Author: Toni kErNeL

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Huele a Navidad. Los anuncios en la tele, las calles abarrotadas, los comercios ofreciendo su mejor cara… Todo nos indica que hemos entrado de lleno en la época de mayor consumo del año.

Yo me quedo con la otra Navidad. La de los reencuentros, la de los momentos con tus amigos, la de las risas y los abrazos, la de los paseos con la familia para ver la ciudad iluminada…

Ya lo dice el villancico: «Noche de Paz, noche de AMOR«. Pero no de amor almibarado, no de amor empalagoso, ese no va conmigo.

Lo que sí va conmigo es el AMOR con mayúsculas, el incondicional, el que te hace darlo todo. Y es ese tipo de amor el que debemos poner en todo lo que hagamos.

Cuando tengamos claro lo que queremos en la vida, pongámosle AMOR, de ese cañero, del de verdad.

Sin AMOR las cosas no salen. Y lo digo en serio. Probadlo.

Hablad de vuestra marca, de vuestro negocio, de vuestro trabajo. Si lo amáis de verdad, las palabras brotarán de vuestros labios sin ningún esfuerzo y aquél o aquellos/as que os escuchen, os comprarán. Y si no lo hacen, peor para ellos. Vosotros a seguir con lo vuestro, pero sin dejar de amarlo. Porque en el momento que eso pase, vuestro negocio, vuestra marca, vuestro trabajo, perderán su energía y dejarán de ser atractivos.

Desde la hastío, el cansancio, la pereza… desde ahí, no sale nada bueno. Debéis estar locamente enamorados de lo que hacéis. Y si no lo estáis, es porque no ocupáis el lugar que os corresponde. Porque le dedicáis vuestra vida a algo que no os llena.

Es lícito estar cansado/a, sentirse descorazonado/a, abatido, pero no dejéis que esa sensación invada vuestra mente. No permitáis que los pensamientos tóxicos se apoderen de vuestro cerebro.

Cuando empecéis a sentir eso, dejadlo. Porque si seguís ahí con ese rollo «chungo«, estáis perdiendo el tiempo.

Dejadlo y salid a respirar hasta que os enamoréis de nuevo. Cuando notéis que vuestro corazón se acelera, que el estómago se os encoge, que tenéis ganas de gritar, entonces y sólo entonces, id a por ello como si no hubiese un mañana.

ROCK YOUR LIFE!!!. Sed kamikazes, lanzaos a la conquista y dejad que el AMOR inunde cada parte de vuestro cuerpo. Es desde ahí, desde donde debéis escribir vuestra vida.

Ya lo decían los Beatles: «ALL YOU NEED IS LOVE»Porque ese,  el AMOR verdadero- no el de postureo, «para quedar bien»- todo lo puede.

Pronto volveré con un nuevo post pero hasta entonces, no olvidéis ser felices. 

 

 

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No me considero una persona mayor, pero soy consciente de que los cuarenta y tantos años que llevo por aquí, han dado mucho de sí.

A veces me sorprendo cuando dando clase, empiezo a contar «chascarrillos» y pienso… pero ¿de verdad han pasado tantas cosas en tan poco tiempo?. La respuesta es SÍ, un sí rotundo.

Aún recuerdo cuando a mi hermana (que estudiaba Administración), le trajeron el primer ordenador a casa. El paso de la máquina de escribir a ese nuevo aparato fue brutal.

¿Cuántos de vosotros/as sois capaces de memorizar más de cuatro números de teléfono?. Antes no quedaba otro remedio, porque ni siquiera existía el teléfono móvil.

Sin embargo, en poco menos de treinta años, hemos pasado de sorprendernos cada vez que salía un «aparatejo» nuevo al mercado, a no darle importancia al hecho de llevar un ordenador-teléfono portátil en un bolsillo.

Nuestro cerebro no viene preparado «de serie» para aceptar tantos cambios en tan poco tiempo. Recordemos que tenemos un cerebro primitivo, preparado para reaccionar en cualquier momento ante una amenaza.

Esto ha hecho que en parte, todos esos avances tecnológicos sean mirados, incluso hoy en día, con cierto recelo.

