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Financiación gastos escolares

2016-08-29, Marian López


Se acerca peligrosamente la temida «vuelta al cole» y con ella los gastos escolares. ¿Qué opciones existen para financiar esos gastos?.

Como cada año en estas fechas, a los que somos padres nos empiezan a temblar las piernas ante la llegada de dos hechos cruciales: el fin de las vacaciones y la «vuelta al cole«.

El fin de las vacaciones es un drama en sí mismo, pero el regreso a los colegios incrementa los gastos de nuestra ya maltrecha economía doméstica.

No nos hemos recuperado de los gastos del verano, cuando nos acecha otro gasto aún más temido: libros, uniformes y material escolar, se convierten en nuestra peor pesadilla.

Además de llegar en un mal momento, estos gastos se adelantan cada vez más. Así las reservas de libros, por ejemplo, empiezan en junio y se cierran a principios de agosto.

Los descuentos en uniformes son otra de las partidas escolares que se adelantan. Normalmente las promociones se hacen en el mes de julio y agosto, antes de que empiece el curso en sí.

Como ya hemos comentado, contando con los gastos de verano, los gastos escolares hacen que nuestra «cuesta post vacacional» se nos haga más cuesta arriba.

En este post os hablaremos sobre las distintas opciones que existen en el mercado para financiar esos gastos escolares.

1.- Financiación en la propia tienda.

Las grandes superficies nos ofrecen un amplio abanico de promociones y ofertas con los que afrontar de manera más «cómoda» los gastos escolares.

Existen diferentes opciones de financiación. Os pondré dos ejemplos de grandes superficies muy conocidas en nuestro país.

Cuenta Abierta de El Corte Inglés.

El mensaje con el que nos intentan seducir es: «Empieza a equiparte y no pagues hasta el 31 de octubre«.

Se trata de una línea de crédito exclusiva para clientes con Tarjeta de compra de El Corte Inglés. Tu solicitud será estudiada por la Financiera del centro y si la aprueban, podrás ir cargando todas las compras escolares hasta alcanzar la totalidad del importe asignado.

El plazo para contratar este crédito se abrió el 06/06/2016 y hasta el 30/09/2016.

Con la Cuenta Abierta de El Corte Inglés podrás comprar:

  • Libros de texto.
  • Uniformes.
  • Moda y zapatería infantil.
  • Material escolar.
  • Moda y calzado deportivo.

El importe total se podrá abonar a partir del 31 de octubre. Para ello existen cuatro opciones:

  • Un único pago al 6,17% TAE.
  • 3 cuotas sin intereses al 6,16% TAE.
  • 6 cuotas al 8,89% TAE (las tres primeras sin intereses).
  • 9 cuotas, a lo largo del curso escolar, al 11,29% TAE (las tres primeras sin intereses).

Tarjeta PASS de Carrefour.

Se trata de una tarjeta con la que podrás financiar tus compras en tres o diez meses.

  • Con la modalidad Tarjeta PASS 3 meses podrás hacer compras desde 90 hasta 2.000 euros sin intereses.
  • La modalidad Tarjeta PASS a 10 meses, te permitirá hacer compras desde 200 euros (al 11,81% TAE máximo) hasta 2.000 euros (al 1,10% TAE mínimo).

Al igual que ocurre en El Corte Inglés, para que te otorguen la tarjeta, se necesita aprobación previa de la Financiera de Carrefour.

Una diferencia importante entre ambas es que mientras la Cuenta Abierta de El Corte Inglés funciona como una carta de compra en la que podrás acumular tus compras durante más de tres meses, en Carrefour sólo se pueden financiar los artículos adquiridos en un mismo ticket de compra, de una vez.

2.- Nómina como fuente de financiación.

Si tienes tu nómina domiciliada en el banco, dispones de algunas opciones para afrontar gastos:

  • Anticipo de nómina. Resulta más económico que solicitar un préstamo. Te abonarán en tu cuenta el importe de tu salario que se descontará cuando tu empresa te abone el sueldo. También se puede fraccionar en plazos cortos.

           Inconvenientes: se tiene que abonar el dinero en un plazo muy breve de tiempo.

          Ventajas: el coste es menor que pedir un préstamo.

  • Préstamo nómina. De concesión rápida. Tienen un límite de mensualidades (de 3 a 5). Se exige cierta antigüedad con la nómina domiciliada (igual que con el anticipo). Los plazos de devolución son superiores a los del anticipo (de 6 meses a 2 años). Los tipos de interés son más bajos que otros préstamos personales.

3.- Tarjetas de crédito.

La última de las opciones sobre las que os hablaré para afrontar los gastos de la «vuelta al cole«, son las tarjetas de crédito.

Es la opción más utilizada. Las tarjetas más recomendables son las de pago aplazado con las que podrás fraccionar los gastos y sus tipos de interés suelen ser más bajos que los de la mayoría de tarjetas de crédito.

Inconvenientes: su coste de financiación. Los tipos de interés de las tarjetas son más elevados que los de los préstamos personales.

Las entidades de crédito lo saben y por eso hablan en términos de «tipo de interés mensual» en vez de anual. Ojo con esto porque deberéis  tenerlo en cuenta a la hora de elegir el modo de financiar vuestros gastos.

Ventajas: su flexibilidad tanto a la hora de fraccionar los pagos como a la hora de cancelar la financiación. En los préstamos personales suele haber comisión por cancelación anticipada.

Un último consejo: a la hora de financiar tus gastos escolares, intenta evitar los mini créditos. Son préstamos de pequeñas cantidades para los que no se suele exigir apenas documentación.

