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Precacuciones invertir

2016-02-01, Marian López


 

Es recomendable tomar una serie de precauciones antes de invertir en cualquier producto financiero. Una mala decisión, puede suponer un verdadero problema.

No son pocos los clientes que vienen en busca de asesoramiento cuando han sufrido las consecuencias de haber firmado algo sin entenderlo.

Debéis saber que en un contrato, vuestra firma se interpreta como que aceptáis las condiciones del mismo. Por eso es muy recomendable acudir a profesionales que puedan asesoraros a conciencia.

Empecemos por el principio: el MIFID establece tres categorías de clientes con diferentes niveles de protección según te encuentres en una u otra categoría.

¿Qué es el MIFID?.

El MIFID es la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (Markets in Financial Instruments Directive). Esta Directiva persigue entre otras cosas, unificar el mercado de servicios financieros de la Unión Europea, así como proteger a los inversores.

Categoría de clientes según MIFID.

El MIFID establece tres categorías de clientes:

  • Contrapartes elegibles. Clientes con el máximo conocimiento, experiencia y capacidad financiera. El nivel de protección que les otorga MIFID es menor.
  • Clientes profesionales. Aquellos que poseen la experiencia, conocimientos y capacidad financiera necesarios para tomar sus propias decisiones de inversión y valorar correctamente los riesgos que conllevan estas decisiones. El nivel de protección de MIFID es medio.
  • Clientes minoristas. No profesionales con conocimientos y experiencia en los mercados financieros limitados  (aquí es donde nos encontramos la mayoría de nosotros). Nivel de protección máximo.

Si eres un cliente minorista, debes tomar aún más precauciones antes de invertir. Recuerda que además requerirás más protección por parte de la entidad.

Lo primero que debes hacer como inversor, es conocer tu perfil de inversión: conservador, moderado o arriesgado.

Reflexiona sobre el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir, analiza cuál es tu situación económica (gastos, ingresos, deudas) y qué rendimientos te gustaría obtener (cantidad que te gustaría conseguir, en qué plazo y para qué).

Debes tener claro cuál es tu perfil de inversor:

  • Estar dispuesto a asumir pérdidas, si tienes un perfil arriesgado.
  • Conformarte con rentabilidades ajustadas, si tu perfil es conservador.

Las primeras precauciones que hay que tomar antes de invertir son:

  • Asegurarte de que contratas con entidades autorizadas (¡mucho cuidado con los “chiringuitos financieros”!).
  • Antes de tomar cualquier decisión, tómate el tiempo que sea necesario.
  • Solicita la información por escrito.
  • No firmes nada que no entiendas.
  • Conserva siempre toda la documentación que firmes: contratos, información sobre los productos financieros contratados y justificantes de las operaciones que realices. Te servirán como prueba ante cualquier posible reclamación.

Como inversor minorista o particular, gozas del mayor grado de protección según el MIFID.

¿Qué obligaciones tiene la entidad?.

  • Actuar de forma honesta, imparcial y profesional.
  • Recabar información sobre el cliente.
  • Proporcionar información clara y no engañosa por escrito, antes de que el cliente tome una decisión respecto a su inversión. En esta información, deben constar datos sobre la entidad, los servicios que presta, los productos que comercializa, así como los gastos y costes asociados a los mismos.
  • Mantener informado al cliente periódicamente.
  • Informar de la existencia del folleto informativo registrado en la CNMV (Comisión Nacional de Valores).
  • Ofrecer productos en base a las circunstancias personales de cada cliente.

Ante de venderte un producto, el banco tiene la obligación de evaluar si éste es conveniente o no para ti. Esto lo hará a través del llamado “test de conveniencia”, si lo que se va a contratar es un producto financiero complejo (futuros, swaps, warrants…).

Si se trata de productos no complejos (acciones, valores de renta fija, fondos de inversión…), sólo en el caso de que seas tú quien tome la iniciativa de contratarlo, y no el banco, no existe obligación de valorar si el producto es adecuado no para ti.

Cuando es el banco quien ofrece productos de inversión, lo que debe hacer es evaluar tu idoneidad  a través del “test de idoneidad”. Lo que valora este test es si lo que se te ha recomendado responde a tus objetivos de inversión, si puedes asumir el riesgo que conlleva el producto y si posees conocimientos y experiencia suficientes para comprender dichos riesgos.

Así pues, distinguiremos entre:

Test de conveniencia. Valora tus conocimientos y experiencia. Se hacen preguntas como:

  • Tipos de productos y servicios que conoces.
  • Frecuencia, volumen y naturaleza de las operaciones que vayas a realizar.
  • Nivel de estudios y profesión.

Test de idoneidad. Con él se pretende asegurar que las recomendaciones que te ha hecho el banco son las más adecuadas para ti, teniendo en cuenta tu situación particular. Las preguntas que se hacen son:

  • Conocimientos y experiencia previos (recogidos en el test de conveniencia).
  • Tu situación financiera (nivel de ingresos, patrimonio, gastos y pagos periódicos, etc).
  • Objetivos de inversión (tipo de riesgo que estás dispuesto a asumir, tiempo que deseas mantener tu inversión).

Sé por experiencia propia, que contestar a tantas preguntas (muchas de ellas personales), resulta un tanto incómodo, pero si no le damos esa información al banco, difícilmente nos podrán asesorar adecuadamente.

No obstante recuerda firmar si consideras que pese a los test:

  • Has sido asesorado, pero el producto no es conveniente para ti.
  • No has sido asesorado.
  • No has aportado información suficiente para ser evaluado.

El banco tiene la obligación de darte una copia de tu evaluación.

Asimismo, deben informarte del Fondo Garantía de Inversiones (FOGAIN)  al que se encuentra adherido el banco. Este Fondo, en determinadas circunstancias, puede indemnizarte hasta con 100.000 euros en caso de que la entidad resulte insolvente.

