadas. Utilizan una técnica muy simple. Para demostrar su conocimiento de los mercados financieros, llaman a un número elevado de personas divididas en dos grupos:

En un grupo apuestan por la subida de un valor, y en el otro por lo contrario.  Si el valor sube, sólo llaman al primer grupo, que queda encantado con su capacidad de predicción. Esto mismo, lo repiten varios días hasta convencer al cliente.

  • Apariencia de respetabilidad y éxito. Los responsables de los chiringuitos financieros, suelen vestir muy elegantes y tener oficinas lujosas.
  • Dar explicaciones incomprensibles y utilizar muchos tecnicismos.
  • Ofrecer grandes beneficios con pocos riesgos.
  • Insistencia para que se adopte una decisión inmediata.
  • Presión psicológica.

Claves para evitar caer en manos de un chiringuito financiero.

1.- Tu puedes ser una víctima potencial. No existe un perfil determinado de víctima, ya que a veces las estafas están tan elaboradas, que son 100% creíbles por lo que pueden caer en ella desde pequeños ahorradores a empresarios.

2.- Atento a las técnicas de captación. Los chiringuitos financieros no emplean canales diferentes a los de otras empresas reguladas de servicios de inversión: teléfono, internet, anuncios publicitarios en televisión, etc.

3.- No des tus datos personales. La CNMV aconseja que nunca des información personal o confidencial a empresas o personas desconocidas. Por favor, elimina los mails que soliciten información confidencial.

4.- Quizás seas víctima de una estafa piramidal. Tal como hemos visto en el ejemplo, que tú lleves clientes al chiringuito financiero, incrementa tus beneficios. Incluso a los primeros clientes la propia empresa les paga algo más.

5.- Ojo con la presión psicológica. Al principio, la conversación suele ser amable, pero si los comerciales detectan que no estás interesado en lo que te ofrecen, se vuelven más insistentes y su discurso más agresivo.

6.- Te presionan para que tomes una decisión rápida. Las decisiones a la hora de invertir tu dinero, suelen necesitar un tiempo de maduración. Sin embargo, en estos chiringuitos financieros te presionarán para que tomes una respuesta afirmativa lo antes posible.

7.- Desconfía de promesas de elevadas rentabilidades sin riesgo. Sencillamente un producto financiero así, no existe. Toda inversión en la que se quieran obtener rentabilidades atractivas, requiere un riesgo: «a mayor rentabilidad, mayor riesgo».

8.- Protégete. La mejor manera de protegerse es desconfiar de comportamientos como los expuestos, pedir información sobre esa entidad al Banco de España o a la CNMV y si no nos convence, no entrar en su juego.

Colgar el teléfono o eliminar un mail a tiempo, puede ahorrarnos muchos disgustos. No obstante, cualquier duda que tengáis al respecto, ya sabéis que podéis contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es.

Esta semana me despediré con una frase del filósofo griego Epicuro: «¿Quieres ser rico?. Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia».

Volveremos la semana que viene. Hasta entonces, por favor,sed felices.

 

 

 

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Crowdlending

2016-07-11, Marian López


El crowdlending permite financiarse directamente por una comunidad financiera sin necesidad de acudir a los servicios de un banco u otra entidad financiera tradicional.

En nuestro país cada vez son más los modelos de negocio innovadores que exigen respuestas igualmente innovadoras para dar solución a sus necesidades.

Y es que tanto bancos como financieras, ante un mercado cada vez más especializado, no cuentan con el producto adecuado que consiga «solventar la papeleta» de los nuevos negocios.

Una de estas «papeletas» es la financiación de esas nuevas pequeñas y medianas empresas de reciente creación.

El denominado crowdlending ha permitido que miles de inversores destinen su dinero a conceder préstamos a empresas o proyectos de su interés. Los tradicionales préstamos entre particulares y empresas resurgen envueltos en este nuevo formato.

Si tienes una pyme o un proyecto que quieras materializar, nuestro post de esta semana os ayudará a desvelar cuestiones como en qué consiste el crowdlending, sus ventajas y desventajas.

¿Qué es el crowdlending?.

El crowdlending es un préstamo entre particulares y empresas.

Consiste en la financiación mediante préstamos o créditos a pequeñas y medianas empresas, por medio de una red  que cuenta con un elevado número de prestamistas particulares o empresas dispuestos a invertir su capital privado o sus ahorros a cambio de un tipo de interés.

El crowdlending se presenta como una forma alternativa de obtener financiación, diferente a la ofrecida por bancos u otras entidades financieras tradicionales.

Aporta una solución al contexto económico actual, ya que la obtención de financiación a través de medios tradicionales, resulta cada vez más complicada.

¿Qué factores han contribuido al incremento del crowdlending frente a la financiación tradicional?.

  • El rápido desarrollo de internet y las nuevas tecnologías on line.
  • La popularidad de las redes sociales y otras comunidades en internet.
  • La demanda por parte de los inversores de alternativas que resulten más económicas, éticas y transparentes que los productos y servicios ofrecidos por la banca tradicional.

¿Cuáles son las ventajas de solicitar financiación a través del crowdlending?.

1.- Agilidad. El proceso para acceder a la financiación se realiza online y suele ser bastante sencillo. Lejos del papeleo y la burocracia de los bancos.

2.- No implica productos ni servicios adicionales. Antes de concederte un préstamo, cualquier banco te pedirá cierta vinculación a través de la contratación de productos como abrir una cuenta corriente en la entidad, contratar tarjetas de crédito, etc.

Las plataformas de crowdlending transfieren el dinero directamente a la cuenta corriente del solicitante de financiación sin requerir ninguna vinculación.