Los mini créditos se otorgan en un plazo muy breve de tiempo e incluso existen entidades que te permitirán solicitar un crédito aunque estés en el listado de morosos.

Todas esas supuestas «ventajas» exigen una «contraprestación» que no es otra que la de contar con unos tipos de interés tan elevados que rozan la usura.

Un mini crédito puede ser una solución momentánea para solucionar tu problema, pero a la larga lo único que hará será multiplicarlo, ya que devolverás muchísimo más de lo que te han prestado.

Ya sabéis que ante cualquier duda, podéis contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es.

Recuerda que para poder sobrellevar mejor los gastos, lo importante es hacer una correcta planificación antes de que éstos lleguen.

Esta semana me despediré con una frase de Séneca al respecto: «La economía es la ciencia de cercenar los gastos superfluos«.

La semana que viene volveremos con nuevos contenidos. Hasta entonces, por favor, sed felices.

 

 

 

 

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2016-04-18, Marian López


La mayoría de nosotros hemos recurrido al préstamo para cubrir alguna necesidad o simplemente para darnos un capricho.

Tanto en un caso como en otro, cegados por ese brillante maravilloso que ya vemos en nuestro dedo, o acuciados por la urgencia de algún imprevisto, no somos capaces de pensar con detenimiento en las consecuencias de nuestra decisión.

Y es que a veces, analizar bien algunos aspectos clave del préstamo que vamos a pedir, puede suponer la diferencia entre una solución o un problema aún mayor.

En nuestro post semanal, vamos a enumerar una serie de cosas que deberíamos tener en cuenta al pedir un préstamo.

Pasos previos.

1.- Evalúa tus necesidades. Es el primer paso antes de continuar, ya que existen diferentes créditos en función de cada necesidad (minicréditos, anticipos de nómina, préstamos personales, etc).

Es conveniente escoger el préstamo que se adapte mejor a nuestras necesidades. Si contratamos una modalidad de préstamo errónea, nos puede salir más caro que si lo hacemos de manera adecuada.

2.- Haz números. Una vez que tenemos bien identificada nuestra necesidad y el préstamo que mejor se adapta a cubrir la misma, es hora de hacer números.

Existen simuladores de préstamos que te ayudarán a conocer la cuota que deberás pagar mensualmente por el importe solicitado. Así sabrás de antemano si puedes afrontar o no el pago de dicha cuota durante el plazo que dure el préstamo.

3.- Compara. Hay muchas ofertas en el mercado. Si tu banco-pese a tu vinculación-, no te ofrece algo atractivo, busca fuera.

A lo mejor, los productos que tiene tu banco no encajan y encuentras otros en otras entidades con condiciones más flexibles que se adaptan mejor a lo que buscas.

4.- Infórmate. Empápate bien de todas las características de cada producto que te ofrezcan los bancos y antes de solicitar el préstamo, lee muy bien toda la documentación que te proporcionen.

5.- Pregunta. Si no entiendes algo de lo que lees, que no te de vergüenza preguntar. Los comerciales de las entidades financieras, están ahí para despejar todas vuestras dudas.

¡Cuidado! No firméis nada que no hayáis entendido previamente, y si no os basta con la explicación del banco, acudid a un profesional hasta que os quede claro.

Una vez que ya te has decidido a pedir el préstamo.

1.- Atención al tipo de interés. Aquí es donde nos encontramos con el eterno dilema: ¿qué tipo de interés debemos tener en cuenta, el TIN o la TAE?. ¿En qué consisten cada uno de ellos?.

  • TIN (Tipo de Interés Nominal). Es el interés que pagamos por el dinero que nos prestan.
  • TAE (Tasa Anual Equivalente o Efectiva). La TAE incluye el TIN, las comisiones y los gastos de la operación. Además tiene en cuenta el plazo de amortización. Representa lo que realmente nos costará el préstamo.

Por este motivo, aunque en los folletos de los préstamos aparezca el TIN por resultar un tipo de interés menor, hay que fijarse en la TAE, ya que ésta nos indica cuál es el coste real del préstamo.

2.- Presta atención a las comisiones. Otro “truco” para saber si el préstamo lleva aparejadas comisiones elevadas es mirar la TAE. Ésta suele ser más elevada que el TIN.

Si la diferencia entre la TAE y el TIN no es muy grande, eso significa que no hay ninguna comisión o gasto “oculto”. En cambio, si la TAE es mucho más elevada que el TIN (más de un 0,5% adicional), nos indica que el préstamo cuenta con un importe elevado de comisiones y gastos.

Por tanto, un TIN muy bajo puede ir acompañado de comisiones elevadas. Para que no se te pasen por alto, las comisiones más frecuentes son:

  • Comisión de estudio.
  • Comisión de apertura.
  • Comisión por cambio de condiciones.
  • Comisión por amortización anticipada.
  • Comisión por cancelación.

Recuerda: para conocer lo que nos costará el préstamo, hay que fijarse siempre en la TAE.

3.- Vinculación al banco. Cuando vayas a solicitar un préstamo, comprobarás que el tipo de interés que tengas que pagar, puede verse reducido cuanta mayor sea tu vinculación con la entidad.

¿Cuáles son esos productos que te pedirá el banco que contrates con ellos para que te salga más barato el préstamo?.

  • Domiciliación de nómina o ingresos.
  • Domiciliación de recibos.
  • Contratación de seguros (como por ejemplo el de protección de pagos).

4.- Ten en cuenta tu solvencia. Resulta paradójico, pero cuanta mayor sea tu capacidad económica, mejores serán las condiciones que te aplicará el banco. Normalmente, los intereses más bajos, el banco se los reserva para los clientes más solventes.

