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blockchain

2016-09-19, Marian López


El «blockchain» o «cadena de bloques» ha despertado el interés del sector financiero que ven en este sistema una manera de hacer más seguras sus transacciones.

Seguro que estos días en prensa, habréis oído hablar del «blockchain» como una tecnología que revolucionará el mundo digital.

La mayoría de nosotros (entre los que me incluyo), jamás había escuchado ese «palabrejo«. A los que no somos nativos digitales, cada vez que sale un nombrecito nuevo, nos tiemblan las piernas. Y si además ese nombre se asocia a los bancos, se nos activan todas las alarmas.

Empezemos por el principio. ¿Os suena de algo el «bitcoin«?. Hace un tiempo sonó con mucha fuerza la creación de una moneda virtual llamada «bitcoin» que sirve para intercambiar bienes y servicios.

¿Cuál es la característica principal del bitcoin?. Pues que es una moneda descentralizada: no la controla ningún banco, ni el Estado y se puede usar en todo el mundo sin necesidad de intermediarios.

Imaginaos… Este fenómeno ha supuesto una revolución mundial porque además de todo ello, lo más destacado de esta moneda virtual es que su falsificación es imposible.

Por supuesto, los bancos «pusieron el grito en el cielo«, ya que para ellos el bitcoin suponía una amenaza.

Sin embargo, la banca «se enamoró» de la tecnología que hay detrás del bitcoin y pasó a verla como algo de lo cual podían sacar provecho.

Así esa tecnología de «cadena de bloques» o blockchain podría servir para agilizar y hacer más seguras las transacciones con otras entidades.

La «fiebre del blockchain» también ha alcanzado a los grupos de activistas que luchan porque el sistema económico mundial sea más transparente.

En este post nos centraremos en la relación entre la banca y el blockchain pero, para entenderla, vayamos por partes.

¿Qué es el blockchain?.

Imaginemos un estadio de fútbol, donde miles de personas se dan cita para ver un partido. De pronto, en medio del partido un dragón sobrevuela el campo escupiendo fuego.

Inmediatamente después, a cada uno de las personas allí presentes, se les coloca un detector de mentiras y se registra lo que acaban de vivir.

Todos cuentan la misma historia con idénticos detalles.

Esas personas que han sido testigos de tan asombroso fenómeno estarían aislados entre sí tanto geográfica como computacionalmente.

Es decir, resultaría prácticamente imposible que, sin posibilidad de coordinar previamente una mentira, todos se pusieran de acuerdo en contar lo mismo.

Por tanto sería muy complicado un ataque por parte de alguien que quisiera falsear la historia vivida. Los hackers o «piratas informáticos» lo tendrían difícil.

Ahora, trasladad esto a la vida real. Pensad por un momento, la cantidad de datos y transacciones online que llevamos a cabo cada día respaldadas por una autoridad central en la que confiamos plenamente.

Cada vez aportamos más datos personales a nuestro banco, al hacer compras por internet, al utilizar el WhatsApp, etc. y puede que dentro de la cadena, alguno de los proveedores se equivoque.

Por eso la seguridad en internet es hoy en día un objetivo prioritario, ya que actualmente es fácil que todos esos datos tan comprometedores, puedan ser espiados.

El blockchain o «cadena de bloques» es una tecnología que actúa básicamente como un registro, un libro donde se registran acontecimientos digitales tanto pasados como presentes, compartidos entre muchas partes distintas.

Ese registro sólo puede ser actualizado por consenso general, cuando sea necesario actualizar algo, y una vez que la información se ha introducido, nunca podrá ser borrada. Esto es ¡la bomba!.

Además gracias a esta tecnología, el hecho registrado no entra en detalles concretos sobre el tipo de evento de que se trate o las partes implicadas en el mismo.

¿Cuál es el interés de la banca por el blockchain?.

Básicamente los bancos creen que gracias a la tecnología blockchain, nuestro dinero se mantendría más seguro y una gran computadora mantendría el registro de «quién tiene qué«.

A la banca, la parte que le interesa de esta tecnología es que permitirá la gestión segura e inviolable de transacciones financieras o datos de cualquier tipo.

Sin embargo, la «parte negativa» del blockchain para los bancos es que hace innecesaria la presencia de una entidad que ejerza de «intermediaria«.

Recordemos que el papel de los bancos es precisamente hacer de intermediarios entre la entidad y el cliente en operaciones como: transferencias entre particulares, financiación o préstamos personales, compraventa de activos financieros (bonos, acciones, etc).

Entonces, ¿qué ocurrirá si se empieza a aplicar esta tecnología?. ¿Ya no serán necesarios los bancos?.

La entrada del blockchain en el mundo financiero no implica necesariamente la desaparición de los bancos, sino que éstos deberán adoptar un nuevo papel.

La tecnología blockchain abre nuevas oportunidades de negocio a las entidades. Aquí entrarían en juego los «smart contracts» o contratos inteligentes, entre personas, entidades o incluso entre máquinas.

Los «smart contracts» podrían extenderse como una herramienta comercial clave para elaborar contratos digitales fiables sin que sea necesario un «verificador» tradicional como un notario o un registrador.

Para ello aún nos quedan unos años. Los mismos que deberemos aprovechar todos los profesionales para «ponernos las pilas» y ver la tecnología que viene no como una amenaza, sino como una oportunidad.

Ya lo dijo en su día el empresario y escritor estadounidense Jack Welch:»Cambia antes de que tengas que hacerlo«.

Recordad que si necesitáis hacer alguna consulta respecto a cualquiera de los temas que tratamos en nuestro blog, podéis poneros en contacto con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es.

La semana que viene volveremos con algo nuevo que contaros, pero hasta entonces, por favor, no olvidéis ser felices.