3.- El crowdlending no consume CIRBE. La CIRBE es un registro donde constan todas las deudas que mantengas con entidades financieras. De hecho los bancos, antes de concederte un préstamo, consultan este registro.

Si tu endeudamiento es elevado (superior al 40% de tus ingresos), no te concederán préstamo alguno.

Las plataformas de crowdlending no están obligadas a inscribir sus operaciones en el registro CIRBE. Al no tenerse en cuenta el endeudamiento adquirido con anterioridad, es mucho más fácil que te presten dinero.

4.- No hay necesidad de repetir explicaciones. Al iniciar el proceso de solicitud de financiación a través de tu banco, tu expediente pasará por varias manos, por lo que a veces te verás obligado a dar explicaciones sobre lo mismo a varias personas distintas.

En cambio, en las plataformas de crowdlending, introduces online la información que te sea requerida. Esta información ya queda disponible para que el departamento de riesgos (que es del que depende que se te conceda el crédito), la consulte cuando lo necesite.

5.- Transparencia en la contratación. Las plataformas de crowdlending se esfuerzan por aportar total transparencia a sus sistemas para que el sector gane una mayor confianza.

De otra parte, la sencillez del proceso permite que los contratos adquiridos por ambas partes, sean más claros y breves.

6.- El crowdlending permite un modelo de financiación más justo. Como ya hemos comentado antes, las plataformas de crowdlending ponen directamente en contacto a inversores y a empresarios que necesitan financiación.

En este proceso se elimina a los intermediarios, y además aporta un mayor control al inversor que puede elegir los proyectos que quiere financiar con su dinero.

Desventajas del crowdlending.

1.- La principal es el riesgo. Existe riesgo de impago a futuro por ejemplo en caso de quiebra de la empresa.

Quien invierta en una empresa a través del crowdlending, debe seleccionar muy bien el proyecto en el que va a invertir.

No obstante, estas plataformas de crowdlending, seleccionan a empresas solventes y con capacidad de pago para que se invierta en las mismas.

Para minimizar el riesgo, otra posible solución además de seleccionar el proyecto en el que decidas invertir, es la diversificación.

Si somos inversores, es muy recomendable invertir pequeñas cantidades en diferentes negocios. Así si se produjera un impagado en alguna de las empresas, sólo podríamos perder esa pequeña cantidad.

2.- Inseguridad de obtener el 100% de la financiación. Quien solicita la financiación se enfrenta al riesgo de que no obtenerla en su totalidad.

Y es que la empresa de crowdlending no te puede garantizar que el gran número de inversores existentes, presten el dinero suficiente como para poder cubrir el 100% del importe que has solicitado.

En caso de que no consiguieras la financiación, puedes decir que no quieres el importe conseguido hasta el momento. También tienes la opción de adaptarte a dicho importe conseguido, si es que te basta.

¿Cómo funciona?.

Todos los trámites para acceder a financiación a través de una plataforma de crowdlending, se hacen por internet.

Registras la empresa en la plataforma y aportas la documentación que se te pida. Obtendrás respuesta en 48 horas. Seguidamente se publica en la web el préstamo solicitado durante 20 días.

Una vez conseguida la cuantía, se ejecutan las órdenes de crédito de los inversores. Éstos van percibiendo mensualmente el interés hasta que venza el préstamo.

Si no se llegase a cubrir el importe solicitado, la plataforma negociará con la pyme si la cuantía obtenida es suficiente. En caso contrario, el inversor recuperaría su dinero.

Recordaros que para cualquier duda, podéis consultarnos sin compromiso a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es Siempre estamos dispuestos a orientaros.

Me despediré con una frase de E. Joseph Cossman: «Los obstáculos son esas cosas que las personas ven cuando dejan de mirar sus metas«.

Si para alcanzar vuestra meta meta necesitáis financiación, ya sabéis que existen alternativas como el crowdlending que pueden ayudaros a conseguirlo.

Volveremos la próxima semana con nuevos temas. Hasta entonces, sed felices.

 

 

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Consejos invertir

2016-06-06, Marian López


En época de volatilidad como la actual, es fácil tomar decisiones erróneas. Para invertir «con cabeza» es mejor seguir una serie de reglas básicas.

Nos movemos en un entorno difícil, con muchos altibajos que no facilitan la labor de aquellos que han decidido invertir. Lo que ayer nos daba alegrías con buenísimas rentabilidades, hoy está en negativo.

No considero que yo esté en un plano superior, pero sí en uno privilegiado que me permite ver las barbaridades que hace al gente al invertir. Por este motivo, he decidido que mi post de esta semana vaya encaminado únicamente a enumerar una serie de reglas para invertir sabiendo lo que hacemos.

Son unas reglas muy básicas y bastante obvias que se deberían poder aplicar sin problema.

Regla número uno. Timing de mercado.

El timing de mercado consiste en la pericia de comprar y vender en el momento justo.  Ser capaz de comprar en mínimos y vender en máximos.

Dicho así no parece muy complicado, ¿verdad?. Pero lo cierto es que para quien domine esta técnica, invertir se convierte en un «arte».

Es muy complicado acertar con el momento de entrada o salida de una acción. De hecho lo de comprar en mínimos y vender en máximos es difícil que nos suceda.

De lo que se trata es de ser lo suficientemente ágil como para identificar esos niveles (de máximo y mínimo) lo antes posible, y actuar en consecuencia.

Regla número dos. Corta las pérdidas cuanto antes.

Si ya estás metido de lleno en esto de invertir, ojo con las pérdidas que puedas tener.