Seguro que te suena esta frase: “Para ir a pedir un préstamo al banco, debes demostrar que no lo necesitas”.

5.- Calcula tu cuota mensual. Cuando ya hayas pactado las condiciones de tu préstamo con el banco, no olvides calcular cuánto vas a pagar cada mes. Dentro de la cuota estarán incluidos tanto el capital que vas amortizando como los intereses.

6.- Ojo al plazo de amortización. Es el tiempo que tendrás para devolver el dinero que te presta el banco más los intereses. No olvides que cuanto mayor sea el plazo de amortización, mayores serán los intereses que tengas que abonar.

7.- Averigua si hay periodo de carencia y lo que te cuesta. Hay bancos que ofrecen la posibilidad de aplazar los pagos al inicio del préstamo. Sucede más en préstamos a largo plazo. Existen dos tipos de carencia:

  • Carencia total: durante el tiempo de carencia no pagarás nada.
  • Carencia parcial: el tiempo que dure la carencia sólo pagarás la parte de la cuota que corresponda a los intereses.

Debéis saber que la carencia no es gratis. Los intereses se siguen generando sobre la totalidad del capital prestado, haciendo que se incremente la cantidad total que tendréis que abonar al banco.

Si pese a todo lo dicho en este post, os siguen quedando dudas, ya sabéis que podéis consultárnoslas a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es.

Hasta la semana que viene. Y por favor, no olvidéis ser felices.

 

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Capacidad de pago

2016-02-22, Marian López


 

Antes de solicitar un préstamo, es importante que sepas calcular tu capacidad de pago para averiguar si serás capaz de devolver el dinero.

Todos sabemos que, pese a que se diga lo contrario, pedir un préstamo al banco no es tan sencillo. Generalmente, las entidades financieras nos demandarán mucha información además de las garantías que avalen el dinero que nos van a prestar.

Cuántas veces habremos oído ya la frase de “los bancos te prestan dinero cuando demuestras que no lo necesitas”.

Si lo pensáis bien, un banco no deja de ser una empresa cuyo negocio se basa por un lado en prestar dinero y por otro en pagarte por el dinero que depositas en ellos. Es lógico que quieran asegurarse de que ese dinero que te prestan será devuelto.

Por eso, es importante que antes de acudir a una entidad financiera en busca de ese dinero que necesitas, seamos capaces de calcular nuestra capacidad para devolverlo.

¿Qué es la capacidad de pago?.

La capacidad de pago es la cantidad de dinero que te queda disponible mensualmente una vez deducidos todos tus gastos.

Otra manera de definir la capacidad de pago sería la cantidad máxima de ingresos que tienes y de los que puedes disponer para pagar tu deuda. También se conoce como la capacidad de endeudamiento.

¿Cómo calcular tu capacidad de pago?.

Lo haremos a través de cuatro sencillos pasos:

1.- Ingresos brutos. Deberás tener en cuenta todos tus ingresos antes de impuestos: sueldo, comisiones o incentivos, y demás fuentes de ingresos.

2.- Ingresos netos. A esos ingresos brutos le restas los impuestos a los que estén sujetos. Por ejemplo a los ingresos que provengan de tu actividad laboral, se les aplica el Impuesto de la Renta de Personas Físicas (IRPF). El resultado de esta resta serían los ingresos netos.

3.- Gastos. Haz una lista de todos tus gastos y réstalos del ingreso neto. Entre los gastos deben figurar tanto los fijos cada mes como los variables (haz un cálculo de estos últimos).

Dentro de los gastos fijos, podemos considerar: la hipoteca o alquiler, el colegio de los niños, la comida, el importe que destinas a ropa, gasolina o transporte.

Los gastos variables estarían formados por: vacaciones, regalos, ocio, eventos sociales (aniversarios, cumpleaños).

4.- Ahorro. Igual que calculas los ingresos y gastos, también debes hacer constar el dinero que destinas al ahorro, aquél del que podrás disponer en caso de que se diese alguna emergencia o imprevisto.

Capacidad de pago para las entidades financieras.

Es el porcentaje que representa nuestro excedente después de restarle los impuestos y gastos al ingreso neto.

Además, para determinar tu capacidad de pago habrá que dividir el excedente entre los ingresos netos.

Una capacidad de pago es baja cuando el porcentaje resultante de estas operaciones es igual o menor al 10% del ingreso neto.

Por el contrario, una capacidad de pago es alta cuando sobrepasa el 30%.

Generalmente, esta suele ser la fórmula empleada por los bancos e instituciones crediticias para calcular nuestra capacidad de pago antes de concedernos un préstamo o crédito.

Ya os adelanto, que los bancos no permiten a sus clientes un endeudamiento superior al 30% de sus ingresos. Se supone que el 70% restante, es lo que necesitáis para vivir.

Es decir, todas vuestras deudas (por ejemplo lo que pagues de hipoteca + lo que pagues de algún préstamo) no pueden superar esa barrera del 30%. Por ejemplo, si ganas 1.500 euros al mes, podrías permitirte unos gastos de 450 euros mensuales.

Por tanto, o ganas un «sueldazo«, o para acceder a un préstamo en condiciones, tienes que pedirlo a nombre de dos personas.

De no ser así, resulta bastante complicado que un banco os conceda un préstamo. Otra cosa distinta son las empresas que se dedican a dar “microcréditos”. Algunas de ellas incluso aunque estés en la lista de morosos (ASNEF), pero esa ya es otra historia…

Os recuerdo que desde www.garciaslopezasesores.es, os ofrecemos el servicio de asesoramiento para vuestras finanzas personales. No dudéis en contactar con nosotros sin compromiso.

