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En 1977, los Queen cantaban aquello de “No time for loosers, because we are the champions of the world”. La canción se ha convertido en todo un referente para el mundo del deporte pero como todo, es aplicable a muchos otros entornos.

Y es que ahora es el momento de luchar para ganar. Pero no luchar de cualquier manera, sino hacerlo con verdadera pasión y entusiasmo porque sólo así se consiguen las victorias más dulces.

En este cóctel también entra en juego otro ingrediente fundamental como es la motivación. La palabra proviene del latín “motius” (movimiento) y el sufijo “-ción” (acción y efecto). Por lo que estar motivado implica “pasar a la acción”.

Para la psicología, el entusiasmo es una motivación positiva.

Son muchos los artículos que hablan sobre “Motivación laboral”, “Cómo motivar a nuestros empleados”, etc. Sin embargo, existe una neurociencia de la motivación que nos indica cómo se desarrolla ese proceso. Y es que nadie se motiva porque sí.

Un estímulo que nuestro cerebro interprete como una recompensa potencial implica que está produciendo una liberación de dopamina en el sistema de recompensa cerebral. Si además, pasamos a la acción y desarrollamos una actividad para conseguirlo, liberaremos adrenalina que nos preparará física y mentalmente para tal acción.

Si finalmente lo conseguimos liberaremos serotonina que nos provocará un estado de satisfacción el cual a su vez facilitará unos cambios cerebrales que nos llevarán a motivarnos con dicha actividad y aprender los pasos necesarios para volver a conseguirlo.

Resumiendo: si estamos motivados/as aprenderemos mucho mejor que si no lo estamos. O si no, pensad por un momento en cuando ibais al colegio o a la universidad. Seguro que recordáis aquella asignatura que os costaba tanto aprender porque no os motivaba nada. Cualquier cosa que ocurriese a vuestro alrededor, bastaba para distraeros.

Eso nos ha pasado a todos… Aún hoy, cuando salgo de gira con mi banda, hay situaciones que me hacen estar más o menos motivada y eso-pese a que intente que no se note-, te acaba acompañando en el escenario.

Por tanto, es súper importante estar motivado/a para dar lo mejor de ti. Eso lo saben (o deberían saberlo) muy bien los empresarios o quienes tengan equipos a su cargo.

Un empleado/a motivado rinde mucho más que otro que no lo está. Pero… ¿En qué consiste eso de la motivación laboral?

La motivación empresarial se refiere a la capacidad que tienen las empresas de que sus empleados se impliquen para dar lo mejor de sí y conseguir los objetivos marcados por la organización.

 

Si estamos motivados, seremos mucho más productivos, nos sentiremos más realizados en nuestro puesto de trabajo y nos identificaremos con los valores de la empresa. Los empleados pasan a sentirse parte de la empresa, lo que los llevará a trabajar a fin de conseguir lo mejor para ella.

6 consejos para motivar a tu equipo:

  1. Sitúa a cada trabajador en el puesto que mejor se adecúe a su perfil personal y profesional.
  2. Fortalece las buenas relaciones dentro de la empresa y promueve acciones que favorezcan la cohesión del grupo.
  3. Preocúpate por la integración de nuevas personas. Procura darles una buena bienvenida y ofrecerles tiempo para que se adapten a su puesto de trabajo. Además sería bueno también que le ayudases con aquellas dudas que puedan surgirle.
  4. Aprende a delegar. Es algo muy saludable delegar responsabilidades en los miembros de tu equipo, siempre en base a las capacidades o destrezas de cada uno/a. Esto te permitirá centrarte en otras tareas.
  5. Reconoce el trabajo bien hecho. Hay que aparcar los egos y felicitar a quien se lo merezca.
  6. Intenta mejorar (en la medida de lo posible) las condiciones laborales. Esto contribuirá a que estén más motivados. Las mejoras pueden ir desde mayor flexibilidad horaria, incremento de salario, incentivos en forma de “experiencias” (escapadas de fin de semana, entradas para el cine o el teatro).

Sobre todo, antes de implementar cualquier plan o estrategia para conseguir motivar a los empleados, lo mejor es conocerlos: saber cuáles son sus puntos fuertes, sus debilidades, qué les gusta hacer en su tiempo libre, etc.

Sólo conociendo bien a tu equipo, sabrás cómo llegar a ellos/as de verdad. Y si lo consigues, tendrás a alguien 100% implicado.

Termino tal como empecé, parafraseando a Queen: “No es el momento para los perdedores, porque somos los campeones del mundo”. Qué bien suena eso, ¿no os parece?.