Más precauciones que debes tomar antes de invertir.

¡Ojo con la publicidad!. Muchos de los folletos de los productos pueden resultar engañosos:

  • No incluyen toda la información necesaria para que puedas decidirte por el producto en concreto.
  • Lo que se intenta con la publicidad, es hacer el anuncio lo más atractivo posible. Por ello, la información suele ser bastante limitada y la letra pequeña pasa desapercibida  en muchas ocasiones.
  • Si no van acompañados de las advertencias adecuadas, pueden generar expectativas poco realistas.

¿Cuáles son las prácticas incorrectas más comunes en publicidad?.

  • Que la letra pequeña contenga información relevante.
  • Que se transmita una idea de ganancia segura.
  • Que se garantice la rentabilidad sin correr riesgos. No existe una inversión 100% exenta de riesgos.

¿Dónde puedes acudir a reclamar?.

Para reclamar sobre un producto financiero, hay que seguir una serie de pasos:

  1. Presentar una reclamación ante el Servicio de Atención al Cliente (SAR) o Defensor del Cliente del propio banco (lo localizarás en la página web de la entidad).
  2. Si en un plazo de dos meses no obtienes respuesta o ésta no es satisfactoria, puedes dirigirte a la Oficina de Atención al Inversor de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).
  3. El plazo máximo para la resolución del expediente es de 4 meses.

Si pese a todo, decides reclamar vía judicial y necesitas un abogado, no dudes en consultárnoslo a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es. A lo largo de estos años, nos hemos hecho cargo de alguna que otra reclamación a entidades financieras.

Esperamos que este post sobre “precacuciones antes de invertir”, os resulte útil. Si lo conseguimos, habremos cumplido nuestro objetivo.

La semana que viene volveremos con un nuevo tema. Hasta entonces, sed felices.

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Objetivos financieros 2016

2016-01-04, Marian López


Este nuevo año podemos alcanzar nuestros objetivos financieros: analizar propósitos, ahorrar, realizar un presupuesto o invertir nos ayudaran a lograrlo.

Ha pasado un año más, y como cada principio de año, hacemos una lista de propósitos a cumplir. Siempre suelen repetirse los mismos: dejar de fumar, hacer más deporte, retomar los estudios, etc.

Entre esos propósitos también se encuentra el ahorro. ¿Quién no se plantea empezar el año haciendo una buena planificación financiera?. Así evitaríamos agobios económicos de última hora.

Pero, desgraciadamente los propósitos no siempre son fáciles de cumplir y menos aún con un carácter como el de los españoles. Dejarlo todo para el final es la máxima más común entre nosotros (aunque nos pese reconocerlo). Y es que somos un país donde la improvisación gana por goleada.

En este post, os daremos algunos consejos que os facilitarán alcanzar vuestros objetivos financieros para este recién estrenado año. ¡Tenemos aún doce meses por delante para conseguirlo!.

Estos son nuestros consejos:

1.- Mejorar nuestra educación financiera.

Una educación financiera básica, es la clave que nos ayudará a tomar decisiones adecuadas. Necesitaríamos aprender conceptos básicos como qué es el tipo de interés, la inflación, en qué consiste diversificar, qué perfil de riesgo tenemos o qué comisiones pagamos y por qué.

Son cuestiones muy básicas que pueden ayudarnos a ahorrar y rentabilizar nuestros ahorros.

2.- Hacer un presupuesto y planificar los gastos.

Es algo sencillo pero que muy poca gente hace. Basta que calcules cuáles serán tus ingresos (sueldo, si percibes rentas por algún alquiler, etc), qué vas a gastar (si tienes algún préstamo, cuotas de recibos domésticos, gastos escolares, gimnasio, seguros) y cuándo vas a tener que hacer efectivos esos pagos (a principios de mes, anualmente).

Si haces una correcta planificación de tus ingresos y gastos, evitarás entrar en deudas.

3.- Contribuye a tu ahorro para el retiro.

Otro de tus objetivos financieros prioritarios, debe ser el ahorro para tu jubilación. Nuestra población envejece y el presupuesto de las arcas públicas destinado a las pensiones va disminuyendo.

Ese es un problema al que podemos dar solución cada uno de nosotros a nivel particular. Es muy importante planificar correctamente nuestra jubilación si queremos mantener un nivel de vida medianamente «decente«.

Cuanto antes empecemos a ahorrar a través de cualquiera de los instrumentos disponibles para ello (planes de pensiones, planes de ahorro, PIAS, fondos, etc), más dinero podremos acumular.

Siempre hay que tener en cuenta cuál es nuestro perfil de inversión antes de tomar una decisión. Para ello, podéis contar con la ayuda de un experto en finanzas que os oriente.

Es importante que os lo toméis como una rutina: el dinero destinado a la jubilación, debe deducirse de vuestro presupuesto ya a principios de mes, como otro gasto más.

4.- Revisa los gastos pequeños.

Mucho ojo a esos pequeños gastos de nuestro «día a día«, que a final de mes pueden sumar una buena cantidad de dinero. No nos damos cuenta pero el café o el desayuno a media mañana, el periódico, el tabaco (para los fumadores), son gastos que a simple vista parecen insignificantes pero que no lo son tanto. Intenta reducirlos en la medida de lo posible.

5.- Poner nuestro dinero a trabajar.

Otro consejo para conseguir alcanzar nuestros objetivos financieros de cara al nuevo año, es el de hacer trabajar a nuestro dinero.

Pese a que actualmente ha regresado la fiebre de las cuentas remuneradas (pagan algo de interés por el dinero que tengas en cuenta), hay que prestar atención a los condicionantes de las mismas, entre otras la vinculación que te exigen y además no remuneran todo el saldo.