Lo único que os pido como cada semana, es que seáis felices.

 

 

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ahorro-navidad

2015-12-07, Marian López


Ahorrar en Navidad es posible. Sólo necesitas seguir estos sencillos consejos para que la famosa «cuesta de enero» nos resulte más llevadera.

Diciembre es uno de los meses del año en el que gastamos más dinero. Papá Noel nos pisa los talones, las calles se llenan de luces que nos encandilan y la tele no para de bombardearnos con miles de anuncios… Sí, es el síntoma inequívoco de que llega la Navidad.

Todo está pensado para que saquemos a pasear el consumismo voraz que llevamos en nuestro interior. A veces se muestra aletargado, pero es en estas fechas cuando reluce en todo su esplendor.

Pero no nos volvamos locos. Si hacemos una correcta planificación, podremos disfrutar de las Fiestas sin quebraderos de cabeza. Pese a que hagamos algún que otro gasto «extraordinario«, se puede y se debe ahorrar en Navidad.

La clave está en la previsión. Con una adecuada planificación, todo nos resultará mucho más sencillo. Si elaboramos ya nuestro plan, podemos evitar que nuestro bolsillo se resienta más de lo necesario.

Basta con que pensemos en todas esas personas que ni siquiera tendrán un techo o algo de alimento que llevarse a la boca, para que se nos quiten las ganas de despilfarrar.

La regla de oro sería: «ahorra con antelación«. Probablemente, estas Navidades ya te habrá «pillado el toro«. Pues bien, no permitas que te suceda lo mismo para las próximas.

Lo ideal sería que cada mes (hasta el año que viene), ahorrases una cantidad. Así te costaría mucho menos llegar a estas fechas con algo de dinero «extra».

Puedes abrir una cuenta remunerada- aparte de la tuya habitual-, destinada sólo a este ahorro. Con ello conseguirás no sólo tener ese dinero apartado del resto, sino que además, puedes obtener algo de rentabilidad que incremente ese ahorro.

Ya una vez entrados en materia, ahí van unos consejos que os ayudarán a ahorrar en Navidad:

1.- Conoce cuáles son tus posibilidades. Lo primero que debemos hacer es sentarnos y saber con qué dinero contamos para los gastos navideños. Es mejor «perder» diez minutos en reflexionar acerca de ello, que salir a gastar a lo loco y tener que reparar el daño después.

2.- Elabora un presupuesto. En base a ese dinero del que disponemos, deberíamos hacer un presupuesto en el que se incluya todo lo que pensamos que vamos a necesitar en esta Navidad: comida, regalos, loterías, ropa, fiestas, lotería, etc.

Estima cuánto dinero te vas a dejar en cada una de estas cosas y ponte un tope del que no puedes pasarte.

3.- Compra sólo aquello que necesites. Siempre insisto en lo mismo: a la hora de gastar, hazlo «con cabeza«. Y es que en Navidad parecemos poseídos por el espíritu de las compras compulsivas. Trata de evitarlo. No derroches y si realmente no necesitas algo, no lo compres.

4.- Haz una lista. Escribe una lista con las personas a quien quieras regalarle algo y destina una cosa a cada uno en base al nivel de compromiso que tengas. A veces las personas aprecian más algo sencillo que demuestre que te acuerdas de ellas.

5.- Compara precios. No compres en el primer sitio que veas. Es mejor hacer un recorrido por varias tiendas o incluso comprar on line. Existen diferencias notables de precios.

Por estas fechas, hay «promociones especiales» en algunas tiendas: no dudes en aprovecharlas para ahorrarte unos euros.

6.- No esperes a comprar en el último momento. Hace unos días, disfrutamos del «Black Friday«, un buen momento para anticipar algunas compras aprovechando descuentos que iban desde el 20% hasta el 50%.

Esperando al último momento sólo conseguirás pagar más caro por el mismo artículo. Por ejemplo, algunos productos alimenticios pueden llegar a duplicar su precio.

7.- Mantén un registro de tus compras. Ten claro lo que te has gastado, para quién y cuánto te ha costado.

Haz una especie de hoja de contabilidad doméstica que te permita ver claramente lo que te has gastado y el dinero que te queda para poder seguir gastando. De esta forma, te asegurarás mantenerte dentro de los límites que te has marcado.

8.- Ojo con las tarjetas de crédito. Son días de mucho gasto y si no hemos sido previsores, «tiraremos de tarjeta«. Por supuesto lo mejor es comprar en efectivo porque de esta manera controlas mucho más lo que vas gastando, ya que lo notas directamente en tu cartera.

La gran mayoría de nosotros recurrimos a las tarjetas porque son un medio de pago más cómodo. Es «preferible» que te roben una tarjeta a dinero.

Lo mejor es utilizar la tarjeta de débito, ya que el dinero te lo descuentan al momento y es más fácil controlar el gasto.

Pero si no te queda más remedio que utilizar la tarjeta de crédito, mi consejo es que le pongas un límite bajo que sepas que puedes afrontar al mes siguiente cuando te lo carguen en cuenta, y trates de no ampliarlo.

Debes aprender a ceñirte a un presupuesto, o de lo contrario enero puede convertirse  en una pesadilla.

9.- Si puedes, espera a las rebajas. Sobre todo cuando se trata de ropa o ese bolso caro que nunca llegas a comprarte. Utiliza el viejo truco de hacerle un vale en un papel bonito a tu pareja o familiar (o que te lo hagan a ti), y cuando empiecen las rebajas os vais juntos a comprar ese objeto que tanto deseáis con un buen descuento.