Esta segunda regla es difícil aplicarla. ¿Qué es lo que suele hacer generalmente un inversor?. Lo primero que hace es vender inmediatamente las acciones que tengan ganancias y dejar correr las que obtienen pérdidas.

Mal: lo único que conseguiréis «pasando por alto» las acciones que pierden, es que dichas pérdidas vayan en aumento. De repente pasáis a convertiros en inversores a largo plazo, con un dinero del que no disponéis, invertido en unas acciones cuyo valor va cayendo cada vez más.

Cuando os encontréis ante esta situación, lo primero que debéis hacer es «dejar correr» las posiciones ganadoras y cortar las pérdidas.

Lo básico a la hora de invertir es preservar el capital en la medida de lo posible.

Regla número tres. Rentabilidad vs riesgo.

Una premisa básica en el mundo de la inversión es que «rentabilidad y riesgo van unidos«. A mayor rentabilidad, mayor riesgo y viceversa (esto mismo ya lo he repetido en otras ocasiones).

Por tanto, si quieres invertir es importantísimo que sepas dónde lo haces. No es lo mismo un depósito a plazo que un fondo de inversión. Igual que no es lo mismo invertir comprando acciones en el sector tecnológico o en el financiero.

Imagino que antes de invertir, vuestro banco ya os habrá hecho algún tipo de cuestionario para conocer vuestro perfil de inversor. Pues bien, vuestro objetivo debe ser manteneros siempre en productos que encajen con vuestro perfil (conservador, moderado, agresivo, etc).

Regla número cuatro. Cuidado con los cambios medios.

Muchos inversiones que mantienen posiciones perdedoras, lo que hacen es comprar acciones a niveles más bajos esperanzados en poder recuperarse un poco con esa operación, para al final acabar recuperando la inversión total.

¡Error!. En la mayoría de casos esta «jugada» no suele salir bien y lo único que se consigue es que se incrementen las pérdidas.

Regla número cinco. Procurad no ir contra la tendencia.

También aquí se aplica una máxima muy evidente: Si el mercado sube, la mayoría de títulos subirán, y si por el contrario el mercado baja, los títulos también lo harán.

Basándonos en esta premisa, deberíamos ser capaces de actuar en consecuencia.

Regla número seis. No es bueno «obsesionarse» con un único activo.

El que una compañía sea buena, no garantiza que sus acciones vayan a comportarse bien. Tampoco obliga a que el inversor tenga acciones de dicha compañía en su cartera.

Podemos identificar si una compañía es buena a través de los datos fundamentales, pero nos hará falta además conocer cómo está el mercado y si es el momento adecuado para entrar a comprar.

Regla número siete. Ojo con el análisis técnico.

El análisis técnico es una herramienta cuyo objetivo consiste en predecir cómo evolucionará en nuestro caso, una acción, basándose en el comportamiento que esa acción haya tenido en el pasado.

Pero que una acción se haya comportado de manera extraordinaria en el pasado, no implica que vaya a continuar igual de cara al futuro.

Como hemos comentado al principio, nos encontramos ante un escenario lleno de cambios. Si no, ¿quién iba a predecir que las acciones de Bankia llegarían a no valer prácticamente nada?.

Regla número ocho. Mantente alejado del ruido mediático.

A la hora de invertir, pese a que nuestros sentimientos influyan más de lo que creemos, debemos ser capaces de mantener la mente fría y no dejarnos arrastrar por lo que hagan los demás.

¿Qué sucede cuando la Bolsa baja durante una temporada?. Pues que todo el mundo se lanza en masa a vender, cuando a lo mejor, no es el momento idóneo para ello. El pánico escénico no es bueno para nadie.

Si queremos invertir con un mínimo de éxito, hay que dejar de lado las corazonadas y aplicar cierta disciplina a la hora de operar.

Siguiendo estas reglas tan básicas, podremos ahorrarnos más de un disgusto, seguro.

No obstante, como siempre, os recomiendo que antes de invertir o dar un paso en falso, si no estáis seguros de lo que hacéis, acudid a un experto que pueda orientaros. Desde www.garciaslopezasesores.es, estamos dispuestos a ayudaros. Podéis visitar nuestra página web sin compromiso alguno.

Esta semana, me despido con una frase del famoso inversor Seth Klarman: «Evitar cometer los errores de los demás es un paso muy importante para alcanzar el éxito».

Volveremos la semana que viene. Hasta entonces, sed felices.

 

 

 

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Bolsa y nervios

2016-02-15, Marian López


Nos encontramos en un momento difícil para los inversores. Todos aquellos que invierten en Bolsa, se preguntan qué hacer ante un entorno tan volátil.

Y es que no corren buenos tiempos para las inversiones. Se dan muchas circunstancias en contra: bajada de tipos de interés, descenso de los mercados emergentes (Brasil, China), crisis en EEUU y Europa, etc.

Con eso de la globalización, lo que ocurre en cualquier parte del mundo, nos afecta a todos. Estamos conectados tanto para lo bueno como para lo malo. Con tantos frentes abiertos, los mercados se resienten y fluctúan “a sus anchas”.

Ni siquiera los expertos más renombrados saben qué ocurrirá. Algunos hablan de un “crack mundial”. Si bien no hace falta ser tan drástico, lo cierto es que la tendencia del mercado actual es la volatilidad y sus constantes vaivenes: aquello que hoy es bueno, mañana puede no serlo tanto.

El ejemplo más claro lo tenemos en los fondos de inversión. Se convirtieron el año pasado en el máximo refugio de los ahorradores frente a las bajas rentabilidades ofrecidas  por el “producto estrella” hasta entonces: los depósitos.

Ahora resulta que como consecuencia de la inestabilidad del mercado, los fondos de inversión están dando algún que otro “sustillo” a quienes apostaron por ellos.

