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Ayer estuve escuchando una de mis canciones favoritas de todos los tiempos: “Under Pressure” de Queen y David Bowie… ¡Casi nada! Y pensé que sería un buen título para lo que quiero contaros.

Vivimos una situación económica complicada agravada por esta pandemia a la que no vemos un fin cercano. Con casi medio millón de personas en ERTE y muchos negocios cerrados, las llamadas “colas del hambre” están cada vez más concurridas.

Hay hogares españoles que sufren verdaderas tragedias a nivel económico, pero no importa ir a casos extremos. Basta echar un vistazo al panorama para darnos cuenta de que pese a que intentamos remontar, reinventarnos, seguir avanzando, la verdad es que las circunstancias que nos rodean no nos lo están poniendo nada fácil.

Y todo esto… ¿En qué se traduce? Las presiones económicas a las que nos estamos viendo sometidos/as, empiezan a pasarnos factura. En muchos casos nuestros ingresos han disminuido, pero los gastos no lo hacen en la misma proporción.

Seguimos teniendo que afrontar los mismos gastos (hipoteca, alquiler, suministros, etc) con menos ingresos y esa presión nos lleva a lo que se conoce como “estrés financiero”.

¿Qué es el estrés financiero?

El estrés financiero es el resultado de la reacción humana ante la amenaza a su estabilidad económico-financiera. Nos lleva a una situación de presión y angustia ante una situación económica dominada por la incertidumbre.

Según datos de la Asociación Americana de Psicología, el 62% de los episodios de estrés están ocasionados por problemas financieros, afectando tanto a jóvenes como a adultos.

¿Cómo nos afecta el estrés financiero?

La falta de sueño y el agotamiento inciden negativamente en nuestro rendimiento laboral. La ansiedad también provoca que seamos menos productivos/as en nuestro trabajo.

Además el estrés desencadena una serie de reacciones en nuestro cerebro que afectan al proceso de toma de decisiones. ¿Consecuencias? Al no estar en tu mejor momento, las decisiones que tomes con respecto a tu dinero no serán las más acertadas: incrementar tu deuda por pedir más crédito del que puedes afrontar, invertir tus ahorros sin una planificación adecuada…

Pero es que el estrés financiero también repercute negativamente tanto en tu salud (enfermedades cardiovasculares o infecciosas) como en tus relaciones de pareja o con tu familia y amigos/as.

¿Qué podemos hacer para afrontarlo?

Os dejaré algunos consejos que espero os ayuden a gestionar de la mejor manera posible ese estrés:

  1. Intenta mantener la calma. Si ves que los problemas empiezan a agobiarte, procura relajarte. Respira hondo, practica meditación… Hoy en día existen múltiples técnicas anti-estrés que te ayudarán a serenarte.
  2. Toma conciencia de tu situación. Desde la calma, construye un mapa que te permita ver cuál es tu situación actual: tus ingresos, tus gastos habituales, las deudas que hayas podido contraer, etc.
  3. Traza un plan de contingencia que te permita controlar tus finanzas. Sólo desde una buena organización y planificación financiera, podrás empezar a controlar tu dinero. Si no sabes cómo hacerlo, acude a expertos que te ayuden.
  4. Adquiere buenos hábitos. En esta situación es fundamental mantener hábitos saludables. Hacer deporte y cuidar tu alimentación te permitirán sentirte mucho mejor contigo mismo/a.
  5. Una vez que tengas a raya tus finanzas, empieza a generar capacidad de ahorro. Ese ahorro te proporcionará la tranquilidad que necesitas. Además puedes ponerlo a trabajar y conseguir un “dinerillo” extra.

Sé lo que estás pensando: “Si no tengo dinero ni para afrontar mis gastos… ¿Cómo voy a pensar en ahorrar? No te agobies: vayamos paso a paso. Se trata de averiguar dónde estás y dónde quieres estar para trazar ese plan que te ayude a conseguirlo.

Vivir bajo presión no te ayuda y puedo asegurarte que liberarte del estrés financiero mejora mucho tu calidad de vida.

Por todo ello, deja de amargarte y apúntate el movimiento “Rock your Money”!! No hay nada mejor que “ponerse manos a la obra” ya. Te espero…