Siguiendo estos sencillos consejos, comprobaréis como ahorrar en Navidad es posible.

Las navidades son unas fechas para disfrutar en familia. Debería bastar con esas reuniones eternas en las que ves a familiares que no recuerdas haber visitado en los últimos dos años y con los que acabas cantando villancicos bajo la promesa de veros más a menudo.

Ese es el verdadero espíritu de la Navidad. Mucho más llevadero con una economía planificada, desde luego.

Ya sabéis que si necesitáis algún consejo para vuestras finanzas domésticas, desde www.garciaslopezasesores.es, os brindamos un asesoramiento de calidad ya que contamos con un equipo de profesionales dispuestos a ello.

Me despido una semana más con la mejor recomendación del mundo: sed felices.

Hasta la semana que viene.

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Tarjetas revolving

2015-11-09, Marian López


Las tarjetas revolving se han convertido en el comodín perfecto para comprar a plazos, pero ¿son realmente el producto más adecuado?.

Se acerca la Navidad y los bancos-cual buenos samaritanos-, nos ofrecen todo tipo de tarjetas para facilitar nuestras compras. Como siempre, antes de tener que lamentarnos, es preferible saber bien lo que firmamos.

Una de las «tarjetas estrella» del catálogo son las tarjetas revolving. Enseguida veremos cómo funcionan y si realmente son tan beneficiosas para nosotros como nos las pintan.

¿Qué es una tarjeta revolving?.

Se denomina así a una modalidad de tarjetas de crédito en las que todos los pagos se encuentran aplazados. Su particularidad reside en que a cambio del pago de una cuota fija mensual, una vez abonados total o parcialmente los importes dispuestos, el saldo vuelve a estar disponible en la cuantía que corresponda.

¿Cómo funcionan las tarjetas revolving?.

 Ya hemos dicho que las tarjetas revolving son instrumentos de pago que nos permiten aplazar nuestras compras. En este momento muchos de vosotros os preguntaréis: pero, ¿No son tarjetas de crédito?.

En realidad, las tarjetas revolving se asemejan más a un préstamo que a una tarjeta de crédito. Se diferencia de éstas en el modo de pago. Con las revolving podemos realizar el pago aplazado mediante una cuota fija al mes. También se diferencian de los préstamos en el tipo de interés, mucho más elevado en las tarjetas revolving que en un crédito personal.

De hecho, el tipo de interés que se aplica por el uso de tarjetas revolving se establece actualmente entre el 11% y el 25% interanual, por lo que al consumidor, su uso le sale hasta cuatro veces más caro que un préstamo personal.

Es muy probable que tu banco ya te haya ofrecido este tipo de tarjetas alguna vez ya que generalmente se conceden de forma gratuita, lo que las hace mucho más atractivas.

Veremos muy claro el funcionamiento de las tarjetas revolving con el siguiente ejemplo:

Supongamos que necesitamos dinero, y solicitamos un préstamo de 1.000 euros a un interés del 29%.

Préstamo personal. El cálculo para saber cuánto pagaríamos es muy sencillo: 1.000 euros al 29% a 12 meses = 1.000 eur x 29% interés= 1.290 euros (capital + intereses). Dividiendo los 1.290 euros entre 12 meses, 1.290:12= 107,50 euros/mes.

Con el préstamo personal, pagaríamos una cuota al mes de 107,50 euros durante un año. Transcurridos los 12 meses, habríamos abonado la totalidad del préstamo.

Tarjeta revolving. El mismo ejemplo, una deuda de 1.000 euros al 29% de interés.

A diferencia del préstamo personal, el «revolving» no estipula un plazo determinado para devolver el dinero prestado. Tu banco te da la opción de que tú escojas qué cantidad quieres pagar al mes. Lo que ocurre es que en tu liquidación mensual, pagarás como mínimo un 3% de la deuda que mantengas.

Sigamos con el ejemplo: 1.000 euros x 3%= 30 euros.

Pagarás una cuota mínima de 30 euros al mes. Veamos qué sucede el primer mes. Decides pagar lo mínimo porque no te darás cuenta y en un año (por ejemplo), tendrás en tu dedo ese anillo que tanto deseas.

Haces «la cuenta de la vieja«: 1.000 euros – 30 euros de la primera cuota = 970 euros. Eso sería lo que te quedaría por pagar según tus cálculos… ¡Pues no!, te equivocas.

Durante todo ese mes, se han estado generando unos intereses del 29% (ya no os acordabais, ¿eh?) sobre esos 1.000 euros iniciales. Esos intereses ascienden a 24,17 euros.

Por tanto, le debes al banco 970 euros (capital pendiente) + 24,17 euros (intereses)= 994,17 euros. Sólo has conseguido descontar 5,83 euros de tu deuda.

Eso sin tener en cuenta las comisiones que os cobrarán si hay algún recibo impagado, o te retrasas en el pago.

¿A qué ya no pinta tan bien como al principio?. Y esto sucederá cada mes hasta que liquides tu deuda. La solución pasa bien por liquidarla en su totalidad, bien por incrementar la cuota y pagarla cuanto antes.

Cuanto más tiempo tardéis en saldar vuestra deuda, más intereses se os generarán y más dinero deberéis al banco, por lo que cada vez os costará más pagarla.

Consejos antes de adquirir una tarjeta revolving.

Una vez más, os digo aquello de «cuidado con la letra pequeña«.