Donde tampoco ganamos para sobresaltos es en la Bolsa. Todos aquellos que invierten en Bolsa ya saben que se mueve por ciclos. El mercado bursátil es altamente sensible a todo lo que ocurra y se caracteriza precisamente por sus constantes subidas y bajadas.

Para los que andáis inmersos en la Bolsa, voy a dar algunos consejos a fin de evitar que cunda el pánico.

Qué hacer con mis inversiones en Bolsa.

Hay una corriente importante de psicología en el terreno de las inversiones, que estudia el comportamiento de los inversores ante las diversas situaciones que puedan darse en los mercados.

Deciros que dejarse llevar por las emociones es lo peor que podéis hacer. Esas emociones son el peor enemigo posible porque nos empujan irremediablemente a vender en momentos de pánico y a comprar a precios desorbitados en plena euforia.

Concretamente en nuestro país estamos sumergidos en una etapa de incertidumbre política que no nos favorece para nada. Los inversores se ponen nerviosos y ahí es donde se empiezan a preguntar cómo actuar.

No debemos olvidarnos de que los mercados en un primer momento, sobrerreaccionan ante cualquier acontecimiento, pero más adelante estos excesos se van corrigiendo.

Consejos sobre cómo actuar con mis inversiones en Bolsa.

1.- Invierte el dinero que no vayas a necesitar a corto plazo. Debemos tener en cuenta que en períodos con alta volatilidad, es más complicado recuperar nuestra inversión. Hay que esperar a que se den circunstancias más favorables antes de salir de Bolsa.

Por tanto, invierte con el dinero “que te sobre, aquél que no necesitarás durante un plazo mínimo de 3 años (por ejemplo), asumiendo los riesgos inherentes a este tipo de inversión.

2.- Ser conscientes del riesgo que asumimos. Quienes invertimos en bolsa, tenemos que saber que el riesgo forma parte de nuestra inversión, ya que nos encontramos dentro del mercado de renta variable.

3.- Estudiar bien la cartera. Es muy importante analizar bien los valores en los que vamos a invertir. No obcecarse con el comportamiento de lo que haga un índice. Por ejemplo, pese a la caída del Ibex 35, aún existen valores con una atractiva rentabilidad.

4.- Diversificar. La diversificación es fundamental para minimizar riesgos. Hay una frase al respecto muy utilizada por los asesores financieros: “Nunca hay que poner todos los huevos en la misma cesta”.

Es importante tener claro qué cantidad destinar a renta fija (como refugio) y el porcentaje que invertiremos en renta variable (mayor riesgo).

Uno de los vehículos de inversión que apuestan por la diversificación son los fondos. Dentro del dinero invertido en Bolsa,  podemos diversificar por sectores o por países (no centrarnos sólo en España).

5.- Aprender a controlar nuestros nervios. Va en la naturaleza del ser humano, sucumbir al pánico siempre que se da alguna circunstancia fuera de lo que consideramos “normal”. Los nervios se apoderan de nosotros y ese momento es crítico porque puede empujarnos a tomar una decisión errónea.

6.- No pensar que por el hecho de que hayamos comprado unas acciones que estén bajando durante un par de semanas seguidas, nuestra inversión no ha sido acertada.

La inversión se hace para un período de tiempo largo y es necesario que nos creamos que nuestra apuesta por una buena empresa, al final será rentable para nuestros intereses.

7.- Déjate asesorar. Para interpretar con claridad la situación que afecta a nuestra inversión (despojándola de la carga emocional), lo mejor es contar con el apoyo de un asesor profesional que nos ayude a tomar decisiones con frialdad.

Así podríamos evitar situaciones como malvender nuestras acciones en Bolsa ante cualquier noticia que pudiera afectar al precio de las mismas.

8.- Fijar objetivos. A la hora de invertir en Bolsa, es altamente recomendable fijarse unos objetivos tanto de rentabilidad como de pérdidas.

Por ejemplo, es mejor vender cuando hemos obtenido una ganancia X que esperar a hacerlo cuando lo hace todo el mundo y perder la oportunidad. Cuando todos venden, evidentemente el precio de la acción, baja.

Lo mismo con las pérdidas: no hay que dejar que corran sin control alguno, sino ir vigilando los objetivos que nos hemos propuesto para deshacer posiciones según las perspectivas del valor.

9.- Las correcciones pueden generar oportunidades. Una corrección en Bolsa puede ser un buen momento para invertir en acciones, los precios bajan y si apuestas por una buena empresa, tendrás la posibilidad de generar rentabilidades superiores a la media cuando el mercado rebote.

10.- Si psicológicamente no puedes aguantar las pérdidas, ¡NO INVIERTAS!. Hay productos de renta fija o depósitos a plazo, que pese a ofrecer bajas rentabilidades, su comportamiento es más tranquilo.

Olvídate de las supuestas ganancias que otros hayan podido conseguir: tu tranquilidad y tu salud no tienen precio.

Resumiendo: mantener la calma, tomar posiciones a largo plazo y aprovechar las oportunidades que surjan en los mercados, es la mejor estrategia que podéis seguir en épocas de volatilidad.

Por último recordaros que desde www.garciaslopezasesores.es, estamos dispuestos a ofreceros el asesoramiento profesional que necesitéis.

Volveremos la semana que viene con un nuevo post. Hasta entonces, sed felices.

 

 

 

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Publicidad engañosa FI

2015-11-16, Marian López


La semana pasada, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) alertó en un comunicado sobre la publicidad engañosa de las gestoras respecto a los fondos de inversión.