Pero debemos aceptarlo, vivimos en un entorno donde nuestra identidad personal, se funde con nuestra identidad digital. Y eso tiene una repercusión brutal en la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno.

Las empresas lo saben bien y tratan por todos los medios de «no perder el tren» para seguir prosperando. Si de verdad quieren llegar a sus clientes, y fidelizarlos de tal manera que se conviertan en «fans», en el mundo digital encontrarán la manera de conseguirlo.

Hace no mucho leí un artículo en un periódico que hablaba de cómo el grupo musical Metallica había cambiado su estrategia de marketing para resultar aún más cercanos a sus miles de fans.

El lanzamiento de un disco, las giras, se viven de manera diferente, porque la experiencia de comprarse un disco o de asistir a un concierto, automáticamente se vuelca en redes sociales desde el «minuto cero». Basta con subir una foto a Instagram en la que enseñas el CD, o el momento en el que entras al recinto donde se dará el concierto del brazo de tu mejor amigo/a.

Una estrategia digital bien diseñada puede «disparar» el número de clientes-fans. Porque Metallica, más allá de ser considerada una de las mejores bandas de metal de la historia, es en sí misma una MARCA. De hecho hay muchos productos que se venden bajo ese nombre: camisetas, tazas, gadgets, etc.

Por tanto… si vivimos en un entorno digital, ¿por qué no aprovecharnos de las circunstancias para llegar a un mayor número de personas?. Y ya no se trata sólo de llegar, sino de «acercarse» a ellas.

No olvidemos que somos seres sociales, necesitamos relacionarnos y el mundo digital nos brinda esa posibilidad.

Las empresas necesitan la digitalización, no sólo para acelerar sus procesos, sino para lograr llegar a sus «clientes-fans» de una manera más acorde con los tiempos actuales. Eso sí, sin olvidar nunca el contacto «cara a cara» siempre que ello sea posible.

Se sabe que la estrategia es la correcta, cuando ves la reacción de las otras personas al escuchar lo que intentas decir. La comunicación no verbal, el lenguaje corporal, es una vara de medir el impacto de nuestro mensaje que nunca falla. Porque al final, los gestos nos delatan.

Esta semana acabaré con una frase del escritor Jacinto Benavente: «Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa«. Y vosotros… ¿qué pensáis?.

Volveré en breve con un nuevo post, pero hasta entonces por favor, no olvidéis ser felices 🙂

 

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«El fin último en un proceso de toma de decisiones es común en todas las personas: la obtención de un beneficio» (Gary Becker).

Este Premio Nobel en Ciencias Económicas, vio como sus coetáneos se le «echaron encima» por pronunciar estas palabras.

Sin embargo, si nos paramos a analizarlas, Gary Becker tenía algo de razón. ¿O acaso tú no buscas obtener un beneficio con aquello que decides hacer?.

Estudiamos para sacarnos un título, hacemos deporte para estar en forma, trabajamos para ganar dinero, etc. Sin embargo, expresado así suena muy “plano” y es que detrás de cada una de nuestras decisiones, el cerebro juega un importantísimo papel.

En nuestro día a día, tomamos miles de decisiones que serán las que vayan forjando nuestro destino. Lo que debéis saber es que la mayoría de esas decisiones se toman de manera inconsciente.

En los últimos años se han realizado numerosos descubrimientos sobre los métodos que nuestro cerebro utiliza para evaluar las recompensas, los riesgos y el cálculo de probabilidades. Esto ha dado lugar al surgimiento de la neuroeconomía.

La neuroeconomía se basa en la aplicación de los conocimientos de la neurociencia a la toma de decisiones económicas.

Es muy importante que descubramos cómo nos comportamos frente al dinero. ¿Lo vemos como algo que nos quita el sueño, o como una oportunidad para conseguir aquello que queremos?.

¿Acaso creéis que un empresario/a puede montar un negocio de éxito desde una perspectiva negativa del dinero?. Rotundamente no.

Por eso es tan importante saber qué sucede en nuestro cerebro cuando tomamos una decisión económica. Si no tenemos una relación “sana” con el dinero, debemos cambiar el chip: la filosofía “Rock your Money” está ahí para que lo consigas.