  • Antes de contratar una tarjeta revolving lee bien todas las condiciones. ¡Atención a los contratos de tarjetas firmados en centros comerciales!. No debes firmar el contrato «a la ligera«. Solicita una copia del mismo: no pueden negarse a facilitártelo para que lo leas tranquilamente en casa.
  • Fíjate bien en el porcentaje de interés que pagarás al mes, así como la TAE anual. Con esta TAE podrás comprobar si realmente te sale rentable la tarjeta revolving o es mejor solicitar un préstamo personal en el que se te aplique un interés más bajo (hay préstamos personales al 6,5%).

Antes de realizar una financiación a través de una tarjeta revolving, debemos tenerlo muy claro porque no suele ser una operación rentable, a no ser que no nos quede otro remedio que aplazar los pagos de una compra porque no dispongamos de dinero en ese momento.

¿Qué puedo hacer si ya he firmado el contrato?.

¡Qué no cunda el pánico!. Si ya has firmado el contrato de tu tarjeta revolving, debes saber que puedes anularlo. Envía una carta certificada con acuse de recibo al Servicio de Atención al Cliente (SAC) de la entidad en la que notifiques tu deseo irrevocable de baja inmediata. Cuando tengas la confirmación de Correos de que han recibido la notificación, estarás legalmente desvinculado del contrato.

¿Y si ya tengo una tarjeta revolving?.

Si eres de los «afortunados» a los que les han «endosado» una tarjeta revolving o simplemente, las has solicitado tú voluntariamente, no te preocupes. No todo es malo en las tarjetas revolving.

La flexibilidad en el pago, es una de las características que hace más atractivas este tipo de tarjetas.

Además, el uso de las tarjetas revolving te puede sacar de un apuro en caso de que nos dispongas de efectivo para afrontar determinados gastos como la vuelta al cole, compras de emergencia, o permitirte un capricho como un viaje o un fin de semana en un hotel de cinco estrellas.

Eso sí, recuerda conservar todos los resguardos de compra para posibles reclamaciones.

Como siempre, las cosas hay que hacerlas «con cabeza«. Si se hace un uso adecuado, de manera puntual y controlando lo que gastas, las tarjetas revolving pueden ser una buena opción.

Espero todos los que leáis este post, entendáis lo que es y cómo funciona una tarjeta revolving. Si pese a todo, os ha quedado alguna duda, ya sabéis que podéis consultarnos sin compromiso a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Que seáis muy felices.

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creditos-para-autonomos

2015-10-26, Marian López


Más de tres millones de españoles, están dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Las entidades financieras no son ajenas a estos datos, y se lanzan a la captura del colectivo. En nuestro post estudiaremos las ofertas del banco a autónomos.

En primer lugar, vamos a tratar de analizar si existe un perfil de autónomo. Teniendo en cuenta las estadísticas, casi el 70% de los autónomos son personas mayores de 40 años y de éstos, el 65,5% pertenecen al género masculino.

Por tanto hablaríamos de un hombre mayor de 40 años, sin trabajadores y que cotiza por la base mínima. Es un perfil que claramente requiere unos productos financieros específicos.

La pregunta sigue siendo la misma, ¿ofrecen los bancos productos específicos para los autónomos?.

Lo ideal sería que los bancos pudiesen cubrir tanto las necesidades de financiación como las de ahorro. Las entidades financieras, viendo que este colectivo puede incrementar considerablemente su base de clientes, se han «puesto las pilas» y ya son varias las que cuentan con productos diseñados para este colectivo.

Productos que ofrece el banco a los autónomos:

1.- Cuenta corriente. Es la primera vía de comunicación cliente-banco. Para el autónomo es importante que estas cuentas no tengan gastos (cero comisiones), que además estén remuneradas o que en su defecto, cuenten con algunas ventajas como devolución de un porcentaje de los recibos domiciliados o de algunos impuestos como el IVA o el IRPF.

La «oferta estrella» del banco a los autónomos en este aspecto es la cuenta nómina en la que se equiparan los ingresos regulares del autónomo a los de un salario por cuenta ajena.

Por ejemplo, recientemente Bankinter ha sacado al mercado su «Cuenta No-Nómina«. Se trata de una cuenta remunerada al 5% TAE el primer año y el 2% TAE el segundo, con liquidación de intereses semestral.

El importe máximo a remunerar es 5.000 euros y el cliente además debe cumplir una serie de requisitos para acceder a estas ventajas (ingresos mínimos de 1.000 euros, recibos domiciliados, gasto mínimo con la tarjeta de crédito, etc).

Además de estar remunerada o contar con la devolución de un porcentaje de los recibos domiciliados, insisto en la necesidad de que la cuenta esté libre de comisiones para las operaciones básicas (administración y mantenimiento o transferencias gratis).

La Cuenta Expansión de Banco Sabadell es otro ejemplo, con tarjetas gratis, sin comisión de mantenimiento, devolución del 3% de los recibos domiciliados y banca a distancia gratuita. Para ello habrá que cumplir con los requisitos que pide la entidad.

2.- Tarjetas de crédito. Es otro de los productos que puede ofrecer el banco a los autónomos.

El uso de tarjetas de crédito y débito es útil a corto plazo. Son muchas la entidades que ofrecen una serie de ventajas en este tipo de tarjetas como descuentos en las gasolineras, en viajes, restaurantes.

La Caixa cuenta con una serie de tarjetas para empresas, autónomos y colectivos. La Tarjeta de Negocios de BBVA también está pensada para autónomos y profesionales liberales incorporando entre otras ventajas, seguro de accidentes y asistencia en viajes o asesoramiento jurídico.