En concreto, la CNMV ha realizado un análisis acerca del contenido de la información publicitaria que aparece en las páginas web tanto de las entidades gestoras como de las comercializadoras.

En palabras del organismo presidido por Elvira Rodríguez, “el resultado de dicho análisis ha permitido detectar algunas prácticas que deben modificarse”.

Como consecuencia de esa “publicidad engañosa” acerca de los fondos de inversión, el ahorrador recibe una información poco veraz sobre sus inversiones. En definitiva, la CNMV estipula que “la publicidad deberá ser clara, suficiente, objetiva y no engañosa”.

Y es que a lo largo de este año, más de un millón de ahorradores, debido a los tipos de interés tan bajos, han decidido traspasar su dinero de los depósitos a los fondos de inversión.

La CNMV ha decidido denunciar al supervisor de los fondos de inversión ante lo que considera “malas prácticas”, para defender al pequeño ahorrador, que muchas veces acude a los fondos como la única vía que le recomienda su banco de poder obtener algo más de rentabilidad.

Sin embargo, para entender a qué se refiere la CNMV, primero habría que recordar algunos conceptos básicos.

¿Qué son los Fondos de Inversión?.

Un Fondo de Inversión es un instrumento de ahorro que reúne a un gran número de personas que quieren invertir su dinero.

El fondo pone en común el dinero de un grupo de personas y una entidad gestora se encarga de invertirlo (cobrando comisiones) en una serie de activos que pueden ser tanto acciones como títulos de renta fija, activos monetarios e incluso otros fondos de inversión o una combinación de todos ellos.

¿Cuáles son los elementos de un fondo de inversión?.

La unidad de inversión de un fondo se llama participación, y los inversores son partícipes. Si quieres invertir en un fondo de inversión, tendrás que comprar participaciones (la compra se llama suscripción). Si quieres deshacerte de la inversión, te tocará vender tus participaciones (la venta se llama reembolso).

Una sociedad llamada gestora, decide en qué activos financieros se va a invertir. Además se encarga de todas las tareas administrativas y contables.

Otra sociedad llamada depositaria, custodia los valores y el efectivo que componen el patrimonio de los fondos de inversión.

¿Cómo se determina la rentabilidad de los fondos de inversión?.

El precio o valor de mercado de cada participación, oscila según los valores que compongan el patrimonio, y se calcula diariamente dividiendo el patrimonio total por el número de participaciones en circulación en ese momento. Es el llamado “valor liquidativo” que puedes consultar en las páginas web de las gestoras.

La rentabilidad que tú obtendrás se calcula como el porcentaje de variación del valor liquidativo entre la fecha de compra y la de venta, y puede ser positiva o negativa.

Y aquí es donde viene el “meollo” de todo este tema: en lo que publican las gestoras para informarte sobre la rentabilidad que has obtenido con tus fondos de inversión.

Veamos las siete prácticas que denuncia la CNMV:

1.- Publicitar rentabilidades pasadas cuando ha cambiado la política de inversión.

Algunas entidades financieras “incluyen datos con rentabilidades históricas obtenidas con anterioridad a un cambio sustancial en la política de inversión del fondo”.

Esto significa que si un fondo de inversión consiguió una rentabilidad media del 9% durante tres ejercicios invirtiendo mayoritariamente en renta variable, no tiene sentido que se publiquen esos datos si ahora el fondo por la situación de los mercados, ha cambiado y la mayoría de su cartera está en renta fija.

Es imposible obtener esas rentabilidades invirtiendo en renta fija, lo que puede generar falsas expectativas en los ahorradores.

2.- Datos de rentabilidad sesgados.

Hay gestoras que sólo publican rentabilidades históricas de los fondos de inversión obtenidas durante al último año o el año en curso.

De acuerdo a la normativa vigente las rentabilidades históricas deben hacer referencia a los cinco años anteriores (además del vigente) y si la vida del fondo es inferior a ese período, las gestoras están obligadas a publicar rentabilidades de un período mínimo de 12 meses.

3.- Sumar rentabilidades de varios años.

Tampoco se considera adecuada la publicidad sobre rentabilidades históricas de los fondos de inversión, acumuladas en periodos superiores a un año.

Por ejemplo, que se diga de un fondo que ha obtenido una rentabilidad del 40% en los últimos 6 años.

4.- Mostrar las bondades de los fondos de inversión, sin explicar los riesgos.

Otra práctica con la que quiere acabar la CNMV es que se haga publicidad sobre las grandes rentabilidades que se pueden obtener con un determinado fondo, sin avisar al futuro inversor de los riesgos asociados a la inversión en dicho fondo.

Todos sabemos que “a mayor rentabilidad, mayor riesgo”. Algo de lo que debe estar informado debidamente nuestro cliente. No vale eso de decirle lo bien que va el fondo de inversión, sin explicarle la “segunda parte”: que si quiere más rentabilidad, tendrá que arriesgar su dinero y estar dispuesto a perder parte del mismo en caso de que las cosas no vayan bien.

5.- Destacar la rentabilidad con letra grande y en rojo.

Hay gestoras que se dedican a destacar de manera exagerada las rentabilidades (siempre que éstas sean positivas, claro) de sus fondos de inversión. Sin embargo, la CNMV cree que “los resultados históricos no pueden ser el elemento más destacado de la comunicación”.

Y es que “rentabilidades pasadas, no garantizan rentabilidades futuras”. Para saber si un fondo tiene un buen comportamiento en su política de inversión, existen otros muchos datos más fiables que las rentabilidades obtenidas años atrás.

Por tanto, la rentabilidad no debe ser el único elemento a tener en cuenta a la hora de decidirse por un fondo de inversión. Ese es un error en el que caen muchos ahorradores y, lo que es peor, los que asesoran a dichos ahorradores.