Debemos “entrenar” nuestro cerebro para que no sufra un “cortocircuito” cada vez que hay que tomar una decisión económica.

Veamos el dinero como algo que nos ayudará a conseguir aquello que deseamos, como un medio para ello.

La metodología “Rock your Money”, nos propone transformar nuestras creencias limitantes en creencias potenciadoras y poder alcanzar así la “felicidad económica”, contestando a 4 sencillas preguntas:

  1. Mide la satisfacción personal que te da lo que estás haciendo (puntúa del 1 al 10).
  2. Reflexiona: ¿qué aportas a los demás?.
  3. ¿Cómo te valoras?.
  4. ¿Cuánto tiempo dedicas al día a tu trabajo?.

Una vez que identifiquemos cuáles son nuestros “puntos débiles”, debemos trabajar para que dejen de serlo.

Si eres de los/as que se apuntan al “Rock your Money”, ya sabes: “dale caña” a tu manera de ver el dinero y conviértelo en aquello que te ayude a conseguir tus sueños.

La semana que viene volveré con un nuevo tema. Hasta entonces, no olvidéis ser felices.

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Existe una frase que se atribuye continuamente a Einstein (aunque se dice que él citaba a otro autor) y que a mí me sirvió de inspiración para dar título a la segunda de mis R’s, «Rock your mind»: «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».

¿Sabéis cuántos pensamientos tenemos al día?. Para vuestra información os diré que unos 60.000, la mayoría de los cuales son repetitivos e intrascendentes. Entonces… ¿por qué consumimos tanta energía dando vueltas a lo mismo una y otra vez?.

Seguro que más de una vez, os vais a la cama presos/as de alguno de esos pensamientos «tóxicos»: una mala gestión con un cliente, un día agotador con los niños, un examen, los preparativos de un viaje…

No todo tienen que ser cosas negativas. A veces nos agobiamos incluso con cosas que nos apetece hacer y es durante la noche, mientras intentamos conciliar el sueño cuando esos pensamientos se magnifican.

Reza un proverbio español: «El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra». Y es que el ser humano no siempre discierne haciendo uso de la razón, lo que nos lleva a no aprender de la experiencia y a equivocarnos ante situaciones semejantes.

¿Por qué lo hacemos?. ¿Por qué nos «machacamos» con miles de pensamientos absurdos?. ¿Por qué no aprendemos de nuestros errores?. ¿Por qué nos vence el estrés?.

Si te sientes agobiado/a, estresado/a por esos pensamientos que «ahogan» tu día a día, es el momento de que apliques la filosofía «Rock your mind».

Debemos «darle caña» a nuestra mente en un sentido positivo. Y para ello es fundamental en primer lugar relajarse. Parece fácil, ¿verdad?, pero no todo el mundo lo consigue.

Estamos en la era del «mindfulness», que significa «atención plena» o «conciencia plena». Esto se traduce en «tomar conciencia del momento presente». Parece fácil, ¿verdad?. Pero a la hora de ponerlo en práctica, la cosa se complica.

A mis alumnos siempre les digo que el pasado, pasado está, el presente aún no ha llegado y no debemos agobiarnos por ello. Tenemos que conseguir vivir el presente y disfrutar durante el camino.

Existen muchas técnicas de relajación para conseguir bajar los niveles de «estrés malo» (porque también existe un «estrés bueno»). Es complicado encontrar un sistema que vaya bien a todo el mundo.

Cada uno de vosotros/as debe encontrar aquella técnica que de verdad le relaja, con la que consigue desconectar de agobios para centrar toda su energía en el aquí y ahora.

A mí me funciona hacer ejercicio aeróbico a primerísima hora de la mañana, pero a otros/as les funcionará el yoga, el Pilates, caminar por un parque o cerca del mar, escuchar música, etc.

Dos o tres minutos de respiración consciente, pueden ser un remedio muy útil y barato para calmar nuestros nervios.

Una vez que conseguimos controlar nuestra mente «traicionera» para centrarnos en el ahora, llega el momento de «darle caña» con una dosis de «Rock your Mind».