3.- Préstamos para la adquisición de equipos informáticos o maquinaria. Antes que montar tu propio despacho, es fundamental hoy en día tener un ordenador con el que comunicarte, darte a conocer.

Por tanto, otro producto que puede ofrecer el banco a los autónomos es un préstamo competitivo. Prestar al autónomo inicialmente un dinero que éste devuelva en un plazo determinado, con unas condiciones ventajosas.

4.- Pólizas de crédito. Estas pólizas deberían ofrecerse a un tipo de interés no muy elevado, con pocas comisiones y renovaciones previsibles.

Una póliza de crédito no es más que un préstamo con vencimiento a tiempo determinado, las diferencias con un préstamo personal «normal» es que en este tipo de pólizas el cliente puede disponer del dinero de manera aleatoria en función de sus necesidades.

No olvidemos que es importante el hecho de que exista la posibilidad de renovación.

5.- Préstamos hipotecarios. Entre los productos que puede ofrecer el banco a los autónomos también se encuentran los préstamos hipotecarios.

Para un autónomo, contar con su propia oficina, o con su nave industrial, es otra cuestión fundamental. Disponer de un lugar donde reunirse con sus clientes, o una nave que le permita el uso de su maquinaria y espacio de almacenaje, son otros factores determinantes en el desarrollo de su negocio.

El autónomo debería encontrar en el banco a su mejor socio en el que poder centralizar todo su negocio.

6.- Leasing. Es una opción tanto para el alquiler de vehículos como para el de ordenadores, con la posibilidad de quedártelos en caso de que te dieran un buen rendimiento.

BBVA, La Caixa o Banco Santander son sólo algunas de las entidades que disponen de este servicio para autónomos.

7.- Renting. Es el alquiler a medio y largo plazo de determinados bienes que nos ayudan a llevar a cabo nuestra actividad, sin que tengamos intención de quedárnoslos en propiedad más adelante.

Por ejemplo, en Banco Sabadell ofrecen distintos tipos de renting según la necesidad de la empresa o el profesional. Así cuentan con el InfoRenting para el alquiler de equipos informáticos, AutoRenting para el de vehículos o EquipRenting para alquiler de maquinaria agrícola.

8.- Banca on line gratuita. Otro producto que puede ofrecer el banco a los autónomos es una banca on line sin comisiones con la que operar de manera ágil.

Un aspecto muy importante del que no debemos olvidarnos es cómo rentabilizar nuestros ahorros. Para ello son fundamentales dos coordenadas: el plazo y la finalidad.

Los bancos suelen rentabilizar las puntas de tesorería con cuentas remuneradas o depósitos a corto plazo. Aunque actualmente, con los tipos en mínimos, la rentabilidad que puedan ofrecer sea bastante escasa.

A más largo plazo y teniendo en cuenta la delicada situación por la que atraviesan la mayoría de autónomos a la hora de jubilarse, lo ideal sería poder trabajar con bancos que ofreciesen una atractiva oferta tanto de planes de pensiones como de fondos.

En definitiva, los productos que puede ofrecer el banco a los autónomos son diversos, pero a las entidades financieras aún les queda un largo camino: entender en profundidad el negocio de dichos autónomos y saber solventar sus problemas en lugar de incrementarlos.

Muchas veces la cantidad de condiciones requeridas por los bancos es tal que tristemente se acaba desistiendo, algo que no debería suceder.

Esperamos que estas breves pinceladas os sirvan como orientación sobre lo que tenéis a vuestra disposición a través de entidades financieras.

Existe una nueva corriente de financiación alternativa a los bancos, pero ese ya será el contenido de un próximo post.

Si estáis interesados en obtener más información, no dudéis en contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es Estaremos encantados de poder ayudaros a resolver vuestras dudas.

Os esperamos la semana que viene. Hasta entonces, por favor, sed felices.

 

 

 

 

 

 

 

 

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FILE - In this March 5, 2012 file photo, consumer credit cards are posed in North Andover, Mass. The rate of severely late credit card payments dipped nationally in the first three months of the year, even as banks issued more cards to borrowers with less-than-stellar credit, according to an analysis by credit reporting agency TransUnion. (AP Photo/Elise Amendola, File)

2015-08-31, Marian López


Muchos de nosotros estamos preparando ya el regreso a la rutina tras disfrutar de las vacaciones. Es precisamente durante esos días, cuando nos damos cuenta de que hasta en los chiringuitos de playa más recónditos, aceptan la tarjeta de crédito como medio de pago.

Y es que cada vez son menos los que utilizan el dinero en efectivo y se unen al «club del plástico«, muchas veces por razones prácticas. La verdad, que te roben doscientos euros duele bastante más que el robo de una tarjeta.

El dinero es muy probable que no lo recuperes, en cambio basta una simple llamada para anular tu tarjeta y en una semana tienes otra completamente nueva.

Sólo en nuestro país hay 67,48 millones de tarjetas en circulación según datos del Banco de España correspondientes al primer trimestre del 2015. La tarjeta de crédito se ha convertido en el medio de pago más utilizado en el mundo.

No sé si conocéis la noticia de que Dinamarca podría convertirla en el medio de pago principal. El Gobierno de este país ha propuesto prescindir del dinero en efectivo en determinados comercios (como ropa, restaurantes o gasolineras), con el fin de ahorrar costes financieros y administrativos. Además esta medida ayudaría a luchar contra la economía sumergida.

Sin embargo, las tarjetas de crédito se pueden convertir en un arma de doble filo si no sabes cómo emplearlas. Hay que utilizarlas con cautela y conociendo bien cuáles son sus condiciones.