6.- Entidades que incluyen en su web comentarios ampliamente destacados que pueden considerarse poco claros o engañosos.

Por ejemplo, comentarios en los que se indica que invertir en determinados fondos de inversión no suponen un riesgo para el inversor, o incluso que con determinados fondos se obtendrá una rentabilidad superior a la de otros productos financieros.

Estos contenidos no reflejan de manera cierta los riesgos que se asumen en fondos de inversión.

7.- Utilizar simuladores o videos que calculan una rentabilidad potencial futura basada en la rentabilidad histórica del fondo de inversión desde su constitución.

Los resultados futuros, según la normativa vigente, deben basarse en supuestos razonables respaldados por datos objetivos.

Como ya he dicho antes y no me canso de repetir, la rentabilidad que haya obtenido un fondo en el pasado, no significa en absoluto que en el futuro siga igual. Un fondo no es un depósito en el que conoces de antemano su rentabilidad.

Los activos en los que invierten los fondos de inversión van cambiando a lo largo del tiempo para adaptarse a las circunstancias de los mercados en cada momento.

Se deberá advertir de forma bien visible que las rentabilidades obtenidas en el pasado no son en ningún caso, un indicador fidedigno de resultados futuros.

Por tanto, cuidado con la «publicidad engañosa» de los fondos de inversión. Si pensáis en ellos como opción para rentabilizar vuestro dinero, aseguraros bien de lo que vais a contratar: «nunca os metáis en algo que no entendéis«.

En estos casos, acudir a un buen profesional que disipe vuestras dudas y os explique en profundidad el producto, es fundamental. Desde www.garciaslopezasesores.es, estamos dispuestos a ayudaros. Podéis consultarnos sin compromiso.

La semana que viene, volveremos con nuevos temas. Hasta entonces, sed felices.

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Ahorro pensión

2015-09-07, Marian López


Soy consciente de que insisto mucho sobre el tema de la jubilación. No sé si será cosa de la edad, pero conforme pasan los años es algo que me preocupa cada vez más.

A mis amigos siempre les digo que se lo planteen ya, porque cuanto más tarden, peor. Algunos ni me escuchan y otros me miran pensando «ya le ha salido la vena de asesora financiera«, mientras apuran su copa.

Me vais a permitir que este post se lo dedique especialmente a ellos, a ver si como consumidores de redes sociales, a través de éstas les llega mejor el mensaje. Y por supuesto espero que todos os grabéis bien estas pautas que os voy a proporcionar.

Muchos de vosotros os preguntaréis, ¿es posible ahorrar casi 200.000 euros para mi jubilación?. La respuesta es  «Yes, we can«. De hecho es totalmente factible ahorrar un importe cercano a los 200.000 euros que nos ayuden a vivir dignamente así como permitirnos algún capricho en el futuro.

Da igual el vehículo que utilicéis para alcanzar vuestro propósito: un plan de pensiones, una cesta de fondos de inversión, depósitos, compra de inmuebles, etc.

Y es que acumular 190.000 euros para jubilarnos (pese a ser un importe elevado) puede estar a vuestro alcance siguiendo cinco sencillas pautas:

1.- Empezar a ahorrar cuanto antes. En otros países, al contrario que en España, la cultura del ahorro está arraigada en su gente desde temprana edad. Aquí, ahorrar de cara a un futuro no cercano, nos parece una barbaridad. En España se gasta sin pensar en el mañana, y eso es un grave error.

¿Sabíais que cuando os vayáis a jubilar la pensión pública que cobréis será un 25% inferior a las pensiones públicas actuales?.

El instrumento más idóneo para acumular patrimonio de cara a la jubilación son los planes de pensiones. Éstos permiten que podamos deducirnos las aportaciones realizadas (hasta 8.000 euros anuales) de la base imponible del IRPF, lo que supone una gran ventaja fiscal.

Mejor si empezáis a los 30 que a los 40, desde luego. Pese a nuestra alta tasa de paro, hay muchos jóvenes que se incorporan al mercado laboral y pueden destinar una pequeña parte de su sueldo al ahorro.

No se necesita ser millonario para ahorrar: se pueden hacer aportaciones a planes de pensiones desde 50 euros o menos (hay planes que permiten aportaciones de 30 euros).

Bajo mi punto de vista, el importe idóneo para destinar a aportaciones de planes de pensiones, debería rondar los 100 euros (se nota mucho más el rendimiento del producto si la aportación es mayor).

Otra de las ventajas de empezar cuanto antes es que hacerlo te permitirá asumir algo más de riesgo y por tanto, obtener más rentabilidad. Si empiezas a ahorrar a los 30, tienes 37 años para generar esa rentabilidad. Mientras que si lo haces con 50, sólo dispones de 17 años.

Se puede apostar por planes de pensiones más agresivos durante los primeros años (por ejemplo, planes  con algo de renta variable), y luego ir transformándolos en más conservadores conforme nos vayamos acercando a la edad de jubilación.

2.- Hay que ser constantes en las aportaciones. No vale eso de «me hago un plan de pensiones y pago un año hasta que me canso y dejo de hacer aportaciones«.

Los planes de pensiones tienen la desventaja de su indisponibilidad. No pueden rescatarse antes de 10 años, a no ser que se cumpla alguna de las contingencias contempladas en los mismos (enfermedad grave, jubilación, paro de larga duración, etc). Y es que se trata de un plan de ahorro pensado a largo plazo.

Pero si vas realizando tus aportaciones de manera periódica (cada mes), verás como se va incrementado tu ahorro. Además, no debéis olvidar que las aportaciones son deducibles en vuestra Declaración de IRPF.