Con nuestro cerebro oxigenado, somos capaces de pensar mejor, de afrontar de manera más positiva nuestro día. Y eso se traduce en una mejor productividad, en mayor creatividad, y en el más idóneo de los combustibles para llegar a conseguir nuestros objetivos.

Y tú, ¿estás preparado/a para el Rock & Roll?. ¿Aceptas el reto «Rock your mind»?. Que tu mente no te frene depende de ti. ¡Adelante!. Es hora de dar el primer paso.

La semana que viene descubriremos la tercera y última de mis R’s. Hasta entonces, no olvidéis ser felices.

Foto Rock your mind

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Maya Angelou (1928-2014) es una conocida escritora, cantante y activista que utilizo como referente entre otras cosas, porque pronunció una frase que encaja perfectamente en la primera de mis 3 R´s : «Rock your life«.

Ella dijo algo así como: «Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia de actitud».

Y es que la actitud con la que decidamos enfrentarnos a la vida, lo es todo.

El ejemplo perfecto lo tenemos en dos patrones opuestos, que se repiten en nuestra sociedad: quienes ven el vaso medio vacío y quienes lo ven medio lleno.

Hay personas cuya naturaleza es pesimista y otras que, por el contrario, se muestran mucho más optimistas ante las visicitudes de la vida.

Casi la mitad de las diferencias que existen en nuestra personalidad, se deben a factores genéticos. Pero se ha descubierto que a lo largo de la vida esto se puede modificar. Las personas más tendentes al pesimismo, no pueden excusarse diciendo que son así:  esa no es la actitud.

«Rock your life» significa precisamente eso, que aunque tengamos cierto componente genético que formará nuestra personalidad, ésta se puede modificar.

No se trata de negar las dificultades con las que nos vayamos encontrando, sino de transmitirnos a nosotros mismos una serie de «consignas» o «trantas» que nos ayuden a superarlas.

Tenemos que llegar a ser capaces de autoestimularnos, autoanimarnos y por qué no, autocorregirnos, como hacen los buenos deportistas.

Otro fallo en el que caemos con mucha frecuencia es el de no asumir nuestros propios errores, o lo que es peor, no aprender de ellos. Cuando aprendemos de algo que no ha salido bien, no debemos verlo como un fracaso, sino como una experiencia.

Ser optimista equivale a vivir mejor, hace surgir en nosotros sentimientos de bienestar y nos recarga las pilas para afrontar situaciones difíciles.

Los pensamientos negativos activan una zona del cerebro denominada amígdala, relacionada con la aversión al riesgo. Además nos predispone a estar mucho más estresados. Por el contrario, la mentalidad positiva fomenta el pensamiento creativo y nos ayuda a resolver problemas. Por si esto fuera poco, reduce los niveles de estrés, mejorando el bienestar y aumentando la productividad.

No se trata de obviar los problemas o los riesgos que nos vayan surgiendo, sino dejar de verlos como una barrera. Alguien optimista no se atascará al ver el lado negativo de algo, sino que encontrará un camino alternativo para ponerlo en positivo.

Todo lo aquí expuesto, tiene repercusiones directas en el mundo empresarial. Poneros en la piel de un empresario o de alguien responsable de equipos.

¿Con quién trabajaríais mejor?. ¿Con alguien positivo, capaz de encontrar alternativas, soluciones creativas, o con alguien que se atasca en el problema y se muestra incapaz de buscar otras opciones?.

Está claro, ¿no?.

Ser optimista no es una cualidad, sino una habilidad que debe entrenarse.

Hay cuatro sencillos pasos que pueden ayudarte para empezar a cambiar y sólo necesitas 4 minutos:

  1. Comienza identificando uno o dos de esos pensamientos negativos que te atormentan y plásmalos en un papel (1 min).
  2. Cierra los ojos e intenta relajarte centrándote en tu respiración (1 min).
  3. Deja que fluyan tus pensamientos y obsérvalos. No intentes eliminar los pensamientos negativos, sólo déjalos pasar (1 min).
  4. La última fase es la visualización. Imagina cuál sería el mejor resultado posible a ese problema, con todo lujo de detalles (1 min).