Ante el exceso de oferta, conviene antes de nada, conocer qué tipos de tarjetas de crédito existen, para después analizar qué factores debo tener en cuenta para elegir mi tarjeta de crédito.

Tipos de tarjetas de crédito.

Según las ventajas que ofrecen:

  • Tarjetas de crédito gratuitas. Las tarjetas de crédito cuentan con una serie de comisiones por emisión, renovación y mantenimiento. Estas comisiones suelen oscilar entre los 15 y los 80 euros. Sin embargo, actualmente existe un gran número de tarjetas en el mercado sin comisiones.
  • Tarjetas de crédito on line. Son aquellas que se pueden contratar a través de Internet.
  • Tarjetas de crédito sin cambiar de banco. Normalmente, la misma entidad en la que tenemos nuestro dinero, nos suele ofrecer tarjetas de crédito sin que ni siquiera lo pidamos. Sin embargo, si queremos tener una tarjeta de crédito de otro banco distinto al nuestro, podemos hacerlo. Bastará con asociar una cuenta a la nueva tarjeta. Así podrás beneficiarte de ventajas que te ofrezca ésta.

Según el emisor:

  • Tarjetas de crédito Visa. Una marca muy potente asociada a proporcionar la máxima seguridad. La mayoría de los usuarios de nuestro país tiene una tarjeta Visa.
  • Tarjetas MasterCard. Se pueden utilizar en más de 32 millones de lugares en el mundo, siendo una de sus ventajas principales las promociones en espectáculos, eventos, museos, etc. Para conocerlas, es mejor visitar su página web (www.mastercard.com/es).
  • Tarjetas American Express. Su marca es sinónimo de calidad de servicio. Es la tarjeta por excelencia de aquellos que quieran sentirse «vip«. Conceden mucha importancia al cliente. Entre las ventajas que ofrecen están su programa de puntos, seguros y una serie de servicios adicionales entre los que se incluyen cambio de moneda, agencia de viajes,etc.

Qué factores debes tener en cuenta para elegir la mejor tarjeta de crédito:

1.- Forma de pago. Las entidades ofrecen la posibilidad de escoger entre pago único o pago aplazado.

¿En qué consiste cada una de las formas de pago?.

  • Pago único: todo el dinero que has gastado con tu tarjeta a lo largo del mes, se abona bien a final del mismo mes, bien a principios del mes siguiente.
  • Pago aplazado: de la cantidad gastada, se paga una cantidad fija cada mes o un porcentaje.

2.- Tipo de interés. Las tarjetas de crédito funcionan como medio de pago y como vía de financiación. Cuando las utilizas, estás disponiendo de un dinero a crédito y eso no es gratis. Hay que pagar un interés por ese dinero que te adelanta el banco y cuyo pago se aplaza.

Es el banco quien establece el tipo de interés que cobrará a sus clientes. Éste suele ser fijo- entre el 12% y el 29% TAE- y aparece en el contrato que firmas cuando contratas la tarjeta. En ese mismo contrato se indica si el interés es mensual o anual.

Además de este interés por pago aplazado, existen dos tipos más de interés que te pueden aplicar y deben venir también recogidos en el contrato:

  • Tipo de interés de saldos excedidos. Se aplica cuando sobrepasas el límite de tu tarjeta de crédito. Si por ejemplo, tienes un límite de 1.000 euros mensuales y gastas 1.500, sobre esos 500 euros te aplicarán este interés.
  • Tipo de interés de demora. Se aplica cuando no hay dinero suficiente en tu cuenta para pagar el cargo mensual de la tarjeta. En este último caso, el banco te puede cargar una comisión por reclamación que también debe venir recogida en el contrato.

3.- La cuota anual. La mayoría de entidades optan por ofrecer tarjetas gratuitas a sus clientes año tras año (sin coste de emisión ni renovación). Sin embargo, hay entidades que sí cobran por disponer de la tarjeta el primer año y otras en las que el primer año la tarjeta no tiene coste alguno para el cliente, pero a partir del segundo año deja de ser gratuita. Esta comisión suele ser más baja si tienes domiciliada tu nómina o ingresos en el banco que te la concede.

4.- Seguros incluidos en la tarjeta. Estoy convencida de que si nos preguntan qué seguros lleva aparejada nuestra tarjeta de crédito y qué se cubre con ellos, la mayoría de nosotros no tenemos ni idea.

Si leéis bien vuestro contrato, veréis que las tarjetas de crédito suelen llevar seguros asociados que son gratuitos y con cobertura en caso de robo, seguro antifraude, asistencia en viajes e incluso algunas, seguro de accidentes.

5.- Descuentos incluidos. Muchas tarjetas de crédito incluyen descuentos en determinados establecimientos (como por ejemplo gasolineras). Otras te devuelven un porcentaje de las compras que hayas hecho (entre el 1% y el 3%).

Una vez más y por defecto profesional, insisto en la necesidad de leer atentamente cualquier contrato antes de firmarlo. Soy consciente de que es una tarea que puede resultar un tanto farragosa -dada la cantidad de términos financieros incomprensibles para la mayoría, y el tamaño reducido de la letra-, pero es muy importante de cara a evitar sorpresas desagradables.

Si pese a vuestro empeño, os queda alguna duda, siempre podéis consultarnos. En www.garciaslopezasesores.es ponemos a vuestra disposición nuestros conocimientos para ayudaros en aquello que necesitéis.

A la gran mayoría de vosotros, os deseo un feliz regreso de vacaciones.

La semana que viene volveremos con nuevos contenidos.