3.- El ahorro debe ser creciente. Otro factor a tener en cuenta para acumular capital de cara a vuestra jubilación, es ir incrementando progresivamente las aportaciones que hagáis.

Durante los primeros años de trabajo, siempre se tienen más gastos: hipoteca, crédito para el coche, gastos escolares. Pero lo lógico es que con el paso de los años, esos gastos vayan disminuyendo.

Muchos de vosotros me reprocharéis que los gastos de hipoteca o escolares son para toda la vida, pero vais a entender lo que os digo con un sencillo ejemplo.

Supongamos que hacemos una aportación a nuestro plan de pensiones de 100 euros al mes. Decidimos incrementar este importe en 10 euros al año (siguiendo el consejo de nuestro asesor financiero).

Para llegar a acumular un patrimonio cercano a los 200.000 euros, ahorraríamos 100 euros al mes el primer año, 110 euros el segundo, 120 el tercero y así sucesivamente.

Acabaríamos aportando 450 euros al mes a los 65 años, cuando ya hayas terminado de pagar tu hipoteca y en muchos casos, hasta los estudios de sus hijos. Durante los 37 años que hayas estado aportando dinero al plan (si empezaste con 30), ya tendrías 124.320 euros acumulados (más unos 60.000 euros de intereses).

4.- Permitirte asumir mayor riesgo en tu inversión durante los primeros años. Ya lo he comentado en líneas anteriores. El objetivo es alcanzar la máxima rentabilidad posible.

Ya conocéis de sobra que «a mayor rentabilidad, mayor riesgo«. Cuando se es más joven, se puede arriesgar más, ya que aún quedan muchos años que permitan recuperarnos de las posibles pérdidas.

Si habéis leído algo de prensa económica últimamente, sabréis que los planes de pensiones de renta fija (los más conservadores) han entrado en pérdidas, mientras que los de renta variable (más agresivos) son los que obtienen rentabilidades más atractivas.

Tenemos que quitarnos ese «miedo a perder» y ser capaces de asumir ciertas pérdidas a cambio de una mayor rentabilidad al principio (ya que el periodo de recuperación es también mayor), para ir hacia planes más conservadores conforme se acerca la edad de jubilarnos.

La idea con el tiempo es ir consolidando ganancias y disminuyendo pérdidas.

5.- Estudiar bien las comisiones que tendrá nuestro plan de pensiones. Debemos procurar que estas comisiones sean lo más bajas posibles.

Es muy importante tener en cuenta los gastos que nos cobrará la gestora del plan por administrar nuestro ahorro. Con rentabilidades tan bajas en los planes de pensiones de renta fija, que la gestora te cobre un 1% o un 0,75% de comisión, puede suponer una gran diferencia con la que veamos reducida la rentabilidad real.

Si seguís estas sencillas pautas, conseguiréis incrementar vuestro ahorro de cara al futuro que -aunque suene a «viejuno«- el tiempo pasa muy deprisa.

Como os digo siempre, si necesitáis algún tipo de aclaración al respecto, ya sabéis que podéis dirigiros a nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Os deseo una feliz semana.

 

 

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Semáforo de riesgo

2015-07-27, Marian López


La CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) propuso en el mes de septiembre del año pasado, clasificar el riesgo de los productos financieros de inversión por colores.

El objetivo de esta clasificación era que los clientes pudieran identificar a simple vista, qué productos eran más seguros» y cuáles no. Los colores identificadores de este riesgo eran cinco (de menor a mayor riesgo): verde oscuro, verde claro, amarillo, naranja y rojo. Quedarían excluidos de dicha clasificación los depósitos simples y los fondos de inversión.

La idea es buena. Se trata de un instrumento más para ayudar a los «sufridos» clientes de los bancos en la identificación de los productos que contratan.

Entrecomillo la palabra «sufridos» porque yo siempre he distinguido tres tipos de clientes:

  • Aquellos con una cultura financiera a veces incluso superior a la del propio asesor de la entidad. Éstos tienen claro dónde invertir y asumen el riesgo de sus inversiones a cambio de obtener mayor rentabilidad.
  • El cliente con cultura financiera media. Tiene cierto conocimiento sobre algunos productos. En su mayoría conocen los depósitos y algo acerca de fondos o acciones, pero de manera bastante superficial. Con un «poco de persuasión«, el asesor del banco puede «colocarle» algún producto en campaña con un riesgo mayor al que realmente están dispuestos a asumir.
  • El cliente sin cultura financiera o con un conocimiento bastante escaso sobre productos financieros. Es «carne de cañón» para venderle todo lo que esté en campaña, se adapte o no a sus necesidades.

En este caso, la clasificación por colores de productos financieros ayudaría especialmente al segundo y tercer grupo de clientes. Sería una herramienta útil para que pudieran comprobar a simple vista, el riesgo del producto en el que tienen invertido su dinero.

El Ministerio de Economía en mayo del presente año, decidió ampliar a todos los productos financieros sin excepción este sistema de clasificación del riesgo basado en el semáforo y propuesto por la CNMV con el fin de evitar errores y malas prácticas en la comercialización al cliente particular.

Mientras la CNMV había presentado un código de cinco colores, imitando la imagen de la etiqueta de eficiencia energética de los electrodomésticos, Economía los aumenta a ocho: desde el gris, que indica el menor riesgo, al rojo, que alerta del mayor. Además incluía en la clasificación los depósitos, fondos, productos de seguros de vida ahorro y planes de pensiones.

Economía sometió a consulta pública el pasado 16 de junio este proyecto de orden ministerial relativo a las obligaciones de información y clasificación de productos financieros con el que se pretende proteger al cliente minorista. La idea es que esta norma entre en vigor después del verano.

De momento (mientras no esté en vigor el proyecto del Ministerio de Economía), como he explicado al principio, los productos financieros se clasifican en cinco niveles de riesgo:

Riesgo CNMV

Los productos de clase A (verde oscuro) son instrumentos financieros en euros, con compromiso de devolución del capital en un plazo igual o inferior a tres años. El emisor dispone de un rating como mínimo igual al de España. Por ejemplo un bono del Tesoro a dos años.

Los de clase B (verde claro) tiene un plazo de vencimiento entre tres y diez años y un rating mínimo de inversión (al menos BBB). También pertenecen a esta clase los instrumentos de inversión que no sean en euros. Por ejemplo un bono a tres años que garantice el 100% del nominal, pero con divisa distinta al euro.

En el ecuador de la escala, están los productos de clase C (amarillo). Son instrumentos financieros con compromiso de devolución del capital con plazo superior a 10 años y un ratio mínimo de inversión. También se incluyen los de compromiso de devolución del capital igual o superior al 90%, en un plazo igual o inferior a tres años. Igualmente se incluyen los instrumentos financieros con compromiso de devolución del capital en divisa (distinta al euro) con plazo superior a tres años. Por ejemplo, un bono a 15 años.

Los de clase D (naranja) son todos los demás productos como las acciones.

Por último, los de clase C (rojo) son derivados, cuyo valor depende de la evolución de precios que sufra otro activo («activo subyacente»). El activo subyacente pueden ser acciones, un valor de renta fija, índices de bolsa (como el Ibex 35), etc. Conllevan un riesgo muy elevado ya que tu dinero se «apuesta» a lo que haga un determinado activo. En caso de que ese activo incremente su valor un X%, tu puedes obtener una buena rentabilidad, pero si cae por debajo de un porcentaje determinado, puedes llegar a perder gran parte de tu dinero (la pérdida es ilimitada).

Si alguno de vosotros tiene dinero invertido, ya habrá recibido un extracto con este sistema de semáforo advirtiéndoles del peligro que corre su inversión dependiendo del producto contratado. No corre la misma suerte un cliente con un depósito (en el peor de los casos el Fondo de Garantía de Depósitos le garantizaría hasta 100.000 euros), que un cliente que tenga acciones (el valor de las mismas fluctúa. Se puede llegar a ganar dinero, pero también perderlo todo).

La propuesta pendiente por parte del Ministerio de Economía, ampliaría este semáforo a ocho colores y además, aparecerían unos candados que advertirán sobre la liquidez de los productos (el porcentaje de capital garantizado y cuándo se devolverá).

Os adjunto un cuadro para que lo veáis con mayor claridad:

Clasificacion productos

Siguiendo esta nueva clasificación propuesta por el Ministerio de Economía, los productos de la Clase 1 (color gris), serán los más seguros. En este grupo se incluyen: depósitos en euros, seguros de vida sin riesgo de inversión y determinados Planes de Pensiones (los garantizados) y PIAS (Planes Individuales de Ahorro).

En la Clase 2 (verde oscuro) estarían los instrumentos financieros en euros con el 100% del capital garantizado y con plazo igual o inferior a tres años. Si el plazo es superior a esos tres años, pero igual o inferior a cinco, entraríamos en la Clase 3 (verde más claro).

La Clase 4 (verde pálido), recogería instrumentos financieros con plazos entre 5 y 10 años. A partir de ese vencimiento, nos iríamos a la Clase 5 (amarillo). También se incluirían aquí productos que no garanticen el 100% del capital, pero sí al menos un 90%. Estarían en este grupo los fondos, planes, seguros de vida y PIAS donde se asuma riesgo siempre que garanticen al menos un 90% y no inviertan en derivados.

En la Clase 6 (amarillo anaranjado), se incluyen los productos de clase 5 que no cumplan los requisitos. Las «opciones» entrarían dentro de la Clase 7 (naranja) y por último en la Clase 8 (rojo) el resto.

Una «opción financiera» es un instrumento financiero derivado que se establece en un contrato que da a su comprador el derecho (no la obligación), a comprar o vender bienes o valores (el activo subyacente, que pueden ser acciones, bonos, índices) a un precio predeterminado, hasta una fecha concreta (vencimiento).  

¡NOTICIA DE ÚLTIMA HORA!. Esta misma mañana del lunes 27 de julio, la prensa nos sorprendía con el anuncio de una SEGUNDA REFORMA del borrador. El Ministro de Economía Luis de Guindos, vuelve a modificar el sistema de clasificación de instrumentos financieros e identificación de productos complejos lanzado el pasado año por la CNMV.

Este último borrador aparecerá acompañado de un extenso preámbulo que defenderá su licitud frente al reglamento europeo y defenderá las competencias de Economía para llevar a cabo esta regulación.

Además con esta nueva reforma, se recorta el número de colores pasando de ocho a siete (se elimina el color gris) y reduce su dureza respecto a los productos derivados. El texto ya ha sido enviado al Consejo de Estado con el objetivo de firmarse antes de las elecciones generales.

Así es que ya sabéis, cuando veáis «colorines» en vuestra información del banco… ¡no los ignoréis!. Os están indicando el nivel de riesgo de vuestros productos y las posibilidades de recuperar vuestro dinero.

Pese a que este sistema intente clarificar las cosas, estoy convencida de que aún os quedarán dudas por resolver. Para ello debéis contar con el asesoramiento de un experto. Ya sabéis que en www.garciaslopezasesores.es nos dedicamos a ello.

Os deseo una feliz semana.