Por lo general, el dinero que tenemos en cuenta corriente o no produce o si lo hace, es muy poco el interés que te ofrecen. Una opción es invertir (siempre es aconsejable acudir a un experto antes).

Existen muchas opciones de inversión para rentabilizar tu dinero y que se adaptan al nivel de riesgo que estés dispuesto a asumir de cara a obtener dicha rentabilidad.

6.- Analiza tu perfil de riesgo.

Ya hemos hecho mención a ello. De la mano de un asesor financiero, puedes averiguar cuál es tu perfil de riesgo para ver si tu cartera se adapta a lo que quieres conseguir y qué riesgo estás dispuesto a asumir.

7.- Maneja las deudas de manera responsable.

Una deuda mal gestionada puede suponer nuestra ruina. Si realmente necesitas dinero para afrontar un proyecto y no dispones de liquidez suficiente, la única vía es recurrir al crédito.

Hay que ser muy prudentes a la hora de afrontar nuestras deudas. La constancia en el pago de la misma es fundamental. A la hora de elaborar tu presupuesto, ya debes descontar esos gastos y procurar liquidar la deuda puntualmente.

Por supuesto, hay que evitar a toda costa liquidar deudas a base de seguir pidiendo préstamos. Así lo único que conseguirás en endeudarte aún más. No solicites más préstamos hasta que no hayas liquidado el primero.

Mucho cuidado también con las tarjetas de crédito. Una tarjeta de crédito descontrolada se convertirá en tu peor pesadilla.

8.- Guarda y revisa tus facturas.

Controlar los gastos de tu casa así como comprobar las facturas, puede ayudarte a detectar errores o incluso negociar condiciones con las empresas suministradoras de servicios. Actualmente existe mucha competencia y ante cualquier oferta, es bueno comparar con lo que tienes.

9.- Revisa tus contratos financieros.

Últimamente se han producido algunos cambios en productos financieros. Basta recordar el ejemplo del fin de las cláusulas suelo en las hipotecas.

Por ello, es recomendable que en cuanto seáis conocedores de alguna noticia que os pueda afectar en este sentido, reviséis vuestros contratos. Quizás ahora sea un buen momento para tratar de renegociar con vuestro banco (o al menos, intentarlo).

10.- Pon un seguro en tu vida.

Es algo en lo que muchos de nosotros no pensamos hasta que nos pasa algo. Nadie está a salvo de imprevistos y si los tienes cubiertos, en el momento en que te ocurran, lo agradecerás.

Estos son nuestros diez consejos para lograr alcanzar tus objetivos financieros en 2016. Esperamos que os sirvan de ayuda. Ya sabéis que ante cualquier duda, podéis contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es.

Que los Reyes Magos sean generosos con todos vosotros. La semana que viene volveremos con nuevos contenidos. Hasta entonces, sed felices.

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Depos estructurados

2015-10-12, Marian López


Los depósitos estructurados son un producto al que últimamente recurren los bancos con el objetivo de que sus clientes obtengan una mayor rentabilidad. Pero, ¿es el momento de contratarlos?. Esa es la pregunta que trataremos de resolver.

¿Qué es un depósito estructurado?.

Los depósitos estructurados son depósitos bancarios en los cuales la rentabilidad está vinculada a la evolución de uno o varios índices bursátiles (como el Ibex 35 o el Eurostoxx50), de la cotización de un grupo de acciones, o de cualquier otro activo.

Mientras los ahorradores intentan recuperarse de la crisis más profunda vivida en los últimos años, los bancos no cesan en su empeño de “fabricar” productos con rentabilidades atractivas que les ayuden a captar clientes.

Hoy en día, eso es casi una “misión imposible” porque ¿cómo se pueden ofrecer rentabilidades atractivas con los tipos de interés bajo mínimos?.

Pese a que esta semana haya experimentado una subida, la bolsa española cerró el tercer trimestre del 2015 con una caída del 11,2%. El Ibex 35 ha vuelto así a niveles del 2013. Entre otras la desaceleración china o la incertidumbre política en España, han pasado factura a nuestro índice.

Ante este escenario tan “desolador”, los ahorradores buscan desesperadamente “colocar” su dinero en algún producto con el que obtener algo de rentabilidad. Y ahí aparecen los bancos, ofreciendo toda una serie de productos complejos entre los que se encuentran los ya mencionados depósitos estructurados.

En este punto conviene tener mucho ojo, ya que un depósito estructurado no es lo mismo que un depósito tradicional. El estructurado puede conllevar el riesgo de que pierdas parte de tu inversión inicial.

No me cansaré de repetir hasta la saciedad, que antes de contratar un producto es necesario leer detenidamente la letra pequeña y preguntar en caso de que tengas dudas.

¿Cómo funcionan los depósitos estructurados?

En primer lugar, debéis saber que su «éxito» reside en que actualmente ofrecen mayor rentabilidad que los depósitos tradicionales. Ese es su «punto fuerte«: ofrecer intereses superiores a los del depósito a plazo fijo.

Son productos a medio plazo. Su duración suele estar entre los 18 y los 24 meses, aunque los hay con una duración superior que se sitúa entre los 3 y los 5 años.

Existen dos variantes:

  • El depósito estructurado cuya rentabilidad está 100% vinculada a una cesta de acciones o a la evolución de un índice. Aquí te juegas tu dinero. Si la cesta de acciones sube, puedes llegar a obtener rentabilidades interesantes, pero si por el contrario baja, puedes llegar a perder tanto dinero como lo que baje la peor acción.
  • La otra variante- suele ser la más común-, es el estructurado con una parte de rentabilidad fija (por ejemplo un 50% de la inversión) quedando la rentabilidad del resto de la inversión (el otro 50%) en manos de lo que hagan un índice o unas acciones. Aquí te aseguras que la mitad de tu dinero está garantizada y además consigues cierta rentabilidad, y respecto a la otra mitad funciona como el punto anterior: si las acciones bajan, puedes llegar a perder dinero.