Ya sabes: «Querer es poder». A partir de ahora, aplica la filosofía «Rock your life» y empieza cambiando gradualmente aquellas pautas de conducta negativas, para transformarlas en positivas.

Eso, además de hacerte sentir mejor, hará de ti alguien con mucho más potencial.

La semana que viene seguiremos con la segunda de mis R’s. Hasta entonces, no olvidéis ser felices.

 

 

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Es época de cambios porque sí, porque después de muchos años me lo merezco. Porque sé lo que quiero hacer, y voy a luchar por ello sin descanso.

Como el título de la película de Garci, ganadora del Oscar en el 83, ha llegado el momento de «Volver a empezar».

Llegar hasta aquí ha supuesto una larga travesía por el desierto hasta encontrar ese famoso «foco» del que todo el mundo habla. A mi alrededor veía como la gente lograba dar con aquello que quería hacer. En cambio yo seguía frustrada viendo los días pasar, totalmente bloqueada.

¿Qué me ocurría?. ¿Acaso no era lo que tanto deseaba después de años trabajando para otros?. Abandoné mi trabajo por cuenta ajena porque tenía un «Plan B» en mi mente, y sin embargo han transcurrido 5 años hasta hoy.

Si bien es cierto que no he perdido el tiempo, pues me he dedicado a formarme en profundidad, no terminaba de encontrar mi «para qué«.

No sé si os ha ocurrido algo similar alguna vez, pero estoy convencida de que sí. Y esa sensación de no saber muy bien hacia dónde vas, te deja un desasosiego importante que puede hacerte caer en el desánimo más absoluto.

Precisamente este período me lo he querido tomar como un regalo, como una oportunidad que me ha brindado la vida para despegarme de aquello con lo que no me sentía a gusto, y centrarme en lo que realmente me hace feliz. Aquello con lo que siento que soy más yo.

Nuestro cerebro a veces nos juega malas pasadas. Nos cuesta mucho salir de nuestra «zona de confort», del espacio en el que nos sentimos más seguros y protegidos.

Debemos ser capaces de explorar, abrir nuestra mente, coger nuestras botas y caminar para descubrir nuevos caminos, porque quizás si te metes en uno de esos caminos estrechos que no sabes bien hacia dónde nos conduce-pero que nos ha llamado poderosamente la atención-, quizás en ese camino, encontremos nuestra razón de ser. El motivo por el que estamos aquí.

El motivo por el que yo estoy aquí, ahora escribiendo estas líneas, es el querer ayudar a otras personas a entrenar su mente para conseguir sus objetivos. Y esos objetivos pueden ser muy diversos: coordinar equipos de trabajo, motivar a tus empleados o a ti mismo/a, aprender a gestionar nuestras emociones, conectar con nuestros clientes, tomar decisiones que afecten a nuestro negocio, etc.

Y ¿cómo lo hago?. Pues a través de la neurociencia aplicada a los negocios, centrándome básicamente en el neuromanagement, neuromarketing y la neuroeconomía. Porque nuestro cerebro nos da muchas pistas sobre cómo actuamos y por qué hacemos unas cosas dejando de hacer otras.

Todo ello aderezado con un toque de «rock», que forma parte de mi esencia ya que sigo en activo con mi banda PSIDERALICA con la que estamos recorriendo Europa desde hace unos años.

La neurociencia, el rock y la docencia, se han convertido en los tres pilares esenciales que impregnan mis «Rockonferenzias«: una forma diferente de interactuar con empresarios y empresas.

«Volver a empezar», intentar hacer las cosas de manera diferente para obtener los resultados que queremos, requiere un esfuerzo. Entrenemos juntos para recorrer ese emocionante camino y conseguir lo que nos propongamos.

Si estás dispuesto/a, contacta conmigo a través de mi página web www.marianlopez.es, o en redes sociales.

La semana que viene comenzaremos a desgranar mi filosofía de las 3 R’s (R&R&R) y cómo aplicarla. Hasta entonces, no olvidéis ser felices.