Luego hay otros estructurados como el Depósito Garantizado Digital 29 de Bankinter que además de garantizarte el 100% de tu dinero, te garantiza en el peor de los casos, una rentabilidad mínima del 0,13%.

Este depósito es a un año y 6 meses, por lo que te encontrarías con tu dinero inmovilizado durante año y medio para obtener una rentabilidad del 0,13% TAE. No estamos ante ningún «chollo«.

Y es que esas rentabilidades de los depósitos tradicionales que llegaron a alcanzar el 8% o incluso el 9%, ya son historia.

Por tanto, mucho cuidado con lo que firmáis ya que como ahorradores si contratáis un depósito estructurado, según las características de éste, podéis llegar a ganar algo, pero también no ganar nada e incluso perder dinero.

Otro problema de los depósitos estructurados es la liquidez. ¿Podréis disponer de vuestro dinero antes de que venza el depósito?. La respuesta es: «depende«. Y como dice la canción ¿de qué depende?. Pues de que puedas optar por la cancelación anticipada.

Hay estructurados que no permiten cancelación anticipada, por lo que para recuperar tu dinero, tendrás que esperar a que finalice el plazo del depósito. Los que permiten que dispongas de tu dinero antes del vencimiento, lo hacen con condiciones.

Estas condiciones se traducen en el pago de una «penalización por cancelación anticipada«. En este caso, pagaríais por disponer de vuestro propio dinero.

Por tanto, dos puntos importantes a tener en cuenta si os decidís por un depósito estructurado:

1.- Procurad optar por productos que os garanticen el capital a vencimiento.

2.- Conocer si existe la posibilidad de cancelarlo anticipadamente, y de ser así, qué comisión os cobrarían por dicha cancelación.

¿Qué ocurre con mi dinero en caso de quiebra del banco?.

Si el banco quebrase, hasta 100.000 euros estarían cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

En caso de que hayamos invertido más de 100.000 euros, los bancos suelen contratar seguros por si se da alguno de estos supuestos (por ejemplo una quiebra). En este caso deberíamos conocer los detalles de las coberturas de los citados seguros.

Resumiendo, con los depósitos estructurados, nos encontramos ante un producto que en la mayoría de los casos nos garantiza el 100% del capital (algunos no son garantizados), pero cuya rentabilidad está muy ligada a lo que haga la parte variable (por ejemplo, una cesta de acciones).

Recordad que la parte variable puede llegar a ser el 100% de vuestra inversión, por lo que es sumamente importante conocer dónde invierten, a qué acciones o índices van referenciados.

En los tiempos que corren y con los tipos de interés en mínimos, es complicado que los ahorradores más conservadores puedan encontrar productos que ofrezcan rentabilidades algo atractivas.

Si estáis pensando en contratar algún depósito estructurado, no dudéis en contactar con nosotros. Desde www.garciaslopezasesores.es, os garantizamos un asesoramiento profesional y adaptado a vuestras necesidades.

Como siempre, os deseo una feliz semana.

 

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Ahorro pensión

2015-09-07, Marian López


Soy consciente de que insisto mucho sobre el tema de la jubilación. No sé si será cosa de la edad, pero conforme pasan los años es algo que me preocupa cada vez más.

A mis amigos siempre les digo que se lo planteen ya, porque cuanto más tarden, peor. Algunos ni me escuchan y otros me miran pensando «ya le ha salido la vena de asesora financiera«, mientras apuran su copa.

Me vais a permitir que este post se lo dedique especialmente a ellos, a ver si como consumidores de redes sociales, a través de éstas les llega mejor el mensaje. Y por supuesto espero que todos os grabéis bien estas pautas que os voy a proporcionar.

Muchos de vosotros os preguntaréis, ¿es posible ahorrar casi 200.000 euros para mi jubilación?. La respuesta es  «Yes, we can«. De hecho es totalmente factible ahorrar un importe cercano a los 200.000 euros que nos ayuden a vivir dignamente así como permitirnos algún capricho en el futuro.

Da igual el vehículo que utilicéis para alcanzar vuestro propósito: un plan de pensiones, una cesta de fondos de inversión, depósitos, compra de inmuebles, etc.

Y es que acumular 190.000 euros para jubilarnos (pese a ser un importe elevado) puede estar a vuestro alcance siguiendo cinco sencillas pautas:

1.- Empezar a ahorrar cuanto antes. En otros países, al contrario que en España, la cultura del ahorro está arraigada en su gente desde temprana edad. Aquí, ahorrar de cara a un futuro no cercano, nos parece una barbaridad. En España se gasta sin pensar en el mañana, y eso es un grave error.

¿Sabíais que cuando os vayáis a jubilar la pensión pública que cobréis será un 25% inferior a las pensiones públicas actuales?.

El instrumento más idóneo para acumular patrimonio de cara a la jubilación son los planes de pensiones. Éstos permiten que podamos deducirnos las aportaciones realizadas (hasta 8.000 euros anuales) de la base imponible del IRPF, lo que supone una gran ventaja fiscal.

Mejor si empezáis a los 30 que a los 40, desde luego. Pese a nuestra alta tasa de paro, hay muchos jóvenes que se incorporan al mercado laboral y pueden destinar una pequeña parte de su sueldo al ahorro.

No se necesita ser millonario para ahorrar: se pueden hacer aportaciones a planes de pensiones desde 50 euros o menos (hay planes que permiten aportaciones de 30 euros).

Bajo mi punto de vista, el importe idóneo para destinar a aportaciones de planes de pensiones, debería rondar los 100 euros (se nota mucho más el rendimiento del producto si la aportación es mayor).

Otra de las ventajas de empezar cuanto antes es que hacerlo te permitirá asumir algo más de riesgo y por tanto, obtener más rentabilidad. Si empiezas a ahorrar a los 30, tienes 37 años para generar esa rentabilidad. Mientras que si lo haces con 50, sólo dispones de 17 años.

Se puede apostar por planes de pensiones más agresivos durante los primeros años (por ejemplo, planes  con algo de renta variable), y luego ir transformándolos en más conservadores conforme nos vayamos acercando a la edad de jubilación.

2.- Hay que ser constantes en las aportaciones. No vale eso de «me hago un plan de pensiones y pago un año hasta que me canso y dejo de hacer aportaciones«.

Los planes de pensiones tienen la desventaja de su indisponibilidad. No pueden rescatarse antes de 10 años, a no ser que se cumpla alguna de las contingencias contempladas en los mismos (enfermedad grave, jubilación, paro de larga duración, etc). Y es que se trata de un plan de ahorro pensado a largo plazo.

Pero si vas realizando tus aportaciones de manera periódica (cada mes), verás como se va incrementado tu ahorro. Además, no debéis olvidar que las aportaciones son deducibles en vuestra Declaración de IRPF.

3.- El ahorro debe ser creciente. Otro factor a tener en cuenta para acumular capital de cara a vuestra jubilación, es ir incrementando progresivamente las aportaciones que hagáis.

Durante los primeros años de trabajo, siempre se tienen más gastos: hipoteca, crédito para el coche, gastos escolares. Pero lo lógico es que con el paso de los años, esos gastos vayan disminuyendo.

Muchos de vosotros me reprocharéis que los gastos de hipoteca o escolares son para toda la vida, pero vais a entender lo que os digo con un sencillo ejemplo.

Supongamos que hacemos una aportación a nuestro plan de pensiones de 100 euros al mes. Decidimos incrementar este importe en 10 euros al año (siguiendo el consejo de nuestro asesor financiero).

Para llegar a acumular un patrimonio cercano a los 200.000 euros, ahorraríamos 100 euros al mes el primer año, 110 euros el segundo, 120 el tercero y así sucesivamente.

Acabaríamos aportando 450 euros al mes a los 65 años, cuando ya hayas terminado de pagar tu hipoteca y en muchos casos, hasta los estudios de sus hijos. Durante los 37 años que hayas estado aportando dinero al plan (si empezaste con 30), ya tendrías 124.320 euros acumulados (más unos 60.000 euros de intereses).

4.- Permitirte asumir mayor riesgo en tu inversión durante los primeros años. Ya lo he comentado en líneas anteriores. El objetivo es alcanzar la máxima rentabilidad posible.

Ya conocéis de sobra que «a mayor rentabilidad, mayor riesgo«. Cuando se es más joven, se puede arriesgar más, ya que aún quedan muchos años que permitan recuperarnos de las posibles pérdidas.

Si habéis leído algo de prensa económica últimamente, sabréis que los planes de pensiones de renta fija (los más conservadores) han entrado en pérdidas, mientras que los de renta variable (más agresivos) son los que obtienen rentabilidades más atractivas.

Tenemos que quitarnos ese «miedo a perder» y ser capaces de asumir ciertas pérdidas a cambio de una mayor rentabilidad al principio (ya que el periodo de recuperación es también mayor), para ir hacia planes más conservadores conforme se acerca la edad de jubilarnos.

La idea con el tiempo es ir consolidando ganancias y disminuyendo pérdidas.

5.- Estudiar bien las comisiones que tendrá nuestro plan de pensiones. Debemos procurar que estas comisiones sean lo más bajas posibles.

Es muy importante tener en cuenta los gastos que nos cobrará la gestora del plan por administrar nuestro ahorro. Con rentabilidades tan bajas en los planes de pensiones de renta fija, que la gestora te cobre un 1% o un 0,75% de comisión, puede suponer una gran diferencia con la que veamos reducida la rentabilidad real.

Si seguís estas sencillas pautas, conseguiréis incrementar vuestro ahorro de cara al futuro que -aunque suene a «viejuno«- el tiempo pasa muy deprisa.

Como os digo siempre, si necesitáis algún tipo de aclaración al respecto, ya sabéis que podéis dirigiros a nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Os deseo una feliz semana.

 

 

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Color del dinero

2015-08-23, Marian López


Si a finales de los 80 ya erais adolescentes, el título de este post os sonará muchísimo. «El color del dinero» es una película de 1986 dirigida por Martin Scorsese, protagonizada por el gran Paul Newman y un jovencísimo Tom Cruise.

En ella se relata la vida de un antiguo «buscavidas» jugador de billar (Eddie «Relámpago» Felson), que renace cuando conoce al joven Vincent Lauria (Tom Cruise). Eddie vuelve a la carretera junto a su inexperto aprendiz, para vivir grandes momentos.

Sin embargo, no voy a hacer ninguna crítica de cine. Me ha resultado un título adecuado para introducir el tema sobre el que os hablaré esta semana.

¿Sabíais que existe un estudio que relaciona los colores con tu actitud hacia el dinero?. Vendría a ser algo así como «Dime con qué color te identificas, y te diré cuál es tu personalidad financiera«.

Si somos capaces de analizar nuestras actitudes a la hora tanto de ahorrar como de gastar, podremos tomar mejores decisiones financieras. Estas decisiones están directamente relacionadas con nuestras emociones y prejuicios.

¿Cuál es tu personalidad financiera?. ¿Eres de los que gasta, o por el contrario perteneces al grupo de los ahorradores?. ¿Sabes administrar bien tu dinero?. ¿Verificas tus decisiones antes de ejecutarlas?.

La consultora pública con sede en Baltimore, Ganiyah Fajingbesi, analiza nuestras actitudes ante el dinero agrupándolas en cinco tipos de personalidad a cada una de las cuales, les corresponde un color.

Vamos a ver en qué consiste esta clasificación por colores:

  • Verde: Impulsivo. Es el color que identifica a los emprendedores. Éstos creen que el dinero siempre debe invertirse para hacer crecer el negocio.
  • Azul: Prudente. Es un buen empleado o administrador financiero. Cumple «a rajatabla» con los presupuestos y no es amigo de asumir riesgos.
  • Amarillo: Desafiante. Acepta el trabajo duro. Le gusta jugar en la «liga de los campeones«. Es un gastador emocional al que le gusta gastarse su dinero en artículos de lujo que le proporcionen el estatus en el que mejor se siente.
  • Gris: Conservador. El color gris siempre se identifica con aquello que no destaca excesivamente. En el mundo de las finanzas, alguien gris es alguien conservador. No aspira a tener grandes cantidades de dinero. Sin embargo, puede ser un gran inversor, ya que se trata de personas muy pacientes.
  • Rojo: Poco realista. En cierta manera asociado (además de a la pasión), al peligro, a mantenerse alerta. La persona que financieramente se identifica con este color, no maneja el dinero de manera realista. Siempre tiene deudas y ningún plan para pagarlas.

De acuerdo con Fajingbesi, la mayoría de personas no se identifican con un único color, sino que son una mezcla entre «dos colores de dinero». Cuando descubras con qué color te sientes más identificado, estarás capacitado para conocer mejor cuáles son tus fortalezas y debilidades.

Tomar conciencia de tu personalidad financiera, puede beneficiarte a la hora de hacer negocios:

1.- Para elegir un socio. Por experiencia propia os diré que encontrar un socio adecuado no es una tarea fácil.

Una premisa que funciona es tratar de formar equipo con gente que sea capaz de compensar tus debilidades financieras. Siguiendo la escala de colores que acabamos de ver, si tu personalidad es «azul», te resultará muy fácil cumplir con los presupuestos, pero no invertir grandes cantidades de dinero.

Si eres emprendedor, demasiada cautela puede obstaculizar el crecimiento de tu negocio. Por tanto en este caso alguien conservador (azul), como tú, debería buscar un socio que te impulsase a asumir más riesgos y hacer inversiones. Ese sería tu complemento ideal.

2.- Adecuar tu «discurso» a la personalidad de tu «potencial» inversor. Si tienes una idea «arriesgada», debes ser capaz de convencer a un posible inversor de que tu proyecto es le que le encaja.

Hay emprendedores con muy buenas ideas que exigen cierta inversión inicial para que empiece a dar frutos en un futuro. En este caso, deberías buscar un inversor «gris» dispuesto a apostar por tu idea y empezar a recuperar su dinero a largo plazo.

3.- Tratar de evitar errores financieros. Para evitar esos errores, lo más importante es conocerte bien a ti mismo.

Por ejemplo, alguien con personalidad «verde», podría caer en el error de querer invertir su dinero en algo con poco futuro, en lugar de ahorrarlo. Si sabes que eres impulsivo, una buena idea sería tener un socio con personalidad «azul» (prudente), antes que poner en riesgo tu dinero.

Ahora que ya conoces este curioso estudio, ¿te sientes identificado con algún color?. Tanto si tu respuesta es afirmativa como si no, lo más importante a la hora de poner en marcha un proyecto, invertir o ahorrar, es conocerte. Analizar cuál es tu personalidad antes de tomar una decisión que pueda acarrearte «dolores de cabeza» en el futuro.

Si a pesar de todo, necesitas ayuda de algún profesional para tomar una decisión adecuada a tu personalidad, no dudes en contactar con nosotros a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es

Os deseo una feliz semana.

 

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Condohotel

2015-08-10, Marian López


¿Qué os parecería la idea de disponer de vuestra propia habitación de hotel y encima obtener rentabilidad con ella?. Fantástico, ¿no?. Pues eso es posible gracias a una no tan nueva tendencia de inversión inmobiliaria que comienza a estar «de moda» en nuestro país. Se trata del condohotel.

¿Cuál es la definición exacta de condohotel?

El término proviene de la combinación de dos palabras: «condominio» y «hotel«. Es un sistema de explotación hotelera que consiste en la venta de habitaciones de hotel a propietarios privados.

Este modelo permite vender una habitación a un titular que disfrutará de ella por lo general, unos dos meses al año. El resto de los meses, el dueño de dicha habitación, confiará la gestión de ésta a la cadena hotelera que se la vendió.

Es decir, sigue siendo la empresa explotadora la que administra, reforma o limpia la habitación. La estancia, pese a que pertenezca a un particular, se sigue alquilando a otros clientes como las del resto del hotel.

Al cierre del ejercicio– y aquí es donde viene lo bueno-, el gestor reparte entre los diferentes propietarios el beneficio de la explotación obtenido de cada habitación vendida.

El origen del condohotel debemos buscarlo en Estados Unidos hace unos 20 años, en concreto en Miami Beach y Fort Lauderdale, aunque antes ya se hacía algo similar con los apartahoteles.

Además de la rentabilidad que este sistema puede ofrecer a un particular (en torno al 7% anual), desde el punto de vista de los hoteleros también supone ciertas ventajas. Éstos buscan liquidez y desvincularse de los inmuebles para centrarse en la gestión de los establecimientos, y el condohotel puede ser la solución.

Aquí en Baleares fue el entonces Conseller de Turismo Carlos Delgado quien en el 2011, se dispuso a sacar adelante esta figura importada de los Estados Unidos.

El comprador adquiere una segunda residencia para sus vacaciones en la que además de ser otro cliente del hotel (incluyendo sus servicios), cuenta además con la ventaja de ahorrarse los gastos de comunidad, mantenimiento, electricidad, agua y gas.

Para que este sistema resulte rentable, los establecimientos hoteleros deben tener una categoría mínima. En la nueva Ley General de Turismo de Baleares se establece una categoría mínima de tres estrellas superior.

Esta nueva Ley (8/2012) no emplea el término «condohotel«, sino que en su artículo 35 hace referencia a los «establecimientos de alojamiento turístico coparticipados o compartidos«.

Hasta ahora la maraña de normas administrativas existentes en las comunidades autónomas, dificultaban mucho la aplicación de este nuevo sistema de explotación hotelera. Muchas comunidades ponían trabas a la aplicación del mismo, ya que lo veían como una «amenaza» para el sector.

Sin embargo, con el camino legal más despejado y garantizada la seguridad jurídica de este tipo de inversión, estos productos (aunque escasos) ya empiezan a gustar a inversores que buscan una rentabilidad «golosa» en el sistema inmobiliario español.

Hablamos de retornos que rondan el 6%- 7% anual, rentabilidad mayor a la que ofrecen otros productos de inversión.

Como ya he comentado en líneas anteriores, el condohotel es una figura muy común en Estados Unidos (pese a que en España aún no esté muy extendida). El hotel es explotado por una sola empresa turística aunque pertenezca a varios propietarios.

En el momento en que adquieres una habitación, pasas a ser copropietario del hotel además de firmar un contrato de arrendamiento, ya que tu habitación se alquilará cuando tu no hagas uso de ella.

El comprador de la habitación y el gestor hotelero se reparten el 50% de los ingresos obtenidos por la explotación de cada habitación (si no se alquila, no se cobra). Cada dueño podrá negociar sus propias condiciones con la empresa explotadora.

Así pues, esta fórmula puede resultar interesante para cualquier persona que desee invertir parte de su patrimonio en un producto inmobiliario que ofrece rentabilidades superiores a otras alternativas en el mercado. Es apropiada para inversores a largo plazo.

Por parte de los hoteleros, les sirve para plantearse una reforma o reestructuración de su modelo de negocio, apuntándose a esta nueva tendencia y así obtener un mayor beneficio.

Pero, ¿cuánto me puede costar ser propietario de una habitación de hotel?.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que para que las rentabilidades que nos pueda ofrecer este sistema sean atractivas, las habitaciones que compremos deberían ser de hoteles de cuatro o cinco estrellas.

El precio puede rondar desde los 200.000 euros hasta cerca de los 2.000.000 de euros, dependiendo de la categoría del hotel y del tipo de habitación. Está claro que no es una inversión apta para todos los bolsillos, pero si una opción más de cara a diversificar carteras. 

Los grupos hoteleros mallorquines «se han puesto las pilas» y ya son varios los que cuentan con esta oferta. Veamos cuáles:

– PORTALS HILLS BOUTIQUE HOTEL. Establecimiento de cinco estrellas que dispone de 31 habitaciones en régimen de condohotel con un precio a partir de los 525.000 euros (suites).

MELIÁ HOTELS. El GRUPO MELIÁ pondrá a la venta habitaciones en Madrid por un precio medio de 3.000 euros el metro cuadrado.   

GRUPO PIÑERO. De momento cuenta con este sistema en su hotel GRAN BAHÍA PRÍNCIPE SIAN KA’AN de México. Un establecimiento de cinco estrellas.

Resumiendo, a pesar de que el cliente que adquiera habitaciones de hotel sea aún mayoritariamente extranjero (de nivel medio-alto), estoy convencida de que esta fórmula será tenida en cuenta a partir de ahora por más de un inversor en nuestro país. Y es que aúna dos ventajas: el poder disfrutar unos meses al año de una residencia vacacional de lujo y además disfrutar de rentabilidades aproximadas al 7% anual.

Un último apunte: esta fórmula se está poniendo de moda entre aquellos clientes que por motivos de trabajo viajan frecuentemente a algún destino concreto y necesitan disponer de una habitación ya que de este modo, pueden rentabilizarla.

Hoteleros e inversores con patrimonio suficiente que estéis interesados en buscar nuevas alternativas para rentabilizar vuestro dinero, en www.garciaslopezasesores podemos facilitaros todo el asesoramiento tanto legal como financiero que necesitéis.

Y para todos aquellos que no estemos en ninguno de los grupos mencionados, al menos conoceremos lo que es el «condohotel». Nunca se sabe lo que nos depara el futuro…

¡Os deseo una feliz semana!.

                   

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Ahorro_cerdoS

2015-06-01, Marian López


La semana pasada vivimos un 24 de mayo trepidante. No os preocupéis, no es mi propósito hablar de política. Sólo quería puntualizar algo que tiene relación con mi post.

Ese 24-M era el día de las elecciones municipales y autonómicas. La gente dejó constancia en las urnas de que quería un cambio. ¿Os habéis fijado en las caras del cambio?.

Se trata de personas jóvenes, con nuevas ideas, con una manera diferente de hacer política. Esas personas sustituirán (por decisión popular) a otras de mayor edad que se encontraban en el poder hasta ahora. Personas más mayores con otra forma de entender la política, quizás más conservadora.

Estamos en un momento de relevo generacional en muchos terrenos, no sólo en la política, sino también en las empresas, en la ciencia, en el deporte, etcétera.

De pronto vemos cómo en un mismo escenario conviven generaciones distintas. Un escenario muy cambiante, por el cual la Generación X y la Generación Y caminan juntas.

Pues bien, este panorama también se extrapola a las finanzas: dos generaciones, con dos maneras distintas de ahorrar y de gastar. Tanto si perteneces a una como a otra, posiblemente te sentirás identificado/a con estas características que vamos a analizar a continuación.

Una de las variables que más influye en la manera de entender y gestionar nuestra economía doméstica es precisamente la edad. No tiene por qué existir un abismo entre generaciones, esa diferencia de mentalidad se da en generaciones próximas entre sí.

Son las denominadas Generación X (comprende a quienes están entre los 35 y los 54 años), y la Generación Y (jóvenes entre 21 y 34 años). ¿Cuáles son sus hábitos financieros?.

Ahorro a medio y largo plazo.

Los años hacen que nos vayamos volviendo cada vez más conservadores. Es complicado hacer entender a un chaval que no llega a la treintena, que tal como están las cosas, va a necesitar un «colchón» financiero en unos años si desea vivir «con dignidad».

Generación X. Pese a  que muchos no se hayan decidido aún a contratar un plan de jubilación, es cierto que ya se han informado al respecto. Y es que dado el envejecimiento de la población y los escasos recursos públicos, en un futuro muy cercano será necesario contar con ese plan de jubilación que complemente la pensión pública (si es que cuando nos llegue el momento queda dinero para ello).

En países como Estados Unidos, sus ciudadanos no cuentan con sistemas públicos de previsión. El estado solamente cubre supuestos de necesidad, derivando el resto al ahorro privado. Por tanto, si quieres tener una jubilación, debes ahorrar.

Lo ideal es tener en marcha un plan de jubilación antes de cumplir los 45. La cantidad media que necesita ahorrar un español para poder mantener su nivel de vida al jubilarse, es de unos 100.000 euros. Por tanto, cuanto antes empecemos a ahorrar, antes podremos alcanzar esa cifra.

Existe un catálogo de productos de ahorro como complemento a las pensiones públicas: los planes de pensiones, planes de jubilación, PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), etc.

Dentro de esta generación, el producto estrella sigue siendo el depósito pese a su escasa rentabilidad. Se trata de un producto conservador en el que se minimiza el riesgo al garantizar el capital.

Generación Y. Los llamados «millenials» se ven muy jóvenes para pensar en su jubilación, y ese es quizás el mayor escollo al que se enfrentan bancos y aseguradoras a la hora de ofrecerles este tipo de productos.

Sin embargo cuanto antes se empiece a ahorrar, mejor. Se podría empezar con un porcentaje bajo. Por ejemplo, un 10% de los ingresos. Ese porcentaje debería incrementarse paulatinamente conforme fuéramos haciéndonos más mayores.

Esta Generación Y, apuesta además por otras fórmulas para ahorrar dinero. ¿Cómo?. Pues apostando en Bolsa o invirtiendo algo de su capital en productos con más riesgo que los de sus mayores.

Cómo gestionar el gasto.

Es cierto que con la edad, nuestras deudas son diferentes y se incrementan. Evidentemente, las necesidades que pueda tener un chico soltero de «veintipocos» no son las mismas que las que pueda tener alguien con cuarenta y una familia que mantener.

No obstante, en nuestra economía doméstica debe ser prioritario mantener controlados los gastos y no adquirir deudas muy por encima de nuestras posibilidades.

Generación X. Es la generación de las grandes deudas. ¿Quién no tiene una hipoteca que pagar al banco?. La prioridad de esta generación es liquidar las deudas pendientes. Sobre todo las importantes como la ya mencionada hipoteca.

Eso no conlleva que nos olvidemos del ahorro, pero tenemos que organizar nuestra economía de manera que vayamos liquidando deudas a fin de poder ahorrar.

Generación Y. El objetivo de esta generación será evitar crear grandes deudas y controlar la evolución de las mismas. Una deuda grande adquirida demasiado pronto, nos lleva a reducir a la mínima expresión, nuestra intención de ahorrar.

 Juventud y ser impulsivo, van de la mano. Por eso para esta generación es fundamental desarrollar un pensamiento a largo plazo y reflexionar más las decisiones financieras que vayamos a tomar.

¿Cuál es su relación con los bancos?

Como podéis imaginar, en este aspecto también existen diferencias: la gente más joven evita el tener que desplazarse hasta una sucursal bancaria y hace sus operaciones a través de la banca on line.

Sin embargo, al ahorrador o inversor de mayor edad, le gustan más los canales convencionales. Aún prefieren acudir al banco para realizar sus operaciones. Es como si les «inspirara más confianza» ir a su sucursal.

Generación X. Los cercanos al rango de los 35 años, sí que han incorporado los pagos a través del móvil o la banca on line a su operativa con los bancos. Pero conforme se acercan a los 45-50 años, se vuelven más reticentes a operar a través de un ordenador o un móvil, recurriendo más a la banca tradicional.

Además con la edad, vamos solicitando más tarjetas de débito y crédito, y   abriendo cuentas en distintos bancos (con las consiguientes comisiones) que luego ni recordamos. De manera que llega un momento en que debemos sentarnos a ordenar, o  acudir a profesionales como asesores financieros, que nos ayuden a controlar el tema. De lo contrario podremos tener serios problemas.

Generación Y. Los expertos aseguran que uno de cada tres «millenials» no tiene tarjeta de crédito (es más común la de débito). Prefieren el efectivo y hacen más compras por internet empleando plataformas como PayPal.

Esta generación confía en aplicaciones móviles para gestionar sus ahorros. Son muy «sensibles» al cobro de comisiones por parte de los bancos, y no son nada fieles si la competencia le mejora las condiciones.

Seáis de la generación que seáis, siempre es bueno tener vuestra economía doméstica en orden, vivir conforme a vuestros ingresos y controlar muy bien los gastos.

 En www.garciaslopezasesores.es, disponemos de los conocimientos y herramientas necesarias para conseguir alcanzar vuestros objetivos de ahorro-inversión. No dudéis en contactar con nosotros.

Y para finalizar, una frase de Oscar Wilde: «La sociedad moderna olvida que el mundo no es propiedad